El pacto migratorio con EE UU pone a prueba la capacidad de Guatemala

Casi 24 horas despu¨¦s de que el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, anunciara con bombo y platillo desde el Despacho Oval que Guatemala hab¨ªa aceptado convertirse en ¡°tercer pa¨ªs seguro¡±, la ¨²nica certeza en el pa¨ªs centroamericano es que nadie sabe nada. El compromiso adquirido sigue siendo un secreto guardado bajo siete llaves. Incluso el lenguaje utilizado en el comunicado conjunto, deliberadamente ambiguo, parece pensado para mantener la incertidumbre: mientras en uno de los puntos del texto los Estados Unidos ¡°prev¨¦n colaborar para fortalecer las capacidades institucionales de Guatemala¡±, m¨¢s adelante se puntualiza que ¡°ninguna disposici¨®n (¡­) deber¨¢ interpretarse de manera que obligue a las partes a erogar o comprometer fondos¡±.

Al filo del mediod¨ªa de este s¨¢bado, ni el presidente Morales ni ning¨²n funcionario de Exteriores hab¨ªan comparecido ante la opini¨®n p¨²blica para explicar el alcance de lo firmado. Lo ¨²nico que se tiene es la nota emitida el viernes, en la que se alude al acuerdo como de ¡°cooperaci¨®n respecto al examen de solicitudes de protecci¨®n¡±. Un eufemismo, seg¨²n la percepci¨®n de todos los analistas consultados, para disfrazar los compromisos que se contraen en calidad de pa¨ªs seguro, como s¨ª lo llama Trump.

Al margen del comunicado, el silencio extremo despierta suspicacias: en los analistas y en la propia sociedad guatemalteca se ha instalado un manto de duda sobre lo realmente acordado por su Gobierno. ¡°Las autoridades de Estados Unidos anuncian la firma de un solo convenio y Morales, en cambio, nos hace creer que fueron varios convenios. Esto puede encerrar una sorpresa¡±, subraya el excanciller y abogado constitucionalista Gabriel Orellana. ¡°En este momento, todos estamos completamente ignorantes acerca de qu¨¦ fue lo acordado. Ni siquiera si lo firmado es v¨¢lido o no¡±.

Hay, adem¨¢s, crecientes voces que ponen en tela de juicio si Guatemala est¨¢ en capacidad econ¨®mica de absorber a los miles de migrantes que lleguen al pa¨ªs. ¡°La falta de condiciones dignas para los guatemaltecos en educaci¨®n, salud o nutrici¨®n son, precisamente, las que orillan a los connacionales a migrar. ?Con qu¨¦ capacidad en Estado brindar¨¢ a miles de personas de otros pa¨ªses?¡±, se pregunta Jord¨¢n Rodas, procurador de los derechos humanos. ¡°Eso no tiene sentido, carece de l¨®gica, es ilegal y anti¨¦tico¡±, agrega, al tiempo que tilda el acuerdo de irreal, enga?oso y sin ninguna viabilidad, fruto de una negociaci¨®n bajo la mesa.

El excanciller Edgar Guti¨¦rrez tambi¨¦n cree que el acuerdo no podr¨¢ ser implementado en la pr¨¢ctica. ¡°No se dispone de la capacidad ni de la institucionalidad, ni de la disciplina ni de los recursos para darle un m¨ªnimo de cumplimiento, pero se presta a que Trump siga extorsionando al pa¨ªs con la primera se?al de incumplimiento¡±, subraya. Por Guatemala, recuerda, pasan al a?o al menos 360.000 migrantes, una cifra que bien podr¨ªa duplicarse en los pr¨®ximos a?os.

La Iglesia cat¨®lica se ha mostrado contraria a la firma del tratado al resaltar, en un comunicado, su convicci¨®n de que el pa¨ªs no puede absorber a la poblaci¨®n migrante. Los obispos manifiestan ¡°su gran inquietud ante la poca transparencia con la que se ha manejado el asunto, cuando es de grand¨ªsima relevancia p¨²blica y afecta a todo el pa¨ªs¡±.