¡°Si logra aclimatar la paz, Colombia tiene un futuro brillante¡±
Testigo y protagonista de la vida econ¨®mica e institucional de Colombia, el exfuncionario narra medio siglo de historia en sus memorias
Guillermo Perry (Samac¨¢, Boyac¨¢, 1945) ha sido testigo y protagonista de la vida econ¨®mica e institucional de Colombia. Luego de renunciar como ministro de Hacienda en el Gobierno de Ernesto Samper, a mediados de los noventa, abandon¨® la pol¨ªtica. Sin embargo, ha seguido muy presente en el debate p¨²blico como analista y columnista. Fue, entre muchos otros cargos, miembro de la Constituyente de 1991 y, durante m¨¢s de una d¨¦cada, economista jefe para Am¨¦rica Latina del Banco Mundial. En el libro Decid¨ª contarlo, una mezcla de testimonio, an¨¢lisis e historia econ¨®mica, Perry cuenta la transformaci¨®n de Colombia en el ¨²ltimo medio siglo.
Pregunta. ?Por qu¨¦ decidi¨® contarlo?
Respuesta. Me pareci¨® que era importante dejar una visi¨®n de lo que pas¨® en este pa¨ªs en los ¨²ltimos 50 a?os de alguien que, siendo esencialmente un tecn¨®crata y acad¨¦mico, por accidentes de la vida acab¨® participando en la pol¨ªtica. Fui dos veces ministro, estuve en el Senado y en la Asamblea Constituyente; particip¨¦ en varios gobiernos y vi otros muy de cerca. Me pareci¨® que val¨ªa la pena consignar, en primer lugar, una reflexi¨®n sobre qu¨¦ fue lo que pas¨® en lo econ¨®mico y lo pol¨ªtico y c¨®mo se tomaban las decisiones en las entresalas del poder. Y, en segundo, un mensaje a los profesionales y acad¨¦micos j¨®venes de que vale la pena que se arriesguen a participar en lo p¨²blico.
P. ?Cu¨¢l es su balance panor¨¢mico sobre ese periodo?
R. Colombia, a pesar de su entorno de violencia, del narcotr¨¢fico corrompiendo la justicia, la pol¨ªtica y el aparato militar, y del clientelismo, a pesar de todo eso, muestra 50 a?os de avances importantes en el campo institucional y en el manejo de las pol¨ªticas p¨²blicas. Tanto, que si uno compara con cualquier otro pa¨ªs de la regi¨®n, el r¨¦cord econ¨®mico es uno de los mejores. En promedio de crecimiento es uno de los m¨¢s altos. Hubo periodos en que Brasil creci¨® m¨¢s r¨¢pidamente que nosotros, otros en que lo hizo Chile, ¨²ltimamente Per¨²; pero en los 50 a?os en conjunto, el r¨¦cord nuestro es uno de los mejores y con la mayor estabilidad econ¨®mica.
Esas condiciones implican una transformaci¨®n social sin precedentes, en reducci¨®n de la pobreza, cobertura de la educaci¨®n, de la salud y de los servicios p¨²blicos. En cambio de mentalidad. Este era, como dec¨ªa Alfonso L¨®pez Michelsen [presidente de 1974 a 1978], el ¡°Tibet de suram¨¦rica¡±, el pa¨ªs m¨¢s encerrado, muy conservador. Todav¨ªa tiene sectores muy conservadores, como se puede ver en la pol¨ªtica de hoy, pero aqu¨ª se ha avanzado no solo en progreso econ¨®mico, sino en una apertura de ideas.
P. ?Qu¨¦ explica ese avance?
R. Hay dos grandes protagonistas. Obviamente algunos l¨ªderes pol¨ªticos notables, como Carlos Lleras, Alfonso L¨®pez y Virgilio Barco, que le dieron saltos importantes a la institucionalidad colombiana. Y una tecnocracia competente que ha sido una caracter¨ªstica continua del caso colombiano.
P. De todas las posiciones que ocup¨®, la que m¨¢s le enorgullece es la de constituyente.
R. El avance institucional que hizo la constituyente del 91 fue extraordinario. Sin duda fue la experiencia de la vida y de la que m¨¢s satisfecho me siento. Algunas de las 70 personas elegidas ven¨ªan de la extrema derecha, como ?lvaro G¨®mez Hurtado, y estaba el M19, que acababa de dejar las armas. Entre los dos ¨Cy sumados votos independientes de otros movimientos, ind¨ªgenas, de iglesias¨C votaban juntos en ciertos momentos y le impon¨ªan mayor¨ªa a la representaci¨®n tradicional de los partidos Liberal y Conservador. Eso era algo in¨¦dito en la pol¨ªtica colombiana. Nos oblig¨® no solamente a un proceso de so?ar el pa¨ªs de los pr¨®ximos cien a?os y de plasmar unas directrices para eso, sino a ponernos de acuerdo. No hab¨ªa otra manera. Por eso pr¨¢cticamente todos los temas se aprobaron o por consenso o por votaciones absolutamente mayoritarias. Y los temas que dividieron profundamente preferimos retirarlos. Al igual que pasa en el mundo hoy, eran los de familia, el derecho al aborto, los derechos de la mujer. Pero la Corte Constitucional por interpretaci¨®n ha ido estableciendo y ampliando esos derechos de todas maneras.
P. ?Y en los aspectos econ¨®micos?
R. Hubo unos cambios fundamentales, como la autonom¨ªa del banco central. Nosotros volvimos al Banco de la Rep¨²blica una autoridad monetaria y cambiar¨ªa, en coordinaci¨®n con el resto de la pol¨ªtica econ¨®mica. El ¨¦xito todo el mundo lo reconoci¨®. Hoy d¨ªa logramos domesticar la inflaci¨®n y eso ha contribuido a la estabilidad. El otro gran cambio ocurri¨® en los servicios p¨²blicos, cuya cobertura y calidad aument¨® enormemente con el r¨¦gimen de participaci¨®n privada con regulaci¨®n y supervisi¨®n del Estado. El tercero fue la descentralizaci¨®n del poder estatal.
P. Dedica una buena porci¨®n del libro a su experiencia como ministro de Hacienda de Ernesto Samper (1994-1998), y a su muy notoria renuncia. ?Por qu¨¦ decidi¨® abandonar la pol¨ªtica?
R. El Gobierno comienza muy bien, con logros muy importantes en el manejo macroecon¨®mico y social. Aunque no todo estaba perfecto, ¨ªbamos por buen camino. Y de golpe estas acusaciones sobre el proceso 8000 [financiaci¨®n del narcotr¨¢fico en la campa?a presidencial], que ven¨ªan desde el momento de la elecci¨®n, comienzan a cobrar fuerza. Y llega la confesi¨®n parcial de Fernando Botero, que era el tesorero de la campa?a, e inmediatamente despu¨¦s el informe del fiscal, Alfonso Valdivieso. Yo, con todas mis ocupaciones como ministro de Hacienda, me tengo que sentar a leerlo y convencerme de que es cierto que entraron a esa campa?a cantidades muy grandes de plata il¨ªcita. Y eso es lo que me lleva a la renuncia.
P. ?Qu¨¦ opini¨®n le merece el rumbo del Gobierno de Iv¨¢n Duque?
R. Yo me cuid¨¦ en el libro de no dar un juicio sobre Duque, como s¨ª lo hago sobre cada uno de los otros presidentes, porque ser¨ªa precipitado. Hay una coyuntura muy delicada en el pa¨ªs porque tenemos un presidente ¨Cque yo creo que es bien intencionado¨C con muy poca experiencia de c¨®mo se maneja el Estado y de alguna manera cautivo de un partido de Gobierno donde hay posiciones muy extremas. Ha perdido casi un a?o de Gobierno. Seis meses se desperdiciaron en una pelea que se sab¨ªa perdida de antemano, que eran las objeciones a la ley estatutaria de la Jurisdicci¨®n Especial para la Paz (JEP). Hoy en d¨ªa no hay total claridad de lo que va a pasar con ese proceso de paz. Yo objetivamente veo que el Gobierno est¨¢ cumpliendo muy bien con quienes entregaron las armas y se desmovilizaron. Por tanto, no hay un incumplimiento flagrante, pero s¨ª hay partes del acuerdo sobre las cuales hubo posiciones demasiado fuertes desde la campa?a por las posiciones que representaba el Centro Democr¨¢tico, como esa animadversi¨®n contra la justicia transicional y la oposici¨®n a la reforma rural. El acuerdo no es perfecto, pero lo que tendr¨ªamos que hacer es seguir adelante.
P. ?Qu¨¦ otro problema tiene el Gobierno Duque?
R. Hered¨® una situaci¨®n fiscal dif¨ªcil, porque ni en el Gobierno de Uribe ni en el de Santos ahorramos durante la bonanza petrolera y nos subimos a un nivel de gasto muy alto. Cuando cayeron los precios del petr¨®leo, no hab¨ªa con qu¨¦ financiarlo. Hemos tenido que hacer unos recortes muy grandes. Y el Gobierno pasado hizo dos reformas tributarias, pero no fueron suficientes. El actual agrav¨® el problema con una Ley de Financiamiento, que hemos llamado de desfinanciamiento. Por eso est¨¢ acudiendo a vender activos para cubrir necesidades de caja y a jugar con la contabilidad fiscal, que es peligroso, porque si algo ha distinguido a Colombia en esta historia de tecnocracia y de ¨¦xito es un manejo fiscal bastante cuidadoso.
P. Usted planteaba recientemente en su columna que hay razones para un optimismo moderado
R. No estoy hablando del corto plazo, pero si del mediano. Si uno repasa la historia de los ¨²ltimos 20 a?os, como hicimos recientemente tres exministros de Hacienda en la Asamblea de la ANDI, o en los ¨²ltimos 50, como hago en el libro, hay razones para un optimismo moderado. Porque aun cuando no hemos logrado resolver problemas tan fundamentales como la violencia, la corrupci¨®n y la mala pol¨ªtica, hemos avanzado como pa¨ªs en la construcci¨®n de instituciones y en mejorar las pol¨ªticas p¨²blicas. Entonces no hay raz¨®n para pensar que en los pr¨®ximos 20 o 50 a?os no seamos capaces de continuar por ese rumbo. Si logramos aclimatar la paz, mejorar la pol¨ªtica y contener la corrupci¨®n, y continuamos con un manejo tecnocr¨¢tico de la econom¨ªa, como ha sido caracter¨ªstico, este pa¨ªs tiene un futuro econ¨®mico y social muy brillante.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.