El colectivo LGTBI, en el punto de mira del Gobierno polaco
El Ayuntamiento de Varsovia firma una declaraci¨®n a favor de los derechos del colectivo que el Ejecutivo nacional considera un ataque a los valores tradicionales
La salida de la estaci¨®n del metro Centrum de Varsovia, muy cerca del Palacio de la Cultura y la Ciencia, en el coraz¨®n de la capital, es la imagen de las dos Polonias que traza el Gobierno de Ley y Justicia en sus discursos de campa?a. A menos de cinco metros de distancia, los altavoces instalados en dos peque?as carpas lanzan proclamas encontradas: una re¨²ne firmas contra la supuesta sexualizaci¨®n temprana de los m¨¢s peque?os (¡°el lobby LGTBI quiere ense?ar a los ni?os de cuatro a?os a masturbarse¡±, reza un cartel, ¡°en virtud de los est¨¢ndares de educaci¨®n sexual en Europa¡±) mientras la otra, adornada con paraguas de los colores del arco¨ªris, aboga por la separaci¨®n Iglesia-Estado.
¡°Algunos compa?eros minimizan los insultos. Dicen 'solo me escupieron'; 'me lo estaba buscando porque llevaba un pin a favor del movimiento LGTBI¡±, afirma Ola Kaczorek, copresidenta de la organizaci¨®n Mi?o?? Nie Wyklucza (el amor no excluye), en las oficinas de esta peque?a asociaci¨®n en Varsovia a favor del matrimonio igualitario (que no est¨¢ reconocido en Polonia). En febrero pasado, tras meses de negociaciones, el nuevo alcalde de la capital, Rafa? Trzaskowski, del liberal Plataforma C¨ªvica, firm¨® una declaraci¨®n a favor de los derechos del colectivo que inclu¨ªa la creaci¨®n de un albergue para aquellos adolescentes que son expulsados de su casa cuando sus padres descubren que son homosexuales y la introducci¨®n en las escuelas de la capital de programas sobre educaci¨®n sexual y tolerancia. "Queremos hacer de Varsovia una ciudad abierta y para todos, tenemos que ser consecuentes con nuestros valores", se?ala el viernes por la tarde Pawe? Rabiej, vicealcalde de la urbe, un pol¨ªtico que se ha declarado p¨²blicamente gay, algo poco frecuente en el pa¨ªs.
La iniciativa fue vista por el partido en el Gobierno como un ataque a los valores tradicionales de Polonia -cerca de un 90% de la poblaci¨®n se declara cat¨®lica- y el l¨ªder del PiS, Jaroslaw Kaczy¨½ski, no tard¨® en atacarla: ¡°Todo se reduce a la sexualizaci¨®n de los ni?os desde la infancia m¨¢s temprana¡±, afirm¨®. ¡°Debemos combatir esta situaci¨®n. Debemos defender a la familia polaca con furia porque nos enfrentamos a una amenaza a la civilizaci¨®n, no solo para Polonia, sino para toda Europa, para toda la civilizaci¨®n basada en el cristianismo¡±.
¡°Somos el nuevo chivo expiatorio del Gobierno, igual que antes lo fueron los migrantes¡±, afirma Kaczorek. A comienzos de mayo, la activista El?bieta Podle?na, de la ciudad de P?ock, a algo m¨¢s de 100 kil¨®metros de Varsovia, fue arrestada durante varias horas acusada de ofender las creencias religiosas despu¨¦s de que la polic¨ªa registrara su casa y encontrara carteles que mostraban a la Virgen Negra de Cz?stochowa, una de las m¨¢s veneradas en Polonia, con un halo de los colores del arco¨ªris. Los carteles hab¨ªan sido colocados en distintos puntos de la ciudad en abril. Asociaciones de derechos humanos denunciaron la detenci¨®n y se organizaron manifestaciones en su apoyo.
¡°Lo que ha cambiado con la llegada del PiS al poder es este discurso vejatorio, que antes no exist¨ªa o era muy marginal. A diario hay cada vez m¨¢s insultos hacia nosotros porque el ciudadano oye al pol¨ªtico y se siente legitimado¡±, explica Kaczorek. ¡°En Polonia no existe una ley relativa a los delitos de odio por la identidad sexual, lo que nos impide denunciarlo¡±. Esa es una de las reivindicaciones firmada por 27 asociaciones de apoyo al colectivo LBTBI tras un congreso celebrado en abril.
¡°Jaroslaw Kaczy¨½ski lanz¨® recientemente una campa?a homof¨®bica, pero Polonia no es la Rusia de Putin. La sociedad polaca es mucho m¨¢s liberal que la antigua ¨¦lite pol¨ªtica¡±, afirma en declaraciones a a EL PA?S Robert Biedro¨½, l¨ªder de Wiosna (primavera), un partido creado a comienzos de a?o y que aspira a convertirse en la tercera fuerza pol¨ªticadel pa¨ªs (las encuestas le dan en torno a seis eurodiputados). ¡°Soy gay y sal¨ª del armario hace mucho tiempo. Ya no puedes asustar a los polacos con la homosexualidad, porque saben c¨®mo viven los homosexuales, tienen amigos que lo son y los ven como a cualquier otro¡±, afirma en correo electr¨®nico.
A pocos kil¨®metros de las carpas, Ewa Moisan, la due?a del caf¨¦ gay friendly mi?dzy nami (entre nosotros), que lleva abierto 25 a?os, apoya esta tesis al concluir que nunca ha sufrido ning¨²n tipo de altercado.
¡°El apoyo al matrimonio igualitario est¨¢ creciendo y ahora se encuentra en torno al 46%¡±, asegura Ola Kaczorek, aunque todav¨ªa una gran parte de la poblaci¨®n se opone. Entre las estad¨ªsticas m¨¢s dram¨¢ticas, se?ala que hay ¡°un 75% de los adolescentes LGTBI a los que se le ha pasado por la cabeza la idea del suicidio¡±. Hasta el momento, el alcalde Trzaskowski no ha materializado ninguno de los compromisos de la declaraci¨®n de tolerancia. ¡°Hemos querido darle un margen de tiempo, pero volveremos a llamar pronto a su puerta¡±, afirma consciente de que los comicios europeos y las legislativas de oto?o hacen que los pol¨ªticos midan al mil¨ªmetro cualquier movimiento que les pueda restar votos.
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