Por qu¨¦ es racista pintarse la cara de negro en EE UU y Canad¨¢
El maquillaje del rostro para representar a un afroamericano tiene sus ra¨ªces en los tiempos de la opresi¨®n y representa un odio que a¨²n perdura
Racista, doloroso, ofensivo son algunos de los muchos calificativos que se aplican a la desfasada pr¨¢ctica de pintarse el rostro de negro o marr¨®n para representar a personas negras. No importa el color de piel que se trate de imitar, sea cual sea, si es diferente del color con el que se naci¨®, est¨¢ considerado racista en Estados Unidos y Canad¨¢. Disfrazarse pint¨¢ndose la cara de negro deshumaniza, denigra y desprecia a todo un colectivo a la vez que alimenta los peores estereotipos atribuidos a los afroamericanos, aseguran activistas y expertos.
Justin Trudeau, primer ministro de Canad¨¢ en funciones, ha sido la ¨²ltima figura p¨²blica en tener que pedir perd¨®n, en plena campa?a electoral para su reelecci¨®n, por un antiguo error de juicio. Por supuesto, no ser¨¢ el ¨²ltimo al que una instant¨¢nea del pasado venga a acusarle de incoherencia ni ser¨¢ el primero que se atreva a alegar falta de conocimiento para disculpar su conducta. La ignorancia, en este caso como en bastantes otros, no sirve de excusa.
Al igual que las palabras y las acciones, las im¨¢genes importan, hacen da?o y sin duda tienen consecuencias. Para William Brooks, presidente de la influyente Asociaci¨®n para el Avance de las Personas de Color (NAACP, siglas en ingl¨¦s), el maquillaje del rostro para representar a un afroamericano tiene sus ra¨ªces en los tiempos de la opresi¨®n y representa el odio a toda una comunidad que a¨²n hoy perdura.
As¨ª, las razones de por qu¨¦ es tan ofensivo pintarse la cara intentando parecer una persona negra son sencillas: evocan una historia de racismo y dolor cuya herida sigue abierta. Si en Estados Unidos hace cerca de 200 a?os que los artistas empezaron a pintarse la cara de negro para imitar y re¨ªrse de los esclavos negros en los espect¨¢culos musicales de la ¨¦poca, en la Europa medieval, ya fuera en Francia o Italia, los comediantes usaban m¨¢scaras negras para representar comportamientos antisociales groseros, violentos o cercanos a la brujer¨ªa.
En Estados Unidos, el s¨ªmbolo m¨¢s popular entre las llamadas blackface es el del personaje Jim Crow, representado a mediados del siglo XIX por el actor Thomas Rice. Posteriormente, las tristemente famosas leyes de segregaci¨®n racial tomaron el nombre de esa figura que intentaba ser c¨®mica. Jim Crow sigui¨® vivo en el siglo XX.? En la pel¨ªcula The Jazz Singer, el actor Al Jolson actuaba con el rostro pintado de negro y unos exagerados labios perfilados de blanco. Actores estadounidenses como Shirley Temple, Judy Garland o Mickey Rooney tambi¨¦n usaron el maquillaje negro para te?ir sus caras en pel¨ªculas.
Hoy, de vez en cuando, resurge por arte de la hemeroteca o de los libros de final de curso tan propios de la iconograf¨ªa cinematogr¨¢fica estadounidense alguna fotograf¨ªa que complica la vida a personalidades pol¨ªticas que se ven abocadas a entonar un mea culpa. Unos recurren a la muy usada frase de que eran otros tiempos. Otros claman inocencia al asegurar que nunca lo hicieron con la intenci¨®n de ofender a nadie. Algunos incluso niegan ser ellos y usan la careta de blackface para proteger su nombre.
Este ha sido el caso del gobernador de Virginia, Ralph Northam, que primero acept¨® y luego neg¨® ser la persona que aparece con la cara pintada de negro en una p¨¢gina del anuario universitario de su escuela de medicina en 1984. Anthony Sabatini, congresista republicano de Florida, declar¨® que la foto que le mostraba con la cara pintada de negro era de su ¨¦poca de adolescente en el instituto y que ¡°estaba fuera de contexto¡± hoy d¨ªa. Quien s¨ª renunci¨® a su cargo de secretario de Estado de Florida fue Michael Ertel, que se dej¨® fotografiar en 2005 disfrazado de lo que ¨¦l cre¨ªa era una mujer afroamericana tras el paso del hurac¨¢n Katrina para una fiesta de Halloween.
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