El peronismo vuelve
El triunfo del domingo en las elecciones primarias exhibe el ¨¦xito de la estrategia de unidad perpetrada por Cristina Fern¨¢ndez de Kirchner
"Los peronistas somos como los gatos: cuando gritamos creen que nos estamos destrozando, pero en verdad nos estamos reproduciendo¡±, dijo alguna vez Juan Domingo Per¨®n. Aunque citada una y mil veces, sobre todo cuando el partido se asoma a la insignificancia, la frase resume con efectividad lo que ha pasado el domingo. El peronismo se ha unido, una vez m¨¢s, pese a los gritos de los ¨²ltimos meses. Y demostr¨® que a¨²n puede ser una m¨¢quina de guerra electoral muy poderosa. Su candidato, Alberto Fern¨¢ndez, sac¨® m¨¢s de 15 puntos de ventaja a Mauricio Macri en las elecciones primarias. El resultado lo puso a un paso de la Casa Rosada en las generales de octubre.
El peronismo debe mucho de su unidad a Cristina Fern¨¢ndez de Kirchner. La expresidenta entendi¨® que era el factor que frustraba el entendimiento y, cuando nadie lo esperaba, se apart¨® de la primera l¨ªnea. En mayo pasado, nombr¨® a Alberto Fern¨¢ndez como cabeza de una f¨®rmula que la tendr¨ªa como vicepresidenta. La elecci¨®n, ahora que se conoce el resultado, no pudo ser m¨¢s efectiva. Fern¨¢ndez fue jefe de ministros de N¨¦stor Kirchner y renunci¨® al cargo dando un portazo tras el primer a?o de gobierno de Cristina. En el llano fue un feroz cr¨ªtico de la expresidenta, a la que acus¨® de corrupta, ineficiente y con delirios de grandeza. Pareci¨® no haber vuelta atr¨¢s, pero la hubo.
El peronismo estaba por entonces divido en dos grandes frentes: el kirchnerista, con Cristina como l¨ªder indiscutible, y Alternativa Federal, donde se agrupaban los gobernadores y las fuerzas pol¨ªticas del exjefe de ministros Sergio Massa y el exministro de Econom¨ªa Roberto Lavagna. Como moderador del grupo estaba el jefe del peronismo en el Senado, Miguel ?ngel Pichetto. Cuando Cristina Kirchner se baj¨® de la carrera por la presidencia, se produjo el milagro. Alternativa Federal se hizo pedazos y el grueso de sus dirigentes se abroquelaron alrededor de Alberto Fern¨¢ndez.
El ¨¦xodo fue dispar. Pichetto acept¨® la oferta de Macri para ser candidato a vicepresidente y desde el domingo se encuentra s¨®lo en el desierto. Lavagna decidi¨® ir en soledad por la presidencia, con su propio frente, Consenso Federal. Como vicepresidente, el exministro convenci¨® al gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey. Quedaba como pieza suelta Massa, due?o de 1,4 millones de votos en las primarias de 2017. El exministro abandon¨® la carrera presidencial para ser candidato a diputado nacional por el kirchnerismo, en el que fue el pase de equipo m¨¢s estridente de la campa?a.
El final de la pel¨ªcula confirm¨® a Massa que tuvo raz¨®n. Y tambi¨¦n a los gobernadores provinciales, que desde 2015 hab¨ªan mantenido una buena relaci¨®n con Macri pero a ¨²ltimo momento decidieron hacer campa?a por ¡°los Fern¨¢ndez¡±. Alberto Fern¨¢ndez cerr¨® su campa?a el mi¨¦rcoles en la ciudad de Rosario (noroeste), pero antes se sac¨® una foto con 12 l¨ªderes peronistas provinciales, donde est¨¢ el verdadero poder territorial. El domingo, sobre el escenario del b¨²nquer que el Frente de Todos mont¨® en el barrio de Chacarita, en Buenos Aires, solo falt¨® Cristina Fern¨¢ndez de Kirchner, que hab¨ªa decidido quedarse en la Patagonia para no robar protagonismo a la nueva estrella del partido.
Todo el peronismo estuvo en Chacarita para la foto, incluido Massa, quien alguna vez prometi¨® ¡°meter presa¡± a Kirchner por corrupci¨®n. "Cuando construimos esta nueva coalici¨®n para darle a los argentinos una nueva mayor¨ªa, muchos dec¨ªan '?c¨®mo van a hacer estos tipos para hacer campa?a?' Dudaban de que tuvi¨¦ramos la capacidad de sentarnos, de pensar juntos, de trabajar juntos¡±, dijo Massa sobre el escenario, como respuesta a las cr¨ªticas que recibi¨® por su transfuguismo repentino. El peronismo, ese sentimiento multiforme que atraviesa a los argentinos desde hace m¨¢s de 70 a?os, funcion¨® una vez m¨¢s como cemento de las diferencias. Incluso el peronismo sindical se sum¨® a Fern¨¢ndez, luego de haber negociado con Macri subidas de salarios a cambio de paz social. El peronismo est¨¢ unido, listo en la trinchera para volver el poder.
La anomal¨ªa cordobesa
La provincia argentina de C¨®rdoba, el segundo distrito electoral del pa¨ªs, fue clave para la victoria de Mauricio Macri en las presidenciales de 2015. Siete de cada diez votantes cordobeses apostaron entonces por Macri, una cifra r¨¦cord. Cuatro a?os despu¨¦s, C¨®rdoba es junto a la capital argentina el ¨²nico distrito que no ha dado la espalda al Presidente. El 48,1% de los cordobeses volvi¨® a elegirlo, frente al 30,4% del Frente de Todos. Sin embargo, no puede decirse que la provincia sea un basti¨®n oficialista. Al frente del Gobierno provincial est¨¢, desde 2015, el peronista Juan Schiaretti, reelegido el pasado mayo por una abrumadora mayor¨ªa: obtuvo el 54% de los votos.
Durante su primer mandato, Schiaretti se convirti¨® en uno de los gobernadores m¨¢s cercanos a Macri y m¨¢s cr¨ªticos con su predecesora, Cristina Fern¨¢ndez de Kirchner. De cara a las elecciones de 2019, busc¨® crear un espacio intermedio junto a otros gobernadores provinciales, pero la retirada de la ex presidenta de la primera l¨ªnea a favor de Alberto Fern¨¢ndez dej¨® tocado de muerte ese proyecto. Schiaretti no se aline¨® con el Frente de Todos como la mayor¨ªa de gobernadores ni tampoco respald¨® a Miguel ?ngel Pichetto en su pase a la candidatura macrista. En las elecciones, su lista no present¨® candidato a presidente sino s¨®lo a diputados nacionales. Qued¨® tercera, con el 16,7% de los votos.
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