¡®David¡¯ Hunt contra el ¡®Goliat¡¯ Johnson y los fan¨¢ticos del Brexit
La mayor¨ªa de brit¨¢nicos discrepa de los afiliados 'tories' y rechaza a Boris Johnson
Boris Johnson y Jeremy Hunt, los dos candidatos que se disputan el liderazgo del Partido Conservador, recorren estos d¨ªas el Reino Unido de hustings en hustings. El t¨¦rmino, de origen escandinavo, hace referencia a las asambleas locales en las que se eleg¨ªa a mano alzada a los representantes. Hoy sirve para nombrar a las reuniones de afiliados conservadores en todo el pa¨ªs en las que pueden preguntar a los candidatos y escuchar sus propuestas.
"Frente a la amenaza de un populista de extrema izquierda, pod¨¦is escoger a vuestro propio populista... o elegirme a m¨ª", comienza sus intervenciones Jeremy Hunt, el ministro de Exteriores que aspira a suceder a Theresa May en Downing Street. El mensaje est¨¢ claro. Ante la amenaza de un Gobierno laborista de Jeremy Corbyn ¡ªel ¨²nico miedo que parece unir hoy en d¨ªa a todos los conservadores¡ª, la respuesta no puede ser un personaje como su rival, y favorito en todas las encuestas realizadas entre los 160.000 afiliados, Boris Johnson.
Hunt ser¨ªa el candidato perfecto en un entorno estable en el que todos los votantes brit¨¢nicos tuvieran oportunidad de expresarse. YouGov, la empresa de sondeos online que lidera en el Reino Unido el debate pol¨ªtico, revelaba este viernes que un 41% del electorado cree que el candidato m¨¢s serio y aburrido de la contienda ser¨ªa un mejor sucesor de Theresa May, frente a un 29% que opina lo mismo de Johnson. M¨¢s llamativos son los porcentajes que se pronuncian sobre las virtudes ¨¦ticas y morales de los dos pol¨ªticos. Son mayor¨ªa los que ven en Hunt a alguien m¨¢s honesto, mejor persona y con m¨¢s capacidad para unir a un pa¨ªs dividido. Si la pregunta es, sin embargo, qui¨¦n les resulta m¨¢s simp¨¢tico y qui¨¦n podr¨ªa resolver el enredo del Brexit, el elegido es Boris Johnson.
Los militantes conservadores m¨¢s entregados a la causa del exalcalde de Londres han digerido sin problemas el episodio de la ri?a violenta de Johnson con su novia Carry Sysmonds, que llev¨® a la polic¨ªa hasta la puerta de su apartamento de Londres. La culpa, seg¨²n ellos, fue de unos vecinos entrometidos y contrarios al Brexit.
Han celebrado como otra adorable excentricidad la confesi¨®n del candidato, confusa y balbuceante, de que se relaja pintando de rojo cajas de vino, para convertirlas en autobuses urbanos londinenses, con las caritas de los distintos pasajeros. Y aplauden con entusiasmo cada nueva amenaza de Johnson de torcer el brazo a los negociadores de Bruselas. Como, por ejemplo, la sugerencia de que retendr¨¢ los m¨¢s de 40.000 milones de euros que se acord¨® pagar a la UE como parte del "acuerdo de divorcio" hasta que los negociadores comunitarios "concentren su atenci¨®n" y ofrezcan a Londres "respuestas convincentes". Por no hablar del modo en que Johnson se refiri¨® a los franceses como "mierdas secas" en un documental grabado por la BBC durante su breve tiempo como ministro de Exteriores, bajo el mandato de May. Entonces logr¨® que la cadena p¨²blica suprimiera ese fragmento, pero casualmente ahora, cuando ya no busca reafirmar sus credenciales como estadista sino agradar a los afiliados conservadores, la filtraci¨®n de ese exabrupto ha hecho las delicias de sus seguidores.
"Podemos elegir entre un payaso o una persona seria que se preocupe por los detalles y sea respetado en otros pa¨ªses, y tomado en serio cuando haya que discutir cualquier asunto", ha dicho Alan Duncan, secretario de Estado de Exteriores del Reino Unido en una entrevista televisiva. Duncan sufri¨® las torpezas y arbitrariedades de Johnson al frente del ministerio.
Jeremy Hunt solo tiene una baza para mantener la posibilidad de hacer frente al Goliat Johnson. No puede dejar de cuestionar ni un instante la personalidad y fallos morales de su contrincante. El problema es que hacerlo en persona y de viva voz en una competici¨®n interna de partido en la que se espera lealtad entre candidatos, el ministro de Exteriores depende de los ataques desde fuera de aliados a los que delata su manifiesta animadversi¨®n hacia Johnson. Como su antiguo editor en The Daily Telegraph, Max Hastings, que ha escrito que "su mayor vicio es su cobard¨ªa, que se refleja en su voluntad de complacer siempre a su audiencia y decirle lo que desea escuchar, aunque deba contradecirse a la hora". No es casualidad que, casi a la vez, Hunt exigiera a Johnson "que se comportara como un hombre y no fuera un cobarde".
O cuando Dominic Grieve, uno de los diputados conservadores que con m¨¢s firmeza ha defendido que se celebre un segundo refer¨¦ndum sobre el Brexit, amenaza estos d¨ªas con una posible moci¨®n de censura (asegura que la respaldar¨ªan hasta 15 tories en Westminster) si Johnson siguiera adelante con su promesa de sacar al Reino Unido de la UE el pr¨®ximo 31 de octubre, "a vida o muerte", aunque no se llegue a un acuerdo sobre el Brexit. "Yo nunca forzar¨ªa unas elecciones generales adelantadas antes de haber solucionado esta cuesti¨®n", reivindica Hunt para alinearse con los que esgrimen esta amenaza sin proferirla ¨¦l directamente.
El principal problema al que se enfrenta Hunt es el de intentar convencer a unos afiliados conservadores que han convertido el Brexit en su obsesi¨®n, y que cualquier sugerencia de volver a negociar con la UE les suena a traici¨®n, de que aprecien tambi¨¦n ellos sus virtudes moderadas que atraen a la mayor¨ªa de los votantes. Y, de momento, ha fracasado en el empe?o: un 48% de los conservadores, seg¨²n la misma encuesta de YouGove, prefieren a Boris.
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