Palacio Nacional: de residencia de tlatoanis y virreyes a hogar de los L¨®pez Obrador
El presidente de M¨¦xico rehabilita el edificio novohispano como casa presidencial despu¨¦s de 135 a?os
A los siete meses de llegar al poder, el presidente de M¨¦xico, Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador, prepara su mudanza al Palacio Nacional. El mandatario ha decidido habitar una parte del recinto hist¨®rico, aunque desde hace 135 a?os este sitio no funge como residencia presidencial. Sin dar a conocer la fecha exacta de su mudanza, el mandatario anunci¨® que al t¨¦rmino del a?o escolar de su hijo m¨¢s peque?o, la familia se trasladar¨ªa a un departamento construido en el interior del recinto durante el sexenio de Felipe Calder¨®n. Un piso rodeado por las oficinas federales donde trabajan m¨¢s de 700 empleados, un jard¨ªn bot¨¢nico, dos patios y cinco murales que pint¨® Diego Rivera hace m¨¢s de medio siglo. En suma, un pol¨ªgono m¨¢s de 50.000 metros cuadrados situado en el coraz¨®n de Ciudad de M¨¦xico que es visitado diariamente por unas 3.500 personas.
L¨®pez Obrador, su esposa y su hijo menor dejar¨¢n su actual domicilio de 170 metros cuadrados ubicado al sur de la capital del pa¨ªs, para afincarse en el sitio donde Moctezuma II edific¨® sus ¡°casas nuevas¡± hacia 1502. Tras la conquista a manos de los espa?oles, los terrenos pasaron a manos de Hern¨¢n Cort¨¦s y de su familia, quienes finalmente los vendieron a la Corona para que ah¨ª se construyera el Palacio de los Virreyes de la Nueva Espa?a, una residencia que se coste¨® a partir de los impuestos sobre el aguardiente y el vinagre. Audiencias p¨²blicas, sesiones legislativas, funerales, fiestas y recepciones de Estado se han llevado a cabo en este sitio a lo largo de m¨¢s de 500 a?os de historia. El ¨²ltimo presidente de M¨¦xico que ocup¨® el Palacio Nacional fue Manuel Gonz¨¢lez hacia 1884 y ahora, en unas semanas m¨¢s, el l¨ªder de Morena abrir¨¢ una nueva p¨¢gina en la historia del emblem¨¢tico edificio.
En la v¨ªspera del cambio de residencia, diversas ¨¢reas del inmueble han sido restringidas a los visitantes. Los vigilantes justifican el cierre por las obras de remodelaci¨®n y sobre algunos ventanales cerrados se encuentra la leyenda: ¡°Temporalmente fuera de servicio por reasignaci¨®n de espacios¡±. Frente al hermetismo con el que se realizan las obras de mudanza, crece la incertidumbre entre los m¨¢s de 900 trabajadores de la Secretar¨ªa de Hacienda y de la Consejer¨ªa Jur¨ªdica del Ejecutivo que trabajan en este lugar. A principios de junio, el diario Reforma report¨® que cerca de 200 empleados de la Consejer¨ªa Jur¨ªdica tendr¨¢n que desalojar las oficinas con motivo de la llegada de la familia presidencial. "Nos van a distribuir, pero no saben a d¨®nde porque estamos en austeridad y no quieren pagar", indic¨® un trabajador de forma an¨®nima al diario mexicano.
Pol¨¦mica por la rehabilitaci¨®n
La rehabilitaci¨®n del Palacio Nacional como residencia del Ejecutivo despu¨¦s de m¨¢s de 100 a?os no ha estado exenta de pol¨¦mica. Alejandro Rosas, escritor y divulgador de historia, explica que el Palacio Nacional es el centro del poder en M¨¦xico, sin embargo, es un contrasentido que un presidente que pregona la austeridad como bandera vaya a vivir en lo que fue el antiguo palacio virreinal. ¡°Para m¨ª no es el s¨ªmbolo de la rep¨²blica democr¨¢tica y austera, es el s¨ªmbolo de los excesos, del autoritarismo, de la simulaci¨®n de la democracia, es el s¨ªmbolo del poder, pero de un poder que ¨¦l mismo critica¡±, zanja.
Jessica Ram¨ªrez, investigadora del Instituto Nacional de Antropolog¨ªa e Historia, interpreta esta decisi¨®n de L¨®pez Obrador como un gesto simb¨®lico para legitimarse en el poder. La doctora en Historia subraya la pertinencia de un adecuado plan para llevar a cabo las nuevas funciones en el inmueble. ¡°El asunto es que va a ser residencia de un mandatario y eso implica cuestiones de seguridad, hasta donde yo entiendo se est¨¢ generando un proyecto en el que los recorridos (culturales) al Palacio Nacional van a seguir d¨¢ndose de manera m¨¢s controlada y se deber¨¢ generar un programa de mediaci¨®n cultural para que [el recinto] siga siendo un espacio para todos¡±, refiere.
El desaf¨ªo que significar¨¢ el sumar una vocaci¨®n m¨¢s al Palacio Nacional tiene eco en las estampas cotidianas del recinto. Cada d¨ªa se mezclan los pasos de personal administrativo del Ministerio de Hacienda con los empresarios, gobernadores o equipo de trabajo que ah¨ª se cita con el presidente de M¨¦xico. En este ir y venir se suman las decenas de visitantes nacionales y extranjeros. Los turistas pasean por sus patios y contemplan los murales de Diego Rivera, descubren la habitaci¨®n donde muri¨® el expresidente mexicano Benito Ju¨¢rez y se hacen un selfie junto a las cact¨¢ceas que forman parte del jard¨ªn bot¨¢nico. En promedio, el Palacio Nacional atrae a unos 3.500 personas diariamente, de acuerdo con las estad¨ªsticas oficiales.
Arturo Balandrano Campos, director general de Sitios y Monumentos del Patrimonio Cultural de la Secretar¨ªa de Cultura, asegura que la vocaci¨®n cultural del inmueble no se ver¨¢ afectada por la llegada de la familia presidencial. ¡°La mudanza del presidente al Palacio Nacional no tiene nada que ver con el flujo de visitantes, los visitantes no van a buscar al presidente en su casa. Para la Secretar¨ªa de Cultura el hecho de que el presidente haya decidido darle nuevamente la relevancia hist¨®rica, la importancia pol¨ªtica de este edificio que siempre ha sido el s¨ªmbolo del Gobierno de la Rep¨²blica nos parece muy acertado¡±, se?ala.?
A m¨¢s de un siglo de distancia, Palacio Nacional, antigua casa de virreyes, emperadores y mandatarios conservadores, abrir¨¢ sus puertas una vez m¨¢s para alojar a un mandatario mexicano: L¨®pez Obrador, quien desde este mismo sitio, en sus conferencias matutinas, subraya repetidamente, como r¨²bricas de su Gobierno la austeridad y el combate a la corrupci¨®n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.