Francisco se asegura la mayor¨ªa en el pr¨®ximo c¨®nclave

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La reforma que pretende llevar a cabo Francisco en la Iglesia se expresa por dos v¨ªas: los hechos y la herencia. La primera admite cierto debate sobre su profundidad e irreversibilidad. Especialmente en un contexto de encarnizado enfrentamiento con el sector ultraconservador de la Iglesia. La segunda, en cambio, es ya inapelable. Este s¨¢bado el Papa celebra su sexto consistorio (uno al a?o desde que fue elegido pont¨ªfice) y nombrar¨¢ a 13 nuevos cardenales: diez de ellos electores en un futuro c¨®nclave. Un movimiento que le otorga ya la mayor¨ªa en el colegio cardenalicio y que confirma otra tendencia. Entre los elegidos hay otros dos espa?oles: el salesiano Crist¨®bal L¨®pez, arzobispo de Rabat; y Miguel ?ngel Ayuso, presidente del Pontificio Consejo para el Di¨¢logo Interreligioso. Espa?a es la ¨²nica nacionalidad que se ha repetido cada a?o. A estas alturas no parece ya casualidad.

El futuro Papa, recuerdan en el Vaticano, ser¨¢ cosa de la Divina Providencia. Pero nunca est¨¢ de m¨¢s rodearla de consejeros fiables. De este modo y, a partir de este s¨¢bado, ser¨¢n ya 128 cardenales con capacidad de elecci¨®n (la teor¨ªa dice que la cifra m¨¢xima deber¨ªa ser de 120), de los cuales 67 han sido creados por el Papa argentino, 42 por Benedicto XVI y ya solo 19 menores de 80 a?os creados por Juan Pablo II. ?Significa eso que el pr¨®ximo Papa ser¨¢ bergogliano? La historia no permite confirmarlo. Joseph Ratzinger fue elegido en 2005 pese a ser uno de los dos ¨²nicos cardenales que no hab¨ªa sido nombrado por su predecesor, Juan Pablo II (los otros 113 s¨ª lo eran; ¨¦l era una criatura de Pablo VI). La herencia pol¨ªtica del papado, sin embargo, la irreversibilidad de las reformas, tendr¨¢ m¨¢s posibilidades de imponerse.

El perfil de todos los nuevos purpurados desde que Francisco comenz¨® a nombrarles hace seis a?os (Benedicto XVI, en ocho a?os, solo celebr¨® cinco consistorios) se repite tambi¨¦n entre los que recibir¨¢n el anillo y el capelo. La insistencia en reconocer a la Iglesia perif¨¦rica ¨Csocial y geogr¨¢fica¨C y en buscar a figuras que tengan ¡°olor a oveja¡±, como suele decir Francisco para referirse a aquellos obispos que no han perdido su vocaci¨®n de p¨¢rrocos y han sabido mezclarse entre la gente, persiste. Especialmente en zonas m¨¢s desfavorecidas, como Ignatius Suharyo Hardjoatmodjo, arzobispo de Yakarta; Juan de la Caridad Garc¨ªa Rodr¨ªguez, arzobispo de La Habana; Fridolin Ambongo Besungu, arzobispo de Kinshasa (Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo); ?lvaro L. Ramazzini Imeri, obispo de Huehuetenango, en Guatemala.

La vicepresidenta del Gobierno espa?ol, Carmen Calvo, en el centro de varias pol¨¦micas con el Vaticano a prop¨®sito de la exhumaci¨®n de Franco del Valle de los Ca¨ªdos, acudir¨¢ a la ceremonia. El conflicto ha quedado superado. Pero no es para menos. Espa?a aumenta de nuevo su presencia hasta ocho electores en un futurible c¨®nclave, una cifra que se sit¨²a en su m¨¢ximo hist¨®rico y que confirma tambi¨¦n el perfil de cardenal que busca este Papa. Crist¨®bal L¨®pez, arzobispo de Rabat; y Miguel ?ngel Ayuso, presidente del Pontificio Consejo para el Di¨¢logo Interreligioso y responsable del hist¨®rico encuentro en Abu Dabi, son dos hombres de compromiso social y perif¨¦rico. Ambos han vivido en ?frica y conciben este nuevo encargo, seg¨²n explicaban el jueves, como una misi¨®n alejada del ¡°oropel¡±.

A L¨®pez, salesiano formado en Catalu?a que ejerci¨® de cura durante 11 a?os en el barrio de la Verneda de Barcelona, le pill¨® la noticia en plena misa, recordaba el jueves al mediod¨ªa. ¡°Fue una sorpresa absoluta. No hubo preaviso. Estaba diciendo la misa en la catedral de Rabat y not¨¦ que el tel¨¦fono vibraba mucho, pero no hice caso. Al terminar la misa fui a mi despacho y son¨® de nuevo el tel¨¦fono. Un amigo desde Francia me lo anunci¨®, pero no me lo cre¨ª. Me agarr¨® un temblor de rodillas, no pod¨ªa sostenerme¡­ hasta los j¨®venes me dijeron si estaba bien¡±.

La alegr¨ªa va por barrios e Italia pierde progresivamente peso en un colegio cardenalicio en el que siempre fue decisiva (aunque sigue siendo la que m¨¢s tiene, con 23 electores). Entre los diez nuevos electores solo hay un italiano (el arzobispo de Bolonia, Matteo Zuppi, exponente de la comunidad de San Egidio). Europa tambi¨¦n reduce su influencia y confirma que ya no es el continente con m¨¢s de la mitad de miembros en este ¨®rgano elector, aunque conserve la mayor¨ªa (108: 56 electores y 52 no electores). Suben Asia, con 26 cardenales (de los cuales 16 son electores), ?frica, gracias al capelo asignado a Fridolin Ambongo Besungu (27 cardenales, 17 con voto) y Centroam¨¦rica (de 7 a 9). Permanecen sin variaci¨®n Norteam¨¦rica, con 23 purpurados, Sudam¨¦rica con 26 y Ocean¨ªa con 6. Una configuraci¨®n que, opinan todos los expertos, alterar¨¢ la l¨®gica tradicional del poder vaticano y complicar¨¢ mucho las din¨¢micas lobbistas que puedan ejercerse en la pr¨®xima vez que los cardenales se re¨²nan en la Capilla Sixtina.