La muerte de un joven en Nantes aviva las cr¨ªticas a los m¨¦todos policiales en Francia
La Justicia investiga el ahogamiento de Steve Cani?o durante una fiesta junto al Loira entre enfrentamientos con las fuerzas del orden
La polic¨ªa francesa, acusada de reprimir con contundencia excesiva las violentas manifestaciones de los chalecos amarillos el pasado invierno, afronta nuevas cr¨ªticas tras la muerte de un joven durante una fiesta tecno. Los hechos ocurrieron en la madrugada del 22 de junio a orillas del r¨ªo Loira en Nantes, en el oeste del pa¨ªs. Steve Maia Cani?o, monitor de actividades extraescolares de 24 a?os, cay¨® al Loira, probablemente en los minutos ca¨®ticos en los que las fuerzas del orden intervinieron para dispersar la fiesta. El cad¨¢ver apareci¨® el 29 de julio. El caso, bajo investigaci¨®n judicial, reabre el debate los m¨¦todos policiales en Francia.
Dos concentraciones se celebraron en Nantes el s¨¢bado. La primera, pac¨ªfica, en homenaje al fallecido. En la segunda, convocada como protesta contra la llamada violencia policial, encapuchados vestidos de negro incendiaron barricadas y destrozaron escaparates.
Steve Maia Cani?o no tiene nada que ver con los chalecos amarillos, el movimiento de las clases medias empobrecidas que ha trastocado la agenda del presidente, Emmanuel Macron. No era militante ni activista. Hab¨ªa acudido con un grupo de amigos a un concierto tecno el d¨ªa de la fiesta de la m¨²sica. Hacia las 4.00, hora fijada para el final de la velada, lleg¨® la polic¨ªa. Ante la resistencia de los presentes a dispersarse y el lanzamiento de objetos, los agentes actuaron como suelen ante los chalecos amarillos. Con balas de caucho, gases lacrim¨®genos y otro armamento antidisturbios. Una decena de personas cay¨® al r¨ªo. En seguida los amigos de Steve, que no sab¨ªa nadar, le echaron en falta.
El hallazgo del cad¨¢ver, cinco semanas despu¨¦s, precipit¨® la publicaci¨®n de un resumen del 10 p¨¢ginas de la investigaci¨®n interna de la Inspecci¨®n General de la Polic¨ªa Nacional (IGPN), la llamada ¡°polic¨ªa de la polic¨ªa¡±, encargada de investigar las denuncias por infracciones de los agentes. El documento de la IGPN concluye: ¡°Ning¨²n elemento permite establecer un v¨ªnculo directo entre la intervenci¨®n de las fuerzas del orden y la desaparici¨®n del Sr. Steve Maia Cani?o hacia las 4.00 el mismo d¨ªa en el mismo sector¡±. Pero quedan muchos detalles por aclarar. Se ha abierto otra investigaci¨®n administrativa y una judicial ¡°por homicidio involuntario¡±.
¡°Nunca un presidente de la Rep¨²blica, desde mayo de 1968, hab¨ªa tenido dos muertes en la conciencia ligadas a operaciones de mantenimiento del orden en el marco de una represi¨®n social. Es la primera vez¡±, dice el periodista David Dufresne que ha registrado los casos de violencia policial desde el inicio de la crisis de los chalecos amarillos y hasta el 30 de junio. El balance, publicado en el diario de izquierdas Mediapart, es chocante: 860 episodios documentados, 315 heridos en la cabeza, 5 manos arrancadas, 24 tuertos y dos muertos. Entre los muertos incluye a Steve Maia Cani?o y a Zineb Redouane, una mujer de 80 a?os muri¨® el 1 de diciembre al caer una granada lacrim¨®gena en su apartamento en Marsella. Ninguno fue, que se sepa, objetivo directo de la polic¨ªa, sino en todo caso v¨ªctima indirecta.
Dufresne sostiene que, en los ¨²ltimos tres a?os, la respuesta policial a los manifestantes se ha vuelto m¨¢s violenta, aunque en algunas banlieues ¡ªbarrios perif¨¦ricos con poblaci¨®n de bajos ingresos y de origen inmigrante¡ª ya era moneda corriente desde hace d¨¦cadas. Considera que, con las protestas semanales de los chalecos amarillos, las fuerzas del orden se han acostumbrado a usar m¨¦todos extremos y excepcionales. Esto explicar¨ªa que se recurriese a ellos para dispersar una simple fiesta veraniega.
Sebastian Roch¨¦, autor del libro La polic¨ªa en democracia, destaca que durante la crisis de los chalecos amarillos la polic¨ªa y la gendarmer¨ªa han usado un material poco habitual, como tanques (no armados) o las llamadas LBD, lanzaderas de balas de defensa, causantes de muchas de las heridas. ¡°Se han lanzado m¨¢s balas de caucho que nunca en la historia de Francia, con un nivel de uso desconocido en el resto de Europa¡±, explica. ¡°En Francia, el Gobierno vio los efectos, el n¨²mero de personas con heridas irreversibles, pero no modific¨® la manera como la polic¨ªa estaba equipada ni la manera de usar las armas¡±. Roch¨¦ tambi¨¦n cuestiona la escasa transparencia de la IGPN, organismo dependiente del Ministerio del Interior.
En febrero, la comisaria de derechos humanos del Consejo de Europa, Dunja Mijatovic, se declar¨® en un informe ¡°extremadamente preocupada¡± por las denuncias de violencia excesiva contra los chalecos amarillos. En marzo, Michelle Bachelet, alta comisionada de la ONU para los derechos humanos, cit¨® a Francia junto a Sud¨¢n, Zimbabue y Hait¨ª como pa¨ªses que hab¨ªa usado la fuerza represiva ante protestas contra las desigualdades sociales. Bachelet inst¨® al Gobierno franc¨¦s a investigar los casos denunciados, algo que ya hace.
Un rasgo que diferencia a Francia de otros pa¨ªses de su entorno es el habitual recurso a la violencia como herramienta de reivindicaci¨®n pol¨ªtica. Las movilizaciones peri¨®dicas de los chalecos amarillos estuvieron marcadas por los destrozos de mobiliario urbano, el incendio de barricadas y autom¨®viles y los enfrentamientos con las fuerzas del orden. Que en muchos casos las protestas no estuviesen autorizadas y careciesen de horario, recorrido y servicio del orden, complic¨® el trabajo de los agentes, sometidos a un enorme estr¨¦s y a una sobrecarga laboral. Desde enero de 2019, 46 agentes se han suicidado, seg¨²n datos publicados por Le Figaro. En todo 2018, fueron 35.
El ministro del Interior, cuestionado
La muerte de Steve Maia Cani?o sirve a una parte de la oposici¨®n para poner en entredicho al ministro del Interior, Christophe Castaner, e indirectamente al presidente Emmanuel Macron. Se les responsabiliza de los repetidos casos de uso excesivo de la fuerza por parte de la polic¨ªa desde que en noviembre estall¨® la crisis de los chalecos amarillos.
Steve es "el s¨ªmbolo que el Estado tem¨ªa" tras meses de protestas, y el que esperaban muchos activistas, opina en el diario Ouest-France el editorialista Laurent Marchand. "Pero tambi¨¦n deja la sensaci¨®n, para mucha gente muy moderada, de que debe aclararse el uso a veces excesivo de la fuerza por parte de las fuerzas del orden", a?ade. "Si, durante los atentados de 2015 la adhesi¨®n popular fue muy fuerte, el riesgo de que se abra un abismo entre los franceses y su polic¨ªa es real". Seg¨²n un sondeo publicado el domingo en el diario Journal du Dimanche, el nivel de confianza sigue siendo alto. Un 71% de franceses conf¨ªa o simpatiza con la polic¨ªa, cifra superior en siete puntos a 2012.
Francia, pa¨ªs de revueltas urbanas y guerras coloniales, tiene una larga historia de debates sobre los m¨¦todos policiales. Suelen citarse, como modelos antag¨®nico, la brutalidad del prefecto de la polic¨ªa de Par¨ªs a principios de los a?os sesenta, Maurice Papon, con la mano izquierda de su sucesor, Maurice Grimaud.
Papon, m¨¢s tarde condenado por colaborar con los nazis en la deportaci¨®n de los jud¨ªos de Francia, fue el responsable de la masacre de decenas de argelinos en una manifestaci¨®n el 17 de octubre de 1961 en Par¨ªs. Grimaud fue el jefe de la polic¨ªa durante la revuelta de 1968. En Par¨ªs no hubo muertos. Todav¨ªa se recuerda su consigna a sus hombres: ¡°Si no nos explicamos con gran claridad y franqueza sobre [los excesos en el empleo de la fuerza], quiz¨¢ ganemos la batalla de la calle, pero perderemos algo m¨¢s precioso y a lo que tanto ustedes como yo sienten apego: nuestra reputaci¨®n¡±.
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