El gentil monstruo de Bruselas
La sombra del incumplimiento de reglas de contrataci¨®n p¨²blica, compra de material b¨¦lico innecesario, plagio de su tesis doctoral pesa sobre Ursula von der Leyen
El genial ensayista alem¨¢n Hans-Magnus Enzersberger perpetr¨®, sin embargo, un grave, aunque ¨²nico, pecado: su deleznable obra El gentil monstruo de Bruselas (Anagrama, 2012). En ella prest¨® altavoz a todas las falacias de Margaret Thatcher contra ¡°los bur¨®cratas de Bruselas¡±, por altivos y antidemocr¨¢ticos.
Ambos ignoraban que esos bur¨®cratas rigen la Administraci¨®n m¨¢s eficiente y productiva de toda Europa, apenas m¨¢s nutrida que el Ayuntamiento de Par¨ªs o el Bundesbank. Y la m¨¢s transparente.
Ursula Albrecht, de familia patricia/profesional en Hannover, es hija de esa ¨¦lite. Ernst, su padre, fue jefe de gabinete en la primera Comisi¨®n Europea, la ¨²nica hasta hoy presidida por un alem¨¢n, Walter Hallstein. Fue el primer sherpa del primer comisario de la Competencia, como antecesor de Margrethe Vestager: un cargo muy poderoso (impone multas) y rutilante (m¨¢ximo prestigio) de Bruselas.
As¨ª que es europe¨ªsta, cosmopolita y pluriling¨¹e desde antes de nacer, y por supuesto desde antes de casarse con un caballero Von der Leyen, de linaje textil sedero elevado a la p¨¦tite noblesse por Napole¨®n. Incluso aunque su trayectoria exhiba esos agujeros negros en su etapa de ministra de Defensa que le destripan sus paisanos socialdem¨®cratas en Why Ursula von der Leyen is an inadequate and inappropiate candidate: incumplimiento de reglas de contrataci¨®n p¨²blica, compra de material b¨¦lico innecesario, plagio de su tesis doctoral.
Como la suya, la de Hallstein fue una elecci¨®n ardua: tard¨® del 20 de enero de 1957 al 7 de enero de 1958. Pero aqu¨ª acaban las coincidencias. Entonces no hab¨ªa Parlamento Europeo, sino una mera Asamblea consultiva, que hasta 1979 no ser¨ªa elegida por sufragio universal, sino cooptada entre diputados nacionales.
En la encrucijada de la presunci¨®n de eficiencia de los grandes bur¨®cratas y el principio democr¨¢tico de una C¨¢mara con poderes crecientes ¡ªa la que se atribuye plena representatividad¡ª, reside el DNI pol¨ªtico-institucional de la nueva mandataria.
A?o tras a?o y tras cada reforma del Tratado de Roma, el hemiciclo de Estrasbugo ha ido incrementando sus competencias jur¨ªdicas e influencia pol¨ªtica. Incluso pese a la paradoja de la declinante participaci¨®n electoral que lo legitima: solo rota para bien ¡ªal alza¡ª este 26 de mayo.
A diferencia de los Parlamentos nacionales, no elige de la nada a un presidente del Ejecutivo. Pero lo inviste. Hasta ahora, sus destellos de poder relampaguearon en 1999, cuando forz¨® la dimisi¨®n de la Comisi¨®n de Jacques Santer por el favoritismo de una comisaria, Edith Cr¨¦sson, al contratar a un ayudante; y en 2004, cuando oblig¨® a Jos¨¦ Manuel Dur?o Barroso a prescindir del candidato a comisario italiano, Rocco Butiglione, por ultra y hom¨®fobo, y tuvo que rehacer su cartapacio.
La votaci¨®n a Ursula Albrecht ha segregado m¨¢s intensidad institucional. Al amenazar con el rechazo a la candidata de los primeros ministros, y validarla al cabo por una exigua mayor¨ªa de nueve esca?os (sobre 747), los diputados no solo tamborileaban con una ag¨®nica crisis institucional. No solo se vengaron de que el Consejo Europeo hubiese descartado a sus cabezas de lista m¨¢s votados en las urnas (spitzenkandidaten). Tambi¨¦n afirmaron de facto su poder de elegir. Sustentado, m¨¢s que en el Tratado de la Uni¨®n, en que irrumpen como la encarnaci¨®n del principio democr¨¢tico, que contrarresta, compensa o legitima la funcionalidad del poder funcionarial.
Lo nunca visto, el programa de la exministra alemana fue redactado de consuno con los grandes grupos parlamentarios. Los que la apoyaron con su voto (seg¨²n sus c¨¢lculos, de m¨¢s a menos): liberales, democristianos y socialdem¨®cratas. As¨ª que lo que empez¨® con un desd¨¦n de la instituci¨®n m¨¢s intergubernamental (el Consejo Europeo), ha derivado en anudar la alianza ¡ªaunque a¨²n precaria¡ª de las m¨¢s comunitarias, Comisi¨®n y Parlamento, que junto al Tribunal de Justicia y al Banco Central Europeo emanan del esp¨ªritu m¨¢s europe¨ªsta y del empe?o m¨¢s federal.
Esa alianza, todav¨ªa en ciernes para este mandato, ampl¨ªa una tradici¨®n. Jacques Delors busc¨® la legitimaci¨®n de la C¨¢mara para las 300 directivas y otras normas derivadas de su Acta ?nica (1985) que dise?aba la realizaci¨®n simult¨¢nea del ¡°gran mercado sin fronteras, m¨¢s la cohesi¨®n econ¨®mica y social, una pol¨ªtica europea de investigaci¨®n y tecnolog¨ªa, el reforzamiento del Sistema Monetario Europeo, el comienzo de un espacio social europeo y de acciones significativas en materia de medio-ambiente¡± (Re¨²ssir l'Acte Unique, 15/2/1987).
M¨¢s recientemente, con Jean-Claude Juncker, esa coalici¨®n ha dado frutos como el redise?o de una uni¨®n bancaria m¨¢s ambiciosa que la de los Gobiernos, mejoras del presupuesto o el impulso a una nueva capacidad fiscal (l¨ªnea presupuestaria para la zona euro). Por eso, por resultados, necesidad e imperativo de principios, Von der Leyen reclamaba en la entrevista de EL PA?S/LENA del viernes la alianza ¡°con mayor¨ªas [parlamentarias] estables para los diferentes asuntos y quiz¨¢ una mayor¨ªa nueva en cada caso¡±. Veremos muchas cosas.
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