La desaparici¨®n de Santrich

Hace algunas horas, en uno de los puentes feriados en los que Colombia se desconecta por la cantidad de fiestas patronales en decenas de municipios del pa¨ªs, se supo que el exjefe guerrillero y reci¨¦n posesionado congresista Jes¨²s Santrich abandon¨® su esquema de seguridad y su paradero es desconocido. Como se sabe, el congresista ha estado, durante m¨¢s de un a?o, en medio de un debate jur¨ªdico y pol¨ªtico nacional. Un sector de la justicia lo acusa de haber delinquido luego de la firma del acuerdo de paz, situaci¨®n por la cual Estados Unidos lo est¨¢ pidiendo en extradici¨®n. Para otra parte de la justicia las pruebas ser¨ªan poco confiables y adquiridas bajo el famoso m¨¦todo del entrampamiento, ilegal en el derecho colombiano. De confirmarse que Santrich escap¨®, habr¨ªa seis grandes conclusiones.

1. Su escap¨¦ ser¨ªa un duro golpe al proceso de paz, a los sectores sociales y pol¨ªticos que defienden el acuerdo y en general a las fuerzas progresistas del pa¨ªs. A pesar del saboteo, de la estrategia de la Fiscal¨ªa General de torpedear el proceso de paz y de las presiones del gobierno Duque para deslegitimar la justicia transicional, lo cierto es que con el caso Santrich se impuso el Estado de derecho, es decir, se le garantiz¨® el debido proceso, la presunci¨®n de inocencia y los derechos pol¨ªticos. As¨ª que su desaparici¨®n es un golpe al acuerdo, pero tambi¨¦n al Estado de derecho, a todas las instituciones que a pesar de la presi¨®n mantuvieron la ley. Ya nadie confiar¨¢ en su supuesta inocencia.

2. La segunda conclusi¨®n es que el se?or Santrich hizo todo lo que el sector pol¨ªtico detractor de la paz manifest¨® que iba a hacer. Sigui¨® todo el guion. Eso legitima este sector pol¨ªtico, debilita la legitimidad de las instituciones de la justicia transicional y justificar¨¢ medidas extremas que estos sectores tomen en contra del proceso de paz.

3. El partido FARC debe tomar la decisi¨®n de apartase de estos sectores que han abandonado el proceso de paz. Como se sabe habr¨ªa tres grandes sectores dentro del grupo de desmovilizados. En primer lugar, aquellos que est¨¢n comprometidos con el acuerdo. En segundo lugar, aquellos que han retomado las armas en lo que se conocen popularmente como grupos de disidencias. Hay un tercer sector que est¨¢ en la ¡°semiclandestinidad¡±, es decir, est¨¢n escondidos, no cumplen las citas de la justicia transicional, manifiestan que lo hacen por la inseguridad Jur¨ªdica y el incumplimiento del Estado colombiano, pero tampoco se han vinculado a las disidencias. En este grupo est¨¢n una gran cantidad de mandos medios y un alto mando: Iv¨¢n M¨¢rquez. Todos estos mandos argumentaban que el caso Santrich ser¨ªa algo as¨ª como el l¨ªmite de su compromiso con el acuerdo. Si a Santrich se le garantizaba sus derechos pol¨ªticos y el debido proceso, ellos regresar¨ªan al marco del proceso de paz, pero no cumplieron. As¨ª las cosas, el partido FARC deber¨¢ expulsar a estos sectores, ya que cada d¨ªa que pase el da?o ser¨¢ m¨¢s grande a los que mantienen la intenci¨®n de cumplir lo acordado.

Con esto, adem¨¢s, se sabr¨¢ que tantos mandos decidir¨¢n irse con Iv¨¢n M¨¢rquez. Tal vez eso se sepa en un mes. Tambi¨¦n, en algunos meses se sabr¨¢ que cantidad de todos estos mandos en la ¡°semiclandestinidad¡± ir¨¢n a las disidencias y para inicios del otro a?o sabremos si lo que hoy se llaman disidencias ser¨¢n una nueva guerrilla o ser¨¢n grupos en proceso de descomposici¨®n o bandolerizaci¨®n.

4. Si bien, la desaparici¨®n de Santrich es un duro golpe al proceso de paz, en todo caso el proceso es mucho m¨¢s que un exguerrillero. El cumplimiento, avance o retroceso del mismo no puede circunscribirse al tema Santrich.

5. La decisi¨®n de algunos de estos mandos en la ¡°semiclandestinidad¡± es absurda, pues refugiarse en Venezuela y defender lo que ellos llaman la revoluci¨®n bolivariana es defender un r¨¦gimen que se desmorona y que tiene pr¨¢cticas abiertamente autoritarias.

6. Pero tal vez la conclusi¨®n principal es que se mezclaron dos extremos. Un sector pol¨ªtico que quiere destruir la justicia transicional y demoler el acuerdo de paz, con el objetivo de ocultar la verdad en el conflicto, y unos sectores de la exguerrilla de las FARC a los que no les gust¨® el resultado de la negociaci¨®n. Ambos tienen el objetivo de destruir lo construido y de montar sus pilares de campa?a pol¨ªtica sobre demoler el acuerdo de paz. Los ¨²nicos beneficiados aqu¨ª son esos dos extremos. La derecha saldr¨¢ a reclamar victoria y estos sectores de las FARC buscar¨¢n legitimar su disidencia a partir de los incumplimientos del Estado. Ambos sectores coincid¨ªan en que el objetivo era revivir a la exguerrilla de las FARC. Tal vez lo logren.