La protesta social calienta la campa?a electoral en Argentina

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Los mercados dieron un respiro a Mauricio Macri. La Bolsa sum¨® dos subidas de 7% tras el martes negro y el control de cambios impuesto desde este fin de semana por el Banco Central detuvo, al menos por el momento, la ca¨ªda del peso frente al d¨®lar. La tensi¨®n, sin embargo, sigue all¨ª. Los movimientos sociales m¨¢s activos y algunos sindicatos dieron muestra esta semana de un renovado poder de movilizaci¨®n, mientras el Gobierno hace equilibrio entre la campa?a electoral y los desaf¨ªos econ¨®micos del momento. La muestra m¨¢s evidente del resurgir de las protestas fue el acampe que distintas organizaciones realizaron la noche del mi¨¦rcoles frente al ministerio de Desarrollo Social.

Los movimientos sociales o ¡°piqueteros¡± crecieron tras la crisis de 2001, gracias la reuni¨®n de decenas de miles de desplazados por el colapso econ¨®mico. Comedores, cooperativas de trabajo y hasta colegios funcionaron bajo el amparo de estas organizaciones y el peronismo pronto las utiliz¨® para canalizar la ayuda social del Estado. El sistema sobrevivi¨® al macrismo, que obtuvo a cambio garant¨ªas de paz social en los sectores m¨¢s golpeados por la subida de la pobreza y el desempleo. El recrudecimiento de la crisis puso ahora en m¨¢xima tensi¨®n el modelo. Los movimientos piden m¨¢s dinero y trasladaron su reclamo a la calle.

Ya lo hab¨ªan hecho la semana pasada, con una jornada nacional de protestas. El mi¨¦rcoles, volvieron a hacerlo en Buenos Aires. Participaron de las marchas el Polo Obrero, Barrios de Pie, Corriente de Trabajadores de la Econom¨ªa Popular (CTEP), la Corriente Clasista y Combativa (CCC) y otras 30 organizaciones. Cortaron la avenida 9 de julio, la m¨¢s importante de la capital argentina, y por la noche montaron carpas frente al ministerio. ¡°Si el d¨®lar aumenta o no aumenta es noticia nacional, pero si los pibes no comen, no pasa nada. Los comedores de las escuelas y las ONGs no tienen leche¡±, se quej¨® Juan Grabois, l¨ªder de la CTEP.

La protesta termin¨® el jueves por la ma?ana, cuando los manifestantes levantaron las carpas y liberaron el tr¨¢nsito. Pero le sigui¨® otra de los sindicatos de maestros y profesores, que llamaron a una huelga en repudio a la violencia que un grupo de docentes de escuela primaria padeci¨® durante un corte de carreteras en la provincia patag¨®nica de Chubut. El desalojo estuvo a cargo de trabajadores petroleros, hartos de que el ¡°piquete¡± impidiese el ingreso de camiones a los pozos. En Buenos Aires, miles de maestros se concentraron en la avenida de Mayo, principal puerta de entrada a la Plaza de Mayo, frente a la Casa de Gobierno. Hasta el momento, los sindicatos tradicionales reunidos en la Confederaci¨®n General del Trabajo (CGT) se han mantenido al margen de las protestas.

El Gobierno no respondi¨® a los reclamos. La opini¨®n oficial qued¨® en manos del experonista Miguel ?ngel Pichetto, candidato a vicepresidente en la f¨®rmula que lidera Mauricio Macri. Pichetto no tiene cargo en la Casa Rosada, pero se ha convertido en el portavoz de las opiniones m¨¢s duras, como achacar a los movimientos sociales la responsabilidad del rescate financiero de 57.000 millones de d¨®lares que Macri pidi¨® el a?o pasado al FMI. ¡°Mantener el sistema de seguridad social de la Argentina es una de las causas del endeudamiento p¨²blico. El 65% del presupuesto del Estado se va en planes, piqueteros, cooperativas de la pobreza, multinacionales del cart¨®n. Esa parte vital del Presupuesto que se podr¨ªa haber dedicado a las Pymes, a dar cr¨¦ditos para la producci¨®n y a generar empleo se lo ha dado a esta gente que no labura (no trabaja), dijo.

Faltan casi dos meses para las elecciones generales del 27 de octubre. Macri perdi¨® las elecciones primarias del 11 de agosto, una especie de ensayo general de la elecci¨®n definitiva, por m¨¢s de 15 puntos frente al peronista Alberto Fern¨¢ndez. El temor de los mercados al regreso del kirchnerismo produjo un escenario de deterioro acelerado de la econom¨ªa y precipit¨® los tiempos de la campa?a. Los movimientos sociales no quieren quedar fuera de la discusi¨®n electoral.