El Supremo de EE UU falla contra la pretensi¨®n de Trump de preguntar sobre la ciudadan¨ªa en el censo
La Corte, en otra decisi¨®n relacionada de enorme relevancia pol¨ªtica, avala la manipulaci¨®n partidista del mapa electoral
El Tribunal Supremo de Estados Unidos ha fallado este jueves en contra el pol¨¦mico plan de la Administraci¨®n Trump de incluir en el censo de 2020 una pregunta sobre la ciudadan¨ªa de los residentes en el pa¨ªs. La m¨¢s alta instancia judicial elude pronunciarse sobre la legalidad de la pregunta, pero considera que los motivos que ha proporcionado el Gobierno para justificar la necesidad de obtener esa informaci¨®n son ¡°forzados¡±.
El impacto real que tendr¨¢ la decisi¨®n del Supremo no est¨¢ claro, ya que deja abierta la puerta a que se aporte una justificaci¨®n m¨¢s adecuada. En la decisi¨®n, apoyada por los cuatro jueces progresistas, el presidente del Tribunal invita de hecho al Departamento de Comercio, que supervisa el censo, a proporcionar una explicaci¨®n m¨¢s clara. De modo que no descarta del todo la posibilidad de que la pregunta sea finalmente incluida, aunque ser¨ªa dif¨ªcil, ya que los formularios del censo deber¨ªan empezar a imprimirse la pr¨®xima semana. La justificaci¨®n que proporcion¨® el Gobierno para la inclusi¨®n de la pregunta es que ayudar¨ªa a proteger a los votantes de minor¨ªas.
¡°Parece totalmente rid¨ªculo que nuestro Gobierno, y nuestro pa¨ªs, no pueda formular una pregunta b¨¢sica sobre ciudadan¨ªa en un censo importante, detallado y muy caro, en este caso el de 2020¡±, ha tuiteado el presidente de madrugada desde Osaka, Jap¨®n, donde asiste a una reuni¨®n del G20. ¡°He pedido a los abogados si pueden retrasar el censo, el tiempo que sea, hasta que se proporcione al Tribunal Supremo informaci¨®n adicional sobre la que pueda tomar una decisi¨®n concluyente en este asunto tan cr¨ªtico¡±.
El censo, que se realiza enviando formularios a los hogares en los a?os m¨²ltiplos de 10, y que la Constituci¨®n contempla como una mera ¡°enumeraci¨®n¡±, ha sido aprovechado hist¨®ricamente para recabar m¨¢s informaci¨®n que el mero n¨²mero total de habitantes, incluyendo preguntas sobre sexo, edad, raza u origen. Desde 1950 no se pregunta sobre la ciudadan¨ªa.
La pretensi¨®n de la Administraci¨®n republicana de incluir la pol¨¦mica pregunta suscit¨® una notable controversia. El Gobierno federal utiliza los datos del censo para determinar el n¨²mero de esca?os que corresponde a cada Estado en la C¨¢mara de Representantes y para distribuir recursos entre los Estados y administraciones locales. Los cr¨ªticos temen que la pregunta sobre la ciudadan¨ªa lleve a muchos inmigrantes a no participar en el censo, por miedo a se?alarse, lo que podr¨ªa reducir la representaci¨®n de los dem¨®cratas, que reciben tradicionalmente m¨¢s voto inmigrante, as¨ª como afectar a la distribuci¨®n de dichos fondos federales que se asignan en funci¨®n de la poblaci¨®n.
Una infrarrepresentaci¨®n en el censo de la poblaci¨®n hispana y de otras minor¨ªas podr¨ªa tener consecuencias sobre todo en zonas urbanas y en Estados como California, Nueva York o Texas. Los oficiales del censo calcularon que la pregunta podr¨ªa producir que hasta ocho millones de personas no fueran contadas. Los grupos que vienen haciendo campa?a contra la pretensi¨®n de Trump han recibido la noticia con satisfacci¨®n pero tambi¨¦n con cautela, dado que el Supremo elude entrar al fondo del asunto.
Aval a la manipulaci¨®n partidista del mapa electoral
El mismo jueves, el Supremo public¨® otra decisi¨®n relacionada, de enorme importancia, que viene a avalar la manipulaci¨®n partidista del mapa electoral. Por cinco votos a cuatro, imponi¨¦ndose la mayor¨ªa conservadora, la corte fall¨® que no tiene competencia para impedir que las c¨¢maras legislativas de los Estados alteren las fronteras de los distritos electorales para favorecer a sus intereses partidistas. Quienes redactaron la Constituci¨®n, consideran los jueces, ya comprendieron (y aceptaron) que la pol¨ªtica desempe?ar¨ªa un papel en el dibujo de los distritos electorales cuando otorgaron la competencia a los legisladores estatales.
Se trata de una pr¨¢ctica tan antigua como la naci¨®n, conocida como gerrymandering, con trascendentales consecuencias pol¨ªticas de las que hist¨®ricamente se han aprovechado ambos partidos. As¨ª, por ejemplo, en las legislativas de 2016, los candidatos republicanos de Carolina del Norte obtuvieron el 53% del voto, pero lograron 10 de los 13 esca?os (77%) con los que cuenta el Estado en la C¨¢mara de Representantes. En Maryland, en cambio, un candidato republicano perdi¨® su esca?o en 2012, despu¨¦s de que el Partido Dem¨®crata, que controlaba el Estado, redibujara su distrito incluyendo barrios circundantes a Washington, que constituyen bastiones progresistas. Hasta la fecha, el Tribunal Supremo hab¨ªa eludido pronunciarse sobre un asunto que ensucia la democracia estadounidense. Pero la acumulaci¨®n de litigios ha obligado a la m¨¢s alta instancia judicial a pronunciarse y, este jueves ha dictado un hist¨®rico fallo que avala la controvertida pr¨¢ctica.
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