No, no es la seguridad
EE UU se salta sus propias advertencias contra Huawei por obra y gracia de los da?os colaterales de la guerra comercial
Cuando Estados Unidos amenaza a sus socios con dejar de compartir datos de sus servicios de inteligencia si dan entrada a Huawei en el desarrollo de sus redes 5G, Washington justifica el ultim¨¢tum ante el riesgo para la seguridad occidental que supone el gigante tecnol¨®gico chino. La Casa Blanca ha prohibido a sus empresas venderle tecnolog¨ªa a Huawei con el mismo argumento y sus funcionarios tienen prohibido utilizar aparatos de la compa?¨ªa. Hoy, la amenaza ha dejado de ser tal. Huawei vuelve a ser fiable por obra y gracia de los da?os colaterales de la guerra comercial, aunque sobre el papel ¡ªmojado¡ª el veto se mantenga.
El peligro de utilizar los aranceles y sanciones como principal instrumento de la pol¨ªtica exterior acaba de mostrar sus l¨ªmites y sus costuras. Las sanciones impuestas por Estados Unidos para intentar frenar la emergencia econ¨®mica y tecnol¨®gica de China ¡ªy s¨ª, tambi¨¦n sus abusos de las reglas comerciales¡ª han acabado perjudicando a importantes sectores de la econom¨ªa estadounidense. La Administraci¨®n de Donald Trump ya lleva gastados 28.000 millones de d¨®lares (unos 24.623 millones de euros) en compensar a sus agricultores por las p¨¦rdidas que les ha ocasionado el hecho de que Pek¨ªn haya dejado de comprarles soja, ma¨ªz o trigo, entre otros productos. El sector tecnol¨®gico estadounidense ha dejado de vender con el veto componentes por valor de 11.000 millones de d¨®lares a la compa?¨ªa china. Y en la permanente campa?a electoral en que se han convertido las democracias occidentales, Trump no puede permitirse perder el favor de una bolsa de votos tan importante a a?o y medio de las presidenciales de 2020, en las que buscar¨¢ su reelecci¨®n.
El requisito innegociable de Pek¨ªn para recuperar, e incluso aumentar, sus compras de productos a los agricultores de Dakota del Sur era incluir en la mesa de negociaci¨®n el levantamiento del veto a Huawei. Una condici¨®n que Washington hab¨ªa rechazado de plano durante todos estos meses y a la que Trump finalmente ha accedido con su decisi¨®n de incluirlo en los tratos. Es dif¨ªcil que despu¨¦s de abrir esa puerta pueda seguir exigiendo a sus aliados un veto incondicional a Huawei.
El giro en la pol¨ªtica exterior-comercial estadounidense se produce justo un d¨ªa despu¨¦s de que la Uni¨®n Europea y Mercosur culminasen 20 a?os de negociaciones con un acuerdo que sit¨²a a Europa como adalid global del libre comercio. Dos anuncios que no est¨¢n relacionados entre s¨ª pero que permiten contraponer modelos.
El G2 global que cada d¨ªa se perfila con m¨¢s nitidez en torno a Estados Unidos y China ha dejado a Europa en una especie de tierra de nadie. Sin embargo, el acuerdo con Mercosur refuerza un papel propio en la recomposici¨®n del orden mundial a la que asistimos. Con una defensa de sus propios valores que es la defensa de sus intereses.
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