Meng Wanzhou, la princesa de Huawei en el ojo del hurac¨¢n

Hab¨ªa una vez dos emperadores, el del Este y el del Oeste, que rivalizaban por una princesa. Uno de ellos mand¨® hacerla prisionera en un castillo en un reino aliado; el otro enfureci¨® y amenaz¨® con graves males si no la liberaban. ?Suena a cuento infantil? S¨ª. Pero muy real. China y Estados Unidos mantienen una dura pelea por la supremac¨ªa tecnol¨®gica, encarnada en su disputa sobre Huawei. Y Meng Wanzhou, la directora financiera y heredera aparente del gigante tecnol¨®gico chino, es la princesa por la que porf¨ªan y cuya detenci¨®n en Canad¨¢ ha hecho montar en c¨®lera a Pek¨ªn.

Aunque sobre el papel un r¨¦gimen comunista, China no deja de tener su propia realeza, los ¡°principitos¡±, los familiares de los l¨ªderes m¨¢s altos y de los superejecutivos de las empresas de bandera. Y ¡ªcon la posible salvedad de Alibaba, el gigante del comercio electr¨®nico¡ª en China no hay mayor empresa de bandera que Huawei: opera en 170 pa¨ªses, emplea a 180.000 personas, ingresa m¨¢s de 41.000 millones de euros anuales y es punta de lanza de la innovaci¨®n mundial. Si hay una familia intocable en el sector privado chino, esa es la de Ren Zhengfei, el exmilitar fundador de esta compa?¨ªa de nombre traducible como ¡°logro de China¡±. Y Meng es su hija mayor. ¡°De ninguna manera China va a aceptar que se retenga a Meng Wanzhou¡±, advierten, en p¨²blico y en privado, altos funcionarios chinos.

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Cuando el 1 de diciembre la directora financiera fue detenida mientras hac¨ªa escala en Vancouver, China se encendi¨® de ira. Ottawa explic¨® que hab¨ªa, simplemente, acatado una solicitud de EE?UU, que considera a Meng sospechosa en un caso de fraude para violar sus sanciones contra Ir¨¢n. Pero Pek¨ªn inmediatamente lo catalog¨® de caso pol¨ªtico. Las aparentes represalias no tardaron en llegar: dos ciudadanos canadienses fueron detenidos en China a los pocos d¨ªas; este febrero se ha confirmado que son sospechosos de espionaje. De repente, el nombre de Meng, de 47 a?os, estaba en boca de todos. Un nombre que, hasta entonces, pocos conoc¨ªan fuera de China: quienes la han tratado la describen como ¡°profesional¡± y ¡°discreta¡±. Su primera aparici¨®n p¨²blica en representaci¨®n de Huawei lleg¨® en 2011, cuando ya llevaba casi 20 a?os trabajando para la empresa.

Lo que se sabe de ella con seguridad, como ocurre con el resto de su familia, es relativamente poco. Huawei no cotiza en Bolsa y no necesita publicar detalles de su organizaci¨®n o los ingresos de sus directivos. El propio Ren, hasta que comenz¨® la detenci¨®n de su hija, solo hab¨ªa concedido tres entrevistas a medios extranjeros en toda su vida. No se conoce con exactitud a cu¨¢nto pueda ascender la riqueza de Meng; tampoco cu¨¢ntos pasaportes tiene.

No se conoce a cu¨¢nto asciende su riqueza, tampoco cu¨¢ntos pasaportes tiene

Nacida en 1972 en Chengdu ¡ªsu madre, Mena Jun, de quien toma el apellido, era hija de un alto funcionario del Partido Comunista en la zona¡ª, se mud¨® en los a?os ochenta con su familia a Shenzhen, entonces un pueblo de pescadores reci¨¦n designado como zona econ¨®mica especial. Su padre fund¨® all¨ª Huawei en 1988, tras ser licenciado del Ej¨¦rcito.

Ella empez¨® en la compa?¨ªa en 1993 como recepcionista. Su ascenso en serio lleg¨® tras completar un m¨¢ster en contabilidad. Desde 2003 ha ocupado puestos como la direcci¨®n financiera de la subsidiaria de Hong Kong o la direcci¨®n de contabilidad internacional. En 2011 pas¨® a ser directora financiera. En marzo pasado, en un posible paso hacia la sucesi¨®n, fue nombrada vicepresidenta.

Est¨¢ casada con Liu Xiaozong, empresario, y tiene cuatro hijos, entre los 20 y los 10 a?os. Hasta 2009 mantuvo permiso de residencia en Canad¨¢. A¨²n hoy conserva dos lujosas propiedades en Vancouver, una valorada en 10,6 millones de euros y otra en 3,7. Una est¨¢ siendo reformada; la otra le sirve de hogar mientras espera, en r¨¦gimen de libertad condicional y con una pulsera electr¨®nica en el tobillo, a que se resuelva su solicitud de extradici¨®n.

No se sabe exactamente cu¨¢ndo entr¨® en el consejo de administraci¨®n de Skycom Tech, descrita por los fiscales canadienses como ¡°una subsidiaria no oficial¡± de Huawei. EE?UU le acusa de haber enga?ado a los bancos negando los v¨ªnculos de Huawei con esa compa?¨ªa ¡ªdisuelta el a?o pasado¡ª para que la matriz se saltara las sanciones contra Ir¨¢n.

Ahora Huawei ha decidido pasar a la acci¨®n contra lo que considera un abuso estadounidense. La empresa ha interpuesto una demanda contra la ley que proh¨ªbe a los organismos oficiales de EE?UU comprarle equipos y productos. Meng Wanzhou ha apelado tambi¨¦n contra su detenci¨®n. ¡°Hay cuestiones de car¨¢cter pol¨ªtico, motivaciones pol¨ªticas, comentarios del presidente de EE?UU¡±, ha dicho uno de sus abogados, Richard Peck. Donald Trump ha insinuado alguna vez que estar¨ªa dispuesto a devolver a la ejecutiva a China si ello le reportara un acuerdo en su guerra comercial con Pek¨ªn.

El pr¨®ximo episodio de este cuento real llegar¨¢ el 8 de mayo, cuando Meng regresar¨¢ a los tribunales para una vista sobre su extradici¨®n. Pero todo el proceso legal puede tardar hasta dos a?os en agotarse. Mientras, la princesa seguir¨¢ esperando en su mansi¨®n. ?Y los dos emperadores? Estos, probablemente, encontrar¨¢n nuevos motivos para seguir porfiando.?