El t¨ªmido renacimiento amazig en T¨²nez
Desde 2011, se han creado diversas asociaciones culturales para revivir la identidad amazig. Ahora, la comunidad cuenta tambi¨¦n con un partido.
La entrevista con Ghaki Jalloul, presidente de la Asociaci¨®n Tunecina de la Cultura Amazig (ATCA), tiene lugar en un caf¨¦ de la capital, en lugar de la sede de la organizaci¨®n. "Ahora ya no tenemos oficina en T¨²nez. La hemos tenido que cerrar. El alquiler era demasiado caro y no tenemos suficientes fondos", se disculpa. Y con ella, han desaparecido tambi¨¦n las clases que daban de lengua amazig. El hecho de que la principal asociaci¨®n para la defensa de la lengua y la identidad amazigs en T¨²nez no pueda ni tan siquiera permitirse disponer de un local en la capital es toda una met¨¢fora de las dificultades que encuentra el movimiento cultural de este minor¨ªa para desarrollarse en el pa¨ªs magreb¨ª.
La cifra de tunecinos que actualmente hablan el amazig -tambi¨¦n llamado bereber- es un tema controvertido, ya que no existe ninguna estad¨ªstica oficial. Algunos activistas sit¨²an el n¨²mero de hablantes por encima de los 500.000, mientras que otras estimaciones lo reducen hasta 200.000, es decir, un 2% de los 11,5 millones de tunecinos. La gran mayor¨ªa son originarios de una veintena de localidades del sur, de las provincias de Matmata y Tatau¨ªn, as¨ª como de la isla de Yerba. Una cifra considerable de hablantes vive hoy en el ¨¢rea metropolitana de la capital, ya que en los territorios subdesarrollados del sur hubo un gran ¨¦xodo rural que convirti¨® algunas aldeas en pueblos fantasma.
La existencia de una docena organizaciones culturales como la ATCA, la mayor¨ªa de implantaci¨®n local, es el principal cambio registrado en T¨²nez en la cuesti¨®n amazig tras la revoluci¨®n de 2011 que destron¨® al dictador Ben Al¨ª. Antes, la creaci¨®n de cualquier entidad bereber, as¨ª como de partidos de oposici¨®n o medios independientes, estaba prohibida y castigada severamente. Ocho a?os despu¨¦s, T¨²nez es el ¨²nico pa¨ªs protagonista las llamadas primaveras ¨¢rabes que ha sido capaz de sostener un proceso de transici¨®n democr¨¢tica sin caer en una guerra civil o un golpe de Estado.
Precisamente, aprovechando las nuevas libertades pol¨ªticas, desde el pasado mes de mayo, la causa amazig cuenta con una nueva herramienta para avanzar en su reconocimiento por parte del Estado: un partido pol¨ªtico, Akal, ("tierra" en bereber). La formaci¨®n ha sido impulsada que un grupo de estudiantes, activistas e investigadores que llegaron a la conclusi¨®n de que la estrategia de recuperar la identidad amazig a trav¨¦s de las asociaciones culturales se hallaba en v¨ªa muerta. De acuerdo con su presidente, Samir Nefzi, el partido se ha inspirado en los "partidos de amazigs de otros pa¨ªses, como el RCD en Argelia." Y es que los bereberes en Argelia, Marruecos o incluso Libia est¨¢n mejor organizados.
El Akal pasar¨¢ su primer examen este domingo, fecha en la que se celebrar¨¢n las elecciones legislativas, apenas tres semanas despu¨¦s de la primera vuelta de las presidenciales. ¡°Hemos presentado listas electorales en seis provincias, en el sur y tambi¨¦n en la capital. La respuesta que hemos recibido tras anunciar la creaci¨®n del partido ha sido muy positiva. Cada d¨ªa nos contacta gente para adherirse, muchos j¨®venes. Estamos en crecimiento. Esperamos poder entrar en el Parlamento, y en las pr¨®ximas elecciones, en 2024 ser una fuerza importante¡±, comenta en una conversaci¨®n telef¨®nica. Seg¨²n su estimaci¨®n, el partido supera los 10.000 militantes.?
Nefzi se muestra muy cr¨ªtico con la experiencia de la transici¨®n, pues no ha roto con la mentalidad represiva y homogeneizadora aplicada desde la independencia. ¡°Hay que poner fin a la pol¨ªtica de arabizaci¨®n dominante. Para ello es necesario cambiar el art¨ªculo primero de la Constituci¨®n, que declara al ¨¢rabe como la ¨²nica lengua de T¨²nez¡±, afirma. Entre las medidas que defiende figura la ense?anza del amazig en las escuelas y que se creen espacios en esta lengua en los medios de comunicaci¨®n. Actualmente, la ¨²nica forma de aprender el bereber o su ic¨®nico alfabeto es a trav¨¦s de las lecciones que proporcionan las entidades culturales privadas, formadas por abnegados militantes.
El Akal ha sido recibido con opiniones dispares en seno de la comunidad. "Personalmente, creo que es una iniciativa interesante. Se necesitan nuevos enfoques para promover nuestra cultura", opina Karima Azzouz, presidenta de una asociaci¨®n cultural de Tamezret, un pueblo al sur del pa¨ªs. En el ATCA, discrepan. "La situaci¨®n no est¨¢ madura para lanzar un partido pol¨ªtico. Hay que hacer mucho trabajo previo de concienciaci¨®n. Es un proyecto destinado al fracaso que m¨¢s bien perjudicar¨¢ nuestra causa", remacha Jalloul.
Nefzi, un jurista de 41 a?os, rechaza categ¨®ricamente la acusaci¨®n vertida en algunos medios de comunicaci¨®n de que el partido fomentar¨¢ la divisi¨®n de los tunecinos: "Los tunecinos siempre hemos estado divididos ideol¨®gicamente: laicos, islamistas, comunistas, liberales, etc. De lo que se trata es que la ley reconozca la pluralidad de la identidad del pa¨ªs en todos sus componentes. Tambi¨¦n el amazig".
Una de las se?as de intendidad distintivas de las que presumen los activistas amazigs es el rol de la mujer en su comunidad. "La mujer bereber ha tenido siempre una posici¨®n fuerte en la sociedad. Somos nosotras las que mantenemos sobre todo la cultura", sostiene Karima Azzouz, del ATCA. La UNESCO reconoci¨® el a?o pasado como patriomonio de la humanidad la cer¨¢mica tradicional del pueblo de Sejnane, hecha por sus mujeres, con motivos bereberes. Seg¨²n algunos estudiosos, la sociedad tradicional amazig es matriarcal, y su influencia en T¨²nez explica que sea el pa¨ªs ¨¢rabe donde la mujer goza de m¨¢s derechos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.