Los tropiezos de Trudeau apagan su brillo
Las promesas incumplidas durante su mandato y una sucesi¨®n de esc¨¢ndalos han erosionado la imagen del primer ministro canadiense, que busca la reelecci¨®n
Justin Trudeau va a sudar la camiseta durante toda la campa?a electoral. El tiempo en que su reelecci¨®n se dibujaba como un camino libre de piedras y nubarrones ha pasado. Varios esc¨¢ndalos que da?aron la popularidad del primer ministro canadiense borraron dicha postal; tambi¨¦n ciertas promesas incumplidas y decisiones percibidas como contradictorias contribuyeron a deteriorar su imagen. Esta semana, ha sido acusado de racista al publicarse una fotograf¨ªa de 2001 en la que posa con la cara maquillada de negro, en una pol¨¦mica que complica a¨²n m¨¢s su triunfo en los comicios del 21 de octubre.
Si a finales de 2016 Trudeau lleg¨® a contar con una aprobaci¨®n del 65%, el pasado julio cay¨® al 32%. Aunque la econom¨ªa del pa¨ªs sigue por la ruta del crecimiento y el desempleo ha alcanzado m¨ªnimos hist¨®ricos, las medidas m¨¢s se?aladas de Trudeau han sido la legalizaci¨®n del cannabis recreativo, la acogida de miles de refugiados sirios, las prestaciones para familias con ni?os y la renegociaci¨®n del marco comercial norteamericano (pese a los obst¨¢culos puestos por su hom¨®logo estadounidense, Donald Trump). Entre sus promesas incumplidas figuran una reforma electoral, el equilibrio en las finanzas p¨²blicas para 2019 y mayor apoyo a las provincias en servicios de salud a domicilio.
Adem¨¢s, Trudeau ha tomado decisiones percibidas como contradictorias. Por ejemplo, puso en marcha un plan de grav¨¢menes al carbono, pero al mismo tiempo sigui¨® apoyando significativamente a la industria petrolera con la nacionalizaci¨®n y el anuncio de expansi¨®n del oleoducto Trans Mountain. Su cuidada imagen de defensor medioambiental qued¨® seriamente afectada.
Otro ejemplo es el de la crisis diplom¨¢tica en la que se enzarz¨® con Arabia Saud¨ª por defender los derechos humanos. Sin embargo, las discrepancias no eran tan profundas como para anular un contrato de venta de veh¨ªculos militares a dicho pa¨ªs. China tambi¨¦n divide. Pek¨ªn y Ottawa viven tensiones por la detenci¨®n de Meng Wanzhou, vicepresidenta de Huawei, una petici¨®n que hizo EE UU. Algunos sectores aplauden el respeto de Canad¨¢ a los tratados internacionales; otros se?alan que el pa¨ªs est¨¢ en un brete innecesario por culpa de la Casa Blanca.
En agosto sali¨® a la venta el libro Trudeau: The Education of a Prime Minister, del periodista John Ivison. Uno de los puntos centrales del libro es que buena parte de los canadienses duda de un "primer ministro camale¨®nico" que sorprende con ciertas decisiones y tiende a escuchar poco.
A este c¨²mulo de decisiones discordantes, se suma que, a finales de 2017, miembros de su partido fueron se?alados por efectuar movimientos para evadir impuestos. D¨ªas despu¨¦s, recibi¨® una amonestaci¨®n verbal de la comisi¨®n de ¨¦tica de Canad¨¢ porque, en 2016, se fue de vacaciones con su familia a la isla privada del Aga Khan, l¨ªder religioso de los musulmanes ismaelitas. En febrero de 2018, Trudeau hizo uno de los peores viajes oficiales que se recuerdan: visit¨® India, donde fue recibido con poco entusiasmo y apareci¨® con su esposa e hijos vestidos con trajes t¨ªpicos, decisi¨®n que fue criticada en masa. "Trudeau ha sido considerado como un maestro de la comunicaci¨®n, un rock star de la pol¨ªtica. Pero quien gana mucho gracias a la imagen tambi¨¦n corre el riesgo de perder mucho por ella", comenta Olivier Turbide, experto en comunicaci¨®n de la Universidad de Quebec en Montreal.
Estos esc¨¢ndalos hicieron mella, pero ninguno como el caso SNC-Lavalin. En febrero de este a?o, Trudeau y varios de sus colaboradores fueron se?alados por querer influir sobre Jody Wilson-Raybould, cuando este era fiscal general de Canad¨¢, en una decisi¨®n vinculada a acusaciones criminales contra la compa?¨ªa por sobornos a funcionarios libios. La comisi¨®n de ¨¦tica le impuso una nueva amonestaci¨®n verbal. Trudeau asumi¨® responsabilidades, pero no se disculp¨®. "No puedo hacerlo por defender empleos en Canad¨¢", declar¨®, refiri¨¦ndose a los puestos de trabajo que podr¨ªan perderse si la compa?¨ªa es declarada culpable. Adem¨¢s, el trato hacia Wilson-Raybould le granje¨® cr¨ªticas relacionadas con su compromiso feminista y sus deseos de reconciliaci¨®n con los pueblos ind¨ªgenas.
"Una forma de medir la fuerza de un l¨ªder es su capacidad para gestionar las crisis, inevitables en pol¨ªtica. Trudeau y su equipo dieron muestras de improvisaci¨®n constante y reacciones tard¨ªas", afirma Turbide. "Trudeau pas¨® meses asegurando que su equipo y ¨¦l hab¨ªan actuado con apego a la ley. Disculparse habr¨ªa sido visto como una debilidad, poniendo en riesgo su legitimidad como l¨ªder. Opt¨® por el mal menor. Continuar¨¢ respondiendo que lo hizo para velar por los intereses de los canadienses", agrega.
A las cr¨ªticas se suma Andrew Scheer, l¨ªder del Partido Conservador y principal contrincante del primer ministro canadiense. Durante la campa?a electoral, este pol¨ªtico que no levanta pasiones desde que lleg¨® a su cargo en 2017 ha insistido en la idea de que "Trudeau ha perdido la autoridad moral para gobernar".
Durante los meses m¨¢s complicados para Trudeau tras salir a la luz el caso SNC-Lavalin, el Partido Conservador lider¨® las encuestas. Sin embargo, la agrupaci¨®n del primer ministro canadiense ha recuperado terreno. Algunos sondeos dan empate t¨¦cnico (en alrededor del 35%), aunque otros muestran que Trudeau y sus huestes sacan ya una corta ventaja. El apoyo al Nuevo Partido Democr¨¢tico (centroizquierda) ronda el 11%. Falta ver con qu¨¦ intensidad afectar¨¢ a Trudeau el m¨¢s reciente de sus esc¨¢ndalos. El mi¨¦rcoles, la revista Time public¨® la fotograf¨ªa en la que aparece disfrazado de Aladino en una fiesta de un colegio privado de Vancouver, cuando trabajaba all¨ª como profesor. Horas despu¨¦s, enton¨® el mea culpa, pero las acusaciones de racismo no cesaron. Trudeau est¨¢ pagando caros sus excesos con el mundo de la imagen.
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