La gran coalici¨®n alemana sufre una fuerte sacudida con la dimisi¨®n de la l¨ªder socialdem¨®crata
La renuncia de Andrea Nahles se produce tras la ca¨ªda del SPD en las elecciones europeas
El descalabro de los partidos de la gran coalici¨®n alemana en las elecciones europeas y el Estado de Bremen se cobra su primera v¨ªctima pol¨ªtica en el pa¨ªs. Andrea Nahles dimiti¨® como presidenta de los socialdem¨®cratas (SPD) abriendo una crisis en un partido en ca¨ªda libre. La dimisi¨®n de Nahles plantea crecientes interrogantes en torno al futuro de la debilitada gran coalici¨®n, en la que la socialdemocracia gobierna junto a los conservadores y que el domingo sufri¨® una fuerte sacudida.
Nahles ha sido dentro del SPD la gran defensora de permanecer en la coalici¨®n de Merkel, frente a un sector muy numeroso del partido que sostiene que solo en la oposici¨®n podr¨¢n recuperarse. Su salida llega adem¨¢s en un momento de debilidad tambi¨¦n para el centro derecha, castigado en las europeas e inmerso en su propia crisis de identidad y de liderazgo. Los partidos de la gran coalici¨®n han perdido en estas europeas 18 puntos porcentuales respecto a las anteriores y si hoy se celebraran elecciones, no alcanzar¨ªan si quiera la mayor¨ªa necesaria para formar Gobierno.
Para atajar de ra¨ªz las especulaciones, la canciller alemana, Angela Merkel, se apresur¨® el domingo a reafirmar que la gran coalici¨®n sigue adelante. ¡°Queremos continuar el trabajo del Gobierno con gran sentido de la responsabilidad porque los temas que tenemos que solucionar est¨¢n sobre la mesa tanto en Alemania como en Europa y en el mundo¡±. Una hora antes hac¨ªa lo propio Annegret Kramp-Karrenbauer, su sucesora al frente de la Uni¨®n Dem¨®crata Cristiana (CDU). ¡°Seguimos apoyando la gran coalici¨®n¡±, afirm¨® ante la prensa, poco antes de que desfilara tambi¨¦n por el atril de la sede de la CDU el jefe del grupo parlamentario de la CDU, Ralph Brinkhaus, quien dijo que ahora m¨¢s que nunca el pa¨ªs ¡°necesita estabilidad¡±. La coreograf¨ªa de emergencia un soleado domingo por la tarde dej¨® poco lugar a dudas de la delicada coyuntura que atraviesa la pol¨ªtica alemana.
Horas antes, Nahles hab¨ªa lanzado la bomba a trav¨¦s de una carta enviada al partido. ¡°Las discusiones en el grupo parlamentario y las informaciones que llegan desde dentro del partido me demuestran que no tengo el apoyo suficiente para llevar a cabo mi trabajo¡±, indicaba Nahles. La presi¨®n acab¨® de hacer mella en la presidenta de una formaci¨®n que no levanta cabeza. Una encuesta publicada este fin de semana de la empresa demosc¨®pica Forsa atribu¨ªa al SPD un 12% de intenci¨®n de voto. ¡°Lo peor para el SPD est¨¢ todav¨ªa por venir¡±, advierte Andrea R?mmele, investigadora de la escuela de gobierno Hertie de Berl¨ªn, quien recuerda que en oto?o se celebrar¨¢n tres elecciones regionales en el este, en las que los socialdem¨®cratas temen fracasar. ¡°Ese ser¨¢ el momento decisivo y cuando se disparar¨¢ la probabilidad de nuevas elecciones¡±, vaticina la experta.
Nahles ten¨ªa previsto someter su jefatura del grupo parlamentario del SPD este martes a votaci¨®n. El cuestionamiento de su liderazgo ha ido cobrando entidad en los pasillos del Bundestag tras la debacle electoral de las europeas, cuando obtuvieron un 15,8% de los votos, casi 12 puntos menos que en la cita anterior. La derrota el mismo domingo en las elecciones de Bremen, el Estado en el que lideraban desde hac¨ªa 73 a?os, ha supuesto un golpe psicol¨®gico demoledor, que ha desatado la guerra de cuchillos por el liderazgo en la casa de Willy Brandt, donde sin embargo son conscientes de que lo ¨²ltimo que necesita el partido son luchas intestinas por los cargos ante el electorado.
La c¨²pula de la CDU busca nuevas estrategias tras el choque con los 'youtubers'
Nahles no est¨¢ sola en la adversidad. Annegret Kramp-Karrenbauer atraviesa su primera gran crisis desde que asumiera la jefatura de la CDU en diciembre y pelea ahora por mantener a flote su autoridad. Las elecciones europeas han inyectado considerables dosis de presi¨®n sobre la llamada a suceder a Angela Merkel. La cita electoral era la primera en la que la delf¨ªn se med¨ªa con las urnas, aunque de forma indirecta, en el ¨¢mbito nacional. A pesar de ser el partido m¨¢s votado, los resultados fueron malos ¨Ccon un 28,8%, el bloque CDU/CSU alcanz¨® su m¨ªnimo hist¨®rico¨C. Despu¨¦s vinieron sus palabras a favor de estudiar el papel de los youtubers en pol¨ªtica, despu¨¦s de que reventaran su campa?a en la recta final. En seguida se la acus¨® de querer censurar la libre expresi¨®n de los j¨®venes y la pol¨¦mica dio alas a sus enemigos dentro del partido. Al olor de la debilidad, el ala derecha de la CDU no ha querido dejar pasar la oportunidad para impulsar a su candidato, Friedrich Merz.
La propia Merkel se ha visto obligada a salir para decir que los rumores que hablan de que ya no confiar¨ªa en su delf¨ªn como posible sucesora en la canciller¨ªa son ¡°absurdos¡± y que en la CDU todo el mundo defiende la libertad de expresi¨®n. Pero los argumentos son ya casi lo de menos. La ansiedad postelectoral se ha apoderado de la casa de Konrad Adenauer en Berl¨ªn, donde los cuchillos tambi¨¦n pasan estos d¨ªas por el afilador y se filtran convenientemente papeles capaces de da?ar a la l¨ªder y de alimentar la sensaci¨®n de que AKK, como llaman a la l¨ªder de la CDU en Berl¨ªn, no est¨¢ a la altura del reto de la canciller¨ªa, que deber¨ªa asumir tras la salida de Merkel, a m¨¢s tardar en 2021.
El domingo y el lunes, la c¨²pula de la CDU se re¨²ne para hacer examen de conciencia y ver c¨®mo hacer frente a desaf¨ªos como la crisis clim¨¢tica o la desconexi¨®n con los j¨®venes, que votaron en masa a los Verdes. Cunde la impresi¨®n en Berl¨ªn de que los partidos tradicionales han perdido el contacto con el presente pol¨ªtico y operan en una zona de confort anacr¨®nica, cada vez menos poblada. O como aseguraba en una columna en Der Spiegel Sascha Lobo "la CDU y el SPD gobiernan un pa¨ªs que ya no existe, con unas herramientas que ya no funcionan".
El lunes al mediod¨ªa, est¨¢ previsto que Kramp-Karrenbauer comparezca en Berl¨ªn para explicar los resultados de la introspecci¨®n pol¨ªtica a la que se somete su partido. El domingo por la tarde, cuando sali¨® a asegurar que la gran coalici¨®n sigue adelante, su rostro reflejaba una considerable preocupaci¨®n.
Algunas intervenciones del domingo dejaban poco lugar a dudas del deterioro de las relaciones dentro del partido. ¡°Querida Andrea Nahles. La manera en que ha sido tratada en p¨²blico es vergonzosa. Algunos en el SPD deber¨ªan avergonzarse de s¨ª mismos¡±, tuite¨® el socialdem¨®crata Michael Roth, secretario de Estado para Europa del Gobierno alem¨¢n.
Nahles, la primera mujer que preside el SPD en su siglo y medio de historia, ha renunciado tanto a la presidencia del partido como a la jefatura del grupo parlamentario, sin que haya un candidato claro de momento para sucederla. Olaf Scholz, actual ministro de Finanzas, quien no oculta su deseo de presentarse como candidato a canciller es uno de los nombres que aparece a menudo en la prensa alemana. El exl¨ªder socialdem¨®crata, Mart¨ªn Schulz, de quien en los ¨²ltimos d¨ªas se especul¨® que podr¨ªa volver, desment¨ªa en un dominical este fin de semana, antes de trascender la dimisi¨®n de Nahles, que fuera a enfrentarse de momento a la presidenta. En su carta, Nahles indica que el lunes explicar¨¢ a la ejecutiva del partido su dimisi¨®n como presidenta de la formaci¨®n y el martes, lo har¨¢ en el grupo parlamentario en el Bundestag. Nahles ha expresado su deseo de que haya una ¡°transici¨®n ordenada¡±.
Que el SPD acabe por romper la gran coalici¨®n de gobierno y cu¨¢ndo depender¨¢ en parte de qui¨¦n asuma la direcci¨®n del partido. En principio, es a finales de a?o cuando seg¨²n el contrato de gran coalici¨®n deben evaluar sus logros y su permanencia.
El descalabro socialdem¨®crata lleva meses e incluso a?os gest¨¢ndose. En las elecciones generales de 2017, el SPD obtuvo un 20,5% de los votos, lo que marc¨® un m¨ªnimo hist¨®rico. Anunciaron entonces que pasar¨ªan a la oposici¨®n para reconstruirse, pero el fracaso de las negociaciones tripartitas entre conservadores, liberales y Verdes devolvi¨® la pelota al tejado del SPD. Eran casi la ¨²nica opci¨®n aritm¨¦ticamente viable para lograr formar Gobierno y tras un desgarro interno optaron por reeditar la gran coalici¨®n, la tercera desde 2005.
Desde entonces, los esfuerzos de renovaci¨®n program¨¢tica, incluido un giro a la izquierda y un gui?o a sus bases tradicionales, no ha logrado la esperada remontada. En las europeas del pasado mayo, los socialdem¨®cratas fueron desplazados del segundo puesto por primera vez por Los Verdes, el partido ecologista alem¨¢n, que experimenta un ascenso vertiginoso. La encuesta de este fin de semana lo sit¨²a incluso como primer partido en intenci¨®n de voto.
En el partido insisten en que no han sido capaces de capitalizar sus logros, que en la gran coalici¨®n tienden a adjudicarse al socio mayoritario. En el caso del Ejecutivo de la canciller Merkel, con fama de ser capaz de fagocitar triunfos propios y ajenos, es evidente que los r¨¦ditos pol¨ªticos de los socialdem¨®cratas corren a menudo el riesgo de volverse invisibles a ojos de los electores. Fue muy revelador lo sucedido esta misma semana en Harvard, donde Merkel pronunci¨® un alabado discurso de graduaci¨®n. La presentaron como la art¨ªfice del salario m¨ªnimo en Alemania, un logro del SPD y en particular de Nahles como ministra de Trabajo. Le atribuyeron tambi¨¦n a Merkel la aprobaci¨®n del matrimonio del mismo sexo; una medida a la que la canciller inicialmente se opuso.
Los ultras se frotan las manos
Mientras la gran coalici¨®n atraviesa serios apuros, la ultraderecha se frota las manos con la mirada puesta en las elecciones regionales del oto?o. A partir de septiembre se celebran tres elecciones en el Este de Alemania ¨CTuringia, Brandeburgo y Sajonia- en las que Alternativa por Alemania tiene serias posibilidades de cosechar sonados ¨¦xitos.
El domingo, J?rg Meuthen, l¨ªder de Afd aprovech¨® la dimisi¨®n de Andrea Nahles para exigir un cambio de Gobierno y la salida de la canciller Angela Merkel, la archienemiga de los utlras. ¡°?A qui¨¦n le importa si Andrea Nahles dimite y qui¨¦n la suceder¨¢ como el pr¨®ximo gestor del ex SPD, un partido en bancarrota? Quien tiene que dimitir en este pa¨ªs para abrir paso a un nuevo comienzo en este pa¨ªses Angela Merkel y con ella el Gobierno federal en pleno¡±.
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