Ecocidios, otra gran prueba para L¨®pez Obrador
Los accidentes de los que nos enteramos son una minor¨ªa de la que apenas tenemos conocimiento
Lo primero que tenemos que preguntar es cu¨¢ntos de los ecocidios provocados por Grupo M¨¦xico han quedado en silencio. Y es que los accidentes de los que nos enteramos son apenas una minor¨ªa, una minor¨ªa de la que tenemos conocimiento, para colmo, por meros imponderables: por ejemplo, un trabajador que filma un derrame de 3.000 litros de ¨¢cido.
Si por ellos fuera, la empresa de Germ¨¢n Larrea nunca har¨ªa p¨²blicos sus envenenamientos, a¨²n a pesar de estar obligada por ley, por cuestiones ¨¦ticas y morales b¨¢sicas y por elemental humanidad. Su actuar tras el ¨²ltimo derrame lo confirma: el trabajador que film¨® el desastre fue despedido horas despu¨¦s de publicar el video.
Lo segundo que tenemos que preguntarnos es, entonces, cu¨¢ntos de los sucesos en apariencia inexplicables ¡ªla muerte de un grupo de ballenas, la aparici¨®n de cientos de peces flotando en una presa, la explosi¨®n de casos de c¨¢ncer en una regi¨®n espec¨ªfica de nuestro pa¨ªs o la desaparici¨®n de cientos de miles de abejas¡ª son una mera consecuencia del actuar criminal, voraz, inconsciente e impune de Grupo M¨¦xico.
Y es que si a pesar de todos sus esfuerzos, los accidentes de los que nos enteramos son tantos ¡ªninguna empresa minera, de transportaci¨®n o de desarrollo de infraestructuras en el planeta tiene una tasa de ecocidios tan alta como la de Larrea¡ª, podemos inferir que la de los accidentes silenciados ¡ªya sea a consecuencia de la corrupci¨®n, de la incapacidad de las autoridades o de los cientos de miles de kil¨®metros donde el Estado est¨¢ ausente¡ª es a¨²n m¨¢s alta.
Si por ellos fuera, Grupo M¨¦xico ¡ªcuyas subsidiarias Ferromex, Ferrosur, Intermodal M¨¦xico y Texas Pac¨ªfico suenan en todos los pasillos del gobierno, una y otra vez, para participar del desarrollo, construcci¨®n y usufructo del mayor crimen ecol¨®gico que se llevar¨¢ a cabo durante el presente sexenio: la construcci¨®n del Tren Maya¡ª negar¨ªa incluso aquello que las im¨¢genes y los estudios constatan: r¨ªos envenenados de cobre acidulado, cientos de miles de hect¨¢reas muertas por residuos harinosos ¡ªdeshechos de tierra triturada y lavada con ars¨¦nico¡ª y mantos subterr¨¢neos destrozados por mercurio y plomo.
Pero la empresa de Germ¨¢n Larrea, si por su principal accionista fuera, no solo negar¨ªa sus ecocidios evidentes y aquellos que esconde, tambi¨¦n negar¨ªa el trabajo ilegal que mantiene en secreto y las condiciones esclavistas pero legales en las que laboran sus trabajadores: usted seguramente recuerda c¨®mo viv¨ªan, c¨®mo llevaban a cabo sus quehaceres y c¨®mo terminaron los 65 mineros de Pasta de Conchos, cuyos cuerpos no valieron, ni muertos ni vivos, la inversi¨®n que se requer¨ªa para rescatarlos.
Lo que usted, sin embargo, no recuerda, es la explotaci¨®n infantil que he atestiguado en tres Estados diferentes de la Rep¨²blica. Por eso se la cuento aqu¨ª y ahora, para que desde este mismo instante lo recuerde para siempre: al proceso de extracci¨®n del que hablo le dicen pozitos y consiste en lo siguiente: se cava, con una barrenadora, un hoyo profundo, muy, muy profundo pero muy, muy estrecho, tan estrecho que un hombre adulto no puede descender en las canastas que ah¨ª se introducen: por eso se utiliza a ni?os, ni?os de entre siete y catorce a?os, cuyas infancias y expectativas de vida son destrozadas.
Lo tercero que tenemos que preguntarnos es, ahora, por qu¨¦ un conglomerado de empresas ¡ªGrupo M¨¦xico¡ª y una familia ¡ªla familia Larrea¡ª goza del privilegio y de la impunidad no solo de explotar a su antojo a los trabajadores de nuestro pa¨ªs y de destruir lo ¨²nico que todav¨ªa nos pertenece a todos: el medioambiente, sino tambi¨¦n de no enfrentar nunca las consecuencias que deber¨ªan haberles significado los m¨²ltiples accidentes ferroviarios que han causado, as¨ª como los innumerables fallos, retrasos e incluso no entregas de diversos proyectos de infraestructura. La respuesta a esta pregunta, sin embargo, es la m¨¢s sencilla de todas.
Y es que la falta de transparencia es el ADN de Grupo M¨¦xico, as¨ª como el compadrazgo es su mayor se?a de identidad: a trav¨¦s de estas dos formas de actuar, que en nuestro pa¨ªs se han convertido, tristemente, en verdaderas estrategias de negocios, la empresa de Larrea se hizo de la mayor¨ªa de sus activos, durante las ventas a dedo, brindis y espantasuegras del periodo neoliberal: sin mayores concursos, los Salinas les entregaron el subsuelo, al tiempo que Zedillo, tiempo despu¨¦s, les entreg¨® las v¨ªas de comunicaci¨®n para que pudieran transportar libremente sus materias primas por toda la rep¨²blica.
Pero durante el periodo de las gangas neoliberales, Grupo M¨¦xico, que hasta entonces se hab¨ªa limitado, b¨¢sicamente, a trabajar para Pemex, no s¨®lo recibi¨®, de manera por dem¨¢s opaca, la miner¨ªa y las v¨ªas de ferrocarril, tambi¨¦n se hizo de las conexiones con las principales terminales portuarias de nuestro pa¨ªs, as¨ª como de los cinco puntos fronterizos de mayor tr¨¢fico hist¨®rico, presente y futuro. Por supuesto, uno pensar¨ªa que con esto no le har¨ªa falta, a Grupo M¨¦xico, ninguna ayuda m¨¢s.
La impunidad, sin embargo, llama a la impunidad: durante los sexenios de Vicente Fox y de Felipe Calder¨®n ¡ªel hombre cuyo closet est¨¢ tan retacado de cad¨¢veres que se ha visto obligado, por puro temor personal, ha salir del ostracismo e inventar un nuevo proyecto pol¨ªtico, que mejor har¨ªa en llamarse ?Calder¨®n libre?¡ª, Grupo M¨¦xico multiplic¨® incomparablemente sus concesiones de explotaci¨®n.
Por supuesto, durante los periodos aqu¨ª se?alados e incluso antes, muchas de las empresas que conforman el conglomerado de Larrea tambi¨¦n fueron saneadas por el propio gobierno, a costo cero para Grupo M¨¦xico y, por supuesto, a costo completo para los impuestos y el dinero de todos los mexicanos.
Los mismos mexicanos que hoy somos envenenados por los ecocidios de Grupo M¨¦xico, los mismos mexicanos que hoy vemos como mueren nuestros mantos profundos, nuestros r¨ªos, nuestros lagos y nuestros oc¨¦anos. Los mismos mexicanos que vemos morir nuestra flora y nuestra fauna, sin que los gobiernos, sean de las siglas que sean, hagan nada.
Otra vez, el nuevo Gobierno, el gobierno de AMLO, tiene delante una oportunidad para demostrar que es todo aquello que prometi¨® ser: el derrame del Mar de Cort¨¦s ¡ªcuyas primeras v¨ªctimas yacen caparazones arriba sobre las playas¡ª no puede quedar impune. Como tampoco pueden quedar impunes las pr¨¢cticas cotidianas, ilegales y voraces de una de las empresas m¨¢s da?inas de la historia de M¨¦xico: ?o ser¨¢ este nuevo gobierno otro m¨¢s que haga la vista hacia otro lado ante el trabajo infantil y la explotaci¨®n asesina de los mineros mexicanos?
Seg¨²n el propio Grupo M¨¦xico, cada a?o dedica 4 mil 200 millones de pesos a asuntos de car¨¢cter ambiental. Esto es el 2.2% de su ganancia anual. Seg¨²n el propio gobierno, sin embargo, las empresas de extracci¨®n deber¨ªan dedicar entre el 25 y el 30 por ciento de sus ganancias a limpiar su impacto.
Esta es, pues, la cuarta y ¨²ltima pregunta que vale la pena hacerse ante esta realidad de devastaci¨®n y muerte: ?por qu¨¦ no empieza, el nuevo gobierno, por obligar a Grupo M¨¦xico a cumplir con este porcentaje?
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