El secuestro de un estudiante
Desde hace tiempo, la inseguridad volvi¨® a meterse en la conversaci¨®n de quienes vivimos en la Ciudad de M¨¦xico
Hay sucesos que quiebran la paz o alborotan demonios.
Hace unas semanas, la conversaci¨®n p¨²blica en la Ciudad de M¨¦xico se cimbr¨® con la noticia del secuestro y asesinato de un estudiante universitario. Norberto Ronquillo, 22 a?os, casi graduado. En las im¨¢genes de las c¨¢maras de seguridad se le ve salir de la universidad en su autom¨®vil, un joven como tantos m¨¢s. D¨ªas despu¨¦s apareci¨® el cuerpo. Medios y redes sociales dieron cuenta del rescate que se pidi¨®, de manifestaciones de compa?eros y familiares, de la (in)acci¨®n de autoridades, del reclamo p¨²blico de la universidad. Luego la voz de la madre, Norelia Hern¨¢ndez: yo ven¨ªa a la Ciudad de M¨¦xico por el diploma de mi hijo y me llevo su acta de defunci¨®n.
El asesinato de Norberto sacudi¨® conciencias, despert¨® miedos y activ¨® protestas desde las m¨¢s diversas intenciones. Y es que no se trata de un caso aislado. Desde hace tiempo, la inseguridad volvi¨® a meterse en la conversaci¨®n de quienes vivimos en la Ciudad de M¨¦xico. Ya la gesti¨®n del jefe de Gobierno anterior, Miguel ?ngel Mancera, hab¨ªa dejado el ¨¢nimo social de la capital del pa¨ªs en m¨ªnimos: una ciudad descolocada, creciente inseguridad en calles y a domicilio, una reconstrucci¨®n post s¨ªsmica que nunca termin¨® y la indecente frivolidad de no querer reconocer la operaci¨®n del crimen organizado, llevaron a la derrota electoral a quien, seis a?os antes, hab¨ªa arrasado en las urnas. La llegada de la nueva jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, cercana al presidente L¨®pez Obrador, tra¨ªa consigo la narrativa de reconstrucci¨®n de paz y seguridad capitalinas. Pero estos primeros meses del nuevo Gobierno han sumido a la Ciudad de M¨¦xico en una crisis de seguridad. El secuestro y asesinato de Norberto Ronquillo y, pocos d¨ªas despu¨¦s, el asesinato de otro estudiante ¡ªLeonardo Avenda?o¡ª fueron, en este contexto, la puntilla que derrumb¨® la poca paciencia que quedaba.
?Es injusto culpar de la inseguridad al Gobierno de Sheinbaum despu¨¦s de haber heredado la Ciudad de M¨¦xico en condiciones lamentables? ?Es injusto cebarse en cr¨ªticas a la jefa de Gobierno capitalino cuando el pa¨ªs todo est¨¢ azotado por nuevas olas de inseguridad?
Tal vez lo sea, pero el acto de gobernar implica asumir la responsabilidad de lo que sucede. Si, como ha dicho Sheinbaum, la entrada del nuevo Gobierno signific¨® la ruptura del pacto criminal que manten¨ªan las autoridades anteriores, est¨¢ obligada a denunciarlo. Si el desmantelamiento de las estructuras policiacas existentes descoloc¨® cualquier control temporal de la criminalidad en la ciudad, debe comunicarlo con claridad y actuar con resultados. Si desde diversos frentes se est¨¢ articulando una nueva pol¨ªtica de seguridad, debe activar a los mejores voceros para no permitir vac¨ªos informativos. Y si la ciudadan¨ªa se duele y asusta por asaltos, secuestros y asesinatos, no debe arroparse en las porras interesadas de L¨®pez Obrador ni pretextar el ¡°maltrato de unos grandulones y abusivos¡±, sino desde la empat¨ªa tenderle la mano comunicativa a la gente que quiere saberse acompa?ada en el dolor, no confrontada.
¡°Cuando vi el video de unas personas que eran asesinadas en un puesto de comida mientras su beb¨¦, herido, se retorc¨ªa de dolor antes de morir, no pude m¨¢s¡±, dice Vampipe, c¨¦lebre tuitero por ¨¢cido y ocurrente. Y decidi¨® escribir en sus redes sociales que m¨¢s que criticar, se ofrec¨ªa a decir ¡°en qu¨¦ puedo ayudar¡±. Lo tundieron por vendido, por entregado. Pero ¨¦l se sostiene: hay cosas de las que ya no me puedo re¨ªr.
En su discurso de despedida como alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena habl¨® de cuidar la democracia: ¡°as¨ª como cuidamos los afectos, las amistades, los amores, tenemos que cuidar las instituciones, porque las instituciones son la estructura de paz que permiten la vida social¡±. Cuidar significa cultivar e implica al colectivo. La jefa de Gobierno de la Ciudad de M¨¦xico tiene la gran oportunidad de convocar a cuidar, enderezar y crecer esa estructura de paz. Pero para ello necesita mirar a los que gobierna, no evadirlos con recelo.
Ojal¨¢ el secuestro de un estudiante, por doloroso que sea, se convierta en oportunidad de vislumbrar la paz.
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