Las cesiones en migraci¨®n aplacan los ataques de Trump a M¨¦xico
En tiempo r¨¦cord, M¨¦xico ha endurecido los controles a los centroamericanos y, de facto, se ha convertido en el muro deseado por el presidente de Estados Unidos
El ¨²ltimo mes y medio ha marcado un punto de inflexi¨®n en las relaciones entre M¨¦xico y Estados Unidos. La amenaza de Donald Trump de imponer aranceles a los productos mexicanos si el Gobierno de Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador no pon¨ªa freno a la migraci¨®n centroamericana hacia el norte hizo que saltaran todas las alarmas en el pa¨ªs latinoamericano. Una guerra comercial afectar¨ªa sobremanera a la econom¨ªa mexicana, que bordea la recesi¨®n. En tiempo r¨¦cord, M¨¦xico ha endurecido los controles migratorios y cumplido con las demandas de Trump. Y L¨®pez Obrador con su promesa de no confrontar al presidente de Estados Unidos. A cambio de aplacar a Trump, M¨¦xico se ha convertido, de facto, en su ansiado muro.
¡°Nosotros hemos hecho todos los compromisos en los que quedamos¡±, afirm¨® este viernes el canciller Marcelo Ebrard, que este domingo se reuni¨® con su hom¨®logo, el secretario de Estado, Mike Pompeo, para certificar los avances en las exigencias de Trump. Ebrard se?al¨® que M¨¦xico "no considera necesario iniciar ning¨²n tipo de negociaci¨®n con respecto a un eventual acuerdo de tercer pa¨ªs seguro de M¨¦xico y Estados Unidos".
Desde el triunfo en las elecciones del 1 de julio del pasado a?o se ha especulado mucho sobre c¨®mo ser¨ªa la relaci¨®n entre ambas administraciones, dos pol¨ªticos en las ant¨ªpodas ideol¨®gicas, pero que comparten m¨¦todos de comunicaci¨®n y confrontaci¨®n para con sus adversarios. Ambos saben que no pueden llevar a cabos sus proyectos ¡ªuno de corte neoliberal; el del mandatario mexicano con un amplio contenido social¡ª sin estabilidad econ¨®mica. La aprobaci¨®n del nuevo tratado de comercio con Estados Unidos y Canad¨¢ ¡ªpendiente de aprobaci¨®n en sus Congresos¡ª durante los meses de transici¨®n en M¨¦xico, con la participaci¨®n de enviados de L¨®pez Obrador se percibi¨® como la garant¨ªa de una relaci¨®n fluida. Un espejismo.
L¨®pez Obrador y Ebrard, que adem¨¢s de jefe de la diplomacia ha ejercido de vicepresidente de facto ¡ªno existe el cargo en M¨¦xico¡ª en los ¨²ltimos meses, sab¨ªan desde el primer d¨ªa que la pol¨ªtica migratoria iba a ser el mayor motivo de confrontaci¨®n entre ambos pa¨ªses. No ya por los comentarios racistas que ha manifestado el presidente de Estados Unidos a lo largo de su mandato. La coincidencia de los primeros a?os de gobierno de L¨®pez Obrador con la campa?a electoral para la reelecci¨®n de Trump forjaba los peores presagios. ¡°Sabemos que contra m¨¢s se acerque las elecciones, el discurso se va a volver m¨¢s duro¡±, aseguraba un alto funcionario mexicano a principios de a?o. De prometer construir el muro, el inquilino de la Casa Blanca pas¨® a amenazar con cerrar la frontera.
L¨®pez Obrador inaugur¨® su sexenio con una pol¨ªtica de puertas abiertas en la frontera sur, un cambio de paradigma que, de inmediato, se top¨® con el rechazo de Trump. El inquilino de la Casa Blanca arreci¨® sus ataques contra M¨¦xico, a quien volv¨ªa a culpar de no hacer nada por detener la migraci¨®n irregular hacia Estados Unidos. Las amenazas de que cerrar¨ªa la frontera iban in crescendo. El desaf¨ªo fue may¨²sculo cuando Trump anunci¨® que impondr¨ªa aranceles a los productos mexicanos, lo que oblig¨® a una negociaci¨®n in extremis para frenarlo. Ese d¨ªa, L¨®pez Obrador se pleg¨® a los deseos de Trump a cambio de que la econom¨ªa no se viera lastimada.
M¨¦xico bati¨® en junio el r¨¦cord de deportaciones, apenas tres semanas despu¨¦s de lograr el pacto migratorio con Trump: un total de 21.912, un 33% m¨¢s que en el mes anterior, seg¨²n datos del Instituto Nacional de Migraci¨®n (INM). Hay que retroceder hasta marzo de 2006, ¨²ltimo a?o del mandato del conservador Vicente Fox, para encontrar una cifra superior: 23.529 personas. No solo el n¨²mero de deportados creci¨®, tambi¨¦n el de extranjeros detenidos en M¨¦xico, por encima de los 29.000, un 23% que en mayo. Las m¨¢s de 20.000 personas deportadas en junio contrastan con las 6.373 que fueron expulsadas en diciembre, el primer mes del mandato de L¨®pez Obrador, un incremento del 71% en siete meses. En todo este tiempo. M¨¦xico ha deportado a 82.132 personas, 22.000 m¨¢s que en el mismo periodo del a?o pasado, cuando gobernaba Enrique Pe?a Nieto.
La contenci¨®n de M¨¦xico con los migrantes se ha visto correspondida con la de Trump en Twitter. El mandatario ha pasado de atacar con virulencia y de criticar las leyes mexicanas a celebrarlas y felicitar a su vecino del sur por el trabajo hecho. Estados Unidos, a cambio, ha cancelado la imposici¨®n de aranceles de forma indefinida, un espacio temporal que puede abarcar muy poco en tiempos de Trump. Adem¨¢s, el Gobierno de M¨¦xico se muestra optimista porque, hasta el momento, sus ciudadanos parecen no verse afectados por las redadas contra migrantes que ha iniciado el presidente de Estados Unidos.
Para tratar de compensar sus cesiones, M¨¦xico ha comenzado a desarrollar un plan de desarrollo en el sur del pa¨ªs y Centroam¨¦rica, que cuenta con el apoyo verbal de los organismos internacionales y de Estados Unidos. El viernes, en un hecho ins¨®lito, el Gobierno mexicano entreg¨® 30 millones de d¨®lares al presidente de El Salvador, Nayib Bukele, para impulsar un programa de desarrollo en el campo dise?ado por el presidente Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador. El plan es el mismo que el mandatario mexicano ha impulsado en los ¨²ltimos meses en el sureste de M¨¦xico, en el que su Gobierno financia la siembra de ¨¢rboles frutales y maderables para dar un empuj¨®n a la agricultura local y generar empleos.
El objetivo de M¨¦xico es lograr que las buenas palabras se traduzcan en financiaci¨®n, de ah¨ª que el Gobierno de L¨®pez Obrador prevea una conferencia internacional de donantes, a la que pretende invitar a Pompeo. La ayuda econ¨®mica permitir¨ªa poder concretar un plan Marshall para la migraci¨®n centroamericana. El gran anhelo mexicano a¨²n choca con Trump.
Enrique Pe?a Nieto, el antecesor de L¨®pez Obrador, pag¨® muy caro su relaci¨®n con Trump desde que lo invit¨® a M¨¦xico en plena campa?a presidencial estadounidense, para que, horas despu¨¦s de su visita, Trump se lanzara contra M¨¦xico en un mitin. Golpeado por un final de sexenio marcado por la corrupci¨®n y los altos ¨ªndices de violencia, todos los movimientos de Pe?a Nieto con Estados Unidos, dirigidos a lograr un nuevo tratado de comercio junto con Canad¨¢ y propiciados por la relaci¨®n de su canciller, Luis Videgaray, con Jared Kushner, el yerno de Trump, fueron criticados sin paliativos.
La sumisi¨®n con Estados Unidos, en l¨ªneas generales, no ha cambiado, pero la suerte del presidente de turno, s¨ª. L¨®pez Obrador, que ha cedido incluso m¨¢s de lo que hizo Pe?a Nieto en materia migratoria de acuerdo a las cifras oficiales, no ha sufrido r¨¦ditos pol¨ªticos considerables. Ausente la oposici¨®n pol¨ªtica, los cr¨ªticos m¨¢s visibles con el presidente, el sector empresarial, ha visto con buenos ojos las concesiones migratorias con tal de no ver la econom¨ªa perjudicada. En el plano social, una encuesta reciente del diario Reforma y The Washington Post se?alaba que 6 de cada 10 mexicanos consideran que los migrantes son un peso para su pa¨ªs porque se queda con trabajos que deber¨ªan ser para los mexicanos. Seg¨²n el mismo estudio, el 55% est¨¢ a favor de deportar a los migrantes que crucen M¨¦xico hacia Estados Unidos. En cierta manera, el discurso antiinmigraci¨®n de Trump est¨¢n calando¡ en su vecino del sur.
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