Regreso a la Casa Europa
Quien se aleja de la UE abandona su sombra protectora, que la dispensa y en abundancia
El Conte-2. La coalici¨®n de grillinos (Cinco Estrellas) y Partido Democr¨¢tico (PD, transcomunista y transdemocristiano) ha alumbrado un Gobierno decididamente europe¨ªsta.
Elimina a quien asesin¨® el Conte-1, el aspirante a duce Matteo Salvini, ahora reputado de ¡°b¨¢rbaro¡±. Pues no solo era euroesc¨¦ptico en ideas, sino que actuaba como ariete eurohostil, incumplidor de la ley europea (convenio de Dubl¨ªn sobre refugiados) e internacional (deber de salvar y acoger n¨¢ufragos), socio de Vlad¨ªmir Putin y de los c¨ªrculos m¨¢s sediciosos de la ultraderecha trumpista.
Por el contrario, los nuevos titulares de las dos carteras m¨¢s conflictivas y susceptibles de crear fricciones con Bruselas, Hacienda (Roberto Gualtieri) e Inmigraci¨®n (Luciana Lamorgese) acarrean acreditadas carreras proeuropeas.
?l, como expresidente de la comisi¨®n econ¨®mica y monetaria del Parlamento Europeo y eficaz negociador de la crisis bancaria transalpina; ella, como alta funcionaria de su departamento y escrupulosa cumplidora de la ley: ?un lujo en los tiempos que corren!
El Movimiento 5 Estrellas se ha reclamado de un ¡°Gobierno responsable¡±. El l¨ªder del PD, Nicola Zingaretti ha jurado que su pa¨ªs ser¨¢ ¡°nuevo protagonista en Europa¡±: ya lo era, pero en este caso lo ser¨¢ para bien.
As¨ª que el nuevo equipo ha recibido toda suerte de parabienes. ?C¨®mo pretende actuar? En lo econ¨®mico, su programa defiende pol¨ªticas econ¨®micas ¡°inclusivas¡± (o sea, progresistas) aunque apostando por la ¡°estabilidad financiera¡± (un alivio: sin desmanes). Mediante una estrategia fiscal expansiva ¡°que no erosione el equilibrio de las finanzas p¨²blicas¡± pero sortee la ¡°rigidez excesiva¡± del Pacto de Estabilidad. O sea, nuevo salario m¨ªnimo, rebaja impositiva a las rentas salariales, contrato energ¨¦tico verde: la confluencia de las sensibilidades socialdem¨®crata y verde.
En lo migratorio, Lamorgese honrar¨¢ la normativa, como ha propugnado siempre, buscando la encrucijada entre firmeza y generosidad: ¡°Si todo el mundo cumple su parte, tendremos una acogida equilibrada y sostenible¡±, define.
?Por qu¨¦ Italia vuelve as¨ª, ojal¨¢ que definitivamente, a la Casa Europa que contribuy¨® a fundar en 1957? Porque en este continente unido (con dificultades) con pol¨ªticas y normas (comunes) y espacio pol¨ªtico/medi¨¢tico (bastante compartido) resulta muy dif¨ªcil (y poco explicable) hacer pol¨ªtica sin anclaje pol¨ªtico/ideol¨®gico europeo: quien se aleja de la UE abandona su sombra protectora, que la dispensa y en abundancia, no solo es la madrastra de los a?os superausteros.
As¨ª, la operaci¨®n Ursula, ¨¢gilmente narrada aqu¨ª por Daniel Verd¨², concit¨® la complicidad de todos los partidarios del pacto de los nuevos cargos comunitarios: el presidente de la Rep¨²blica, el del Gobierno, los grillinos en evoluci¨®n hacia el universo verde; el socialdemocr¨¢tico PD¡
Pero maniobras as¨ª solo podr¨ªan fructificar sobre un humus social europe¨ªsta. La sociedad italiana guarda un fuerte poso de cuando era orgullosa campeona del federalismo continental. Y aunque est¨¢ irritada y se siente en parte abandonada por sus socios, milita a favor del euro, que cosecha un apoyo en las encuestas de ?dos tercios!
Hay algo m¨¢s profundo. Italia se ha hecho mayor con Europa y desde Europa: en la Casa Europa. De sus 158 a?os como Estado independiente y unido (1861), 62, m¨¢s de un tercio, los ha vivido como parte del proyecto com¨²n.
Y han sido a?os tan o m¨¢s decisivos para su identidad nacional que los anteriores: los del tel¨¦fono m¨®vil e Internet; los de las multinacionales y los sat¨¦lites; los del Estado del bienestar y el coche el¨¦ctrico; los del lavavajillas, las grandes superficies comerciales y los nuevos formatos del cine (series), de la m¨²sica, de la cultura. En una realidad como esa, la ruptura es desgarro.
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