72 horas clave para el futuro de Hong Kong
La novena semana consecutiva de protestas contra el Gobierno aut¨®nomo culminar¨¢ con la primera huelga general en cinco d¨¦cadas
Todo estado es un cuerpo vivo, compuesto de individuos con un cometido burocr¨¢tico, pero individuos al fin y al cabo. Como tales, miles de funcionarios de Hong Kong han salido a la calle en la tarde de este viernes para censurar la acci¨®n del Gobierno del que forman parte. Lo han hecho desafiando la exigencia oficial de ¡°lealtad absoluta¡± y la amenaza de que aquellos que participaran pondr¨ªan en riesgo su puesto de trabajo. Arropados por muchos otros manifestantes, han ocupado los alrededores del Chater Garden en el distrito Central. Con la concentraci¨®n de este viernes, tranquila pero de una profunda carga simb¨®lica, arrancaban 72 horas que ser¨¢n claves para el futuro de la ciudad.
Las calles que desembocan en Chater Garden est¨¢n colapsadas, pero despu¨¦s de nueve semanas consecutivas de protestas ya nadie parece sorprendido. Resuenan gritos de ¡°ka yau¡±, exclamaci¨®n similar al ¡°?vamos!¡± espa?ol, mezclados con la melod¨ªa triunfante de Do You Hear the People Sing (¡°?Oyes a la gente cantar?¡±), una canci¨®n de Los Miserables que llama a la resistencia popular frente a la tiran¨ªa y se ha convertido en uno de los himnos de las protestas, hasta el punto de haber sido eliminada de los servicios musicales de China continental. Pero los hongkoneses todav¨ªa son libres de escuchar lo que quieran y en el centro de la plaza un grupo de pol¨ªticos pro democracia, liderados por la consejera legislativa Tanya Chan, arengan a la multitud.
Todo ello a pesar de que en la ma?ana de este viernes el secretario jefe de la Administraci¨®n, Matthew Cheung Kin-chung, llamara a ¡°mantener la neutralidad¡±, afirmando que como trabajadores p¨²blicos ¡°nuestro objetivo es servir a la poblaci¨®n, no dejemos que nuestras opiniones personales afecten a nuestro trabajo¡±. El Gobierno fue m¨¢s duro en un comunicado oficial compartido ayer: los funcionarios deben ¡°lealtad absoluta¡± al ¡°al jefe del ejecutivo ¡ªla discutida Carrie Lam¡ª y al Gobierno de turno¡±. Y la amenaza: ¡°Actuaremos de acuerdo con los mecanismos establecidos contra cualquier violaci¨®n¡±. Un grupo de trabajadores de 52 agencias gubernamentales contestaron en una carta an¨®nima, recordando que el derecho de reuni¨®n p¨²blica de los funcionarios est¨¢ recogido por el art¨ªculo 27 de la Ley B¨¢sica, la normativa que rige el territorio. ¡°Exigimos que dejen de realizarse declaraciones que induzcan al p¨¢nico entre los empleados p¨²blicos¡±, conclu¨ªa el documento.
Cae la lluvia y se despliega una carpa de paraguas, ic¨®nico instrumento, en formaci¨®n tortuga. Debajo de uno de ellos se resguarda Matt, de 30 a?os y empleado del departamento de orden p¨²blico. Matt no tiene miedo. ¡°Hong Kong todav¨ªa se rige por el imperio de la ley¡±, asegura. ¡°Esto es una manifestaci¨®n pac¨ªfica y legal para expresar nuestra preocupaci¨®n¡±. La mayor¨ªa de sus compa?eros de oficina tambi¨¦n han asistido, aunque no han hablado entre ellos acerca del riesgo que eso podr¨ªa suponer para su carrera. El acceso a la funci¨®n p¨²blica es muy exigente: hay que pasar varias rondas de ex¨¢menes y entrevistas. Solo un peque?o porcentaje lo logra. Matt lo consigui¨® hace tres a?os. ¡°Antes trabajaba en el sector privado. Me cambi¨¦ porque este puesto ofrece m¨¢s estabilidad y un mejor salario, pero tambi¨¦n porque quer¨ªa servir a la gente: por eso estoy aqu¨ª hoy¡±.
El cisma entre el pueblo y el Gobierno de Hong Kong parece irremediable. Ambas partes han redoblado la tensi¨®n en los ¨²ltimos d¨ªas. El ejecutivo local se niega a dar su brazo a torcer y sigue sin asumir ninguna de las exigencias de los manifestantes, que a d¨ªa de hoy se resumen en cinco puntos: retirada oficial de la ley de extradici¨®n ¡ªen el origen de las protestas¡ª, amnist¨ªa para los detenidos, investigaci¨®n independiente sobre la actuaci¨®n policial, dimisi¨®n de Lam y no emplear el t¨¦rmino "revueltos para referirse a las manifestaciones.
Amenazas veladas
El Gobierno chino, por su parte, ha abandonado su papel secundario ante una situaci¨®n que, consideran, se le ha ido de las manos al Ejecutivo local. En la ¨²ltima semana han amenazado en dos ocasiones con movilizar al Ej¨¦rcito y emplear la fuerza contra las protestas. Esta posibilidad ser¨ªa traum¨¢tica y, posiblemente, sangrienta. Todas las partes quieren evitarla: el problema es que es la ¨²nica alternativa efectiva sobre la mesa. Lam no afloja, los manifestantes tampoco. A consecuencia, con cada d¨ªa la ret¨®rica se eleva, la paciencia de Pek¨ªn disminuye y el peor de los escenarios se acerca un poco m¨¢s.
Lo que suceda en los pr¨®ximos tres d¨ªas ser¨¢ clave para el futuro de Hong Kong. Los manifestantes y la sociedad civil han reaccionado ante el peligro apretando a¨²n m¨¢s, hasta alcanzar un cl¨ªmax ¡ªsolo temporal¡ª en la mayor crisis en la historia moderna de la ciudad. Tras la concentraci¨®n de los funcionarios de hoy, este s¨¢bado habr¨¢ protestas repartidas por varios barrios de la ciudad, una de ellas pro China; seguida de la multitudinaria convocatoria dominical que ya se ha convertido en tradici¨®n, hasta desembocar en la primera huelga general desde los a?os sesenta, que servir¨¢ como term¨®metro para medir el apoyo popular a la causa. Tambi¨¦n para ver c¨®mo reacciona la polic¨ªa, cuya estrategia parece pasar por confiar en los arrestos como m¨¦todo de desmovilizaci¨®n. Aun as¨ª, Shawn, estudiante de 20 a?os, tiene pensado ir. ¡°No s¨¦ si salir a la calle va a servir de algo, pero me arrepentir¨ªa de no hacerlo¡±. No ser¨¢ esta cr¨®nica el primer texto, tampoco el ¨²ltimo, en dejar constancia de que ¡°el valor de un Estado, al final de cuentas, es el valor de los individuos que lo componen".
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