Una reforma de dos velocidades
Francisco cumple cinco a?os al frente de la Santa Sede en un papado marcado por un cambio radical del mensaje y un lento giro en temas como los abusos o la econom¨ªa
El 13 de marzo de 2013, cinco minutos despu¨¦s de las siete de la tarde, casi nadie esperaba que el cardenal Jean-Louis Tauran pronunciase su nombre. Los sanedrines vaticanos hablaban de un italiano, algunos incluso lo dieron por hecho y prepararon sus felicitaciones. Pero la Divina Providencia, en uno de los momentos m¨¢s convulsos de la Santa Sede, prefiri¨® traerse del otro lado del planeta a Jorge Mario Bergoglio, un argentino m¨¢s acostumbrado a la calle que las moquetas de los salones romanos. Una mayor¨ªa de los 115 cardenales electores del c¨®nclave de la Iglesia cat¨®lica, la instituci¨®n pol¨ªtica m¨¢s longeva del mundo, consider¨® que era el adecuado para descifrar la ola de cambio que amenazaba con aislarles entre aquellos muros.
Cinco a?os despu¨¦s, la puerta est¨¢ abierta. Pero, pasada la euforia inicial, Francisco, de 81 a?os, se encuentra metido de lleno en una remodelaci¨®n integral cuya disparidad de resultados -agunos casi imperceptibles- sugiere que necesitar¨¢ m¨¢s tiempo de lo imaginado. La reforma de las formas se da por descontada. Se termin¨® el aislamiento, se abri¨® el Palacio Apost¨®lico definitivamente y se abandonaron todos los privilegios. Incluidos los del propio Pont¨ªfice, que se march¨® a vivir a la residencia de Santa Marta, cambi¨® su coche de lujo por un Ford Focus y fue al encuentro de la gente. Los desheredados y la periferia social del mundo han pasado a ocupar el centro del nuevo relato. El cambio en la manera de transmitir el mensaje, desde el propio Francisco en su homil¨ªa matinal de Santa Marta, hasta la reformulaci¨®n de la estructura comunicativa, han sido radicales. Se buscaban nuevos receptores, se requer¨ªan nuevos canales.
El Papa, que ha sabido convivir con su predecesor a pocos metros ¡ªayer se hizo p¨²blica una elogiosa carta de Joseph Ratzinger hacia su figura¡ª, ha modificado el acercamiento de la Iglesia a los homosexuales, a los divorciados y a las mujeres. Ha construido un discurso a favor del medioambiente y ha viajado a lugares donde la Iglesia Cat¨®lica es irrelevante en n¨²mero como Bangladesh o Myanmar. Una de las transformaciones m¨¢s importantes ha sido la apertura perif¨¦rica de la Iglesia, especialmente a trav¨¦s de la creaci¨®n de nuevos cardenales, con cuatro consistorios desde 2013. Una renovaci¨®n que afecta a 49 de los 117 purpurados electores, acerc¨¢ndose a la mayor¨ªa. Entre ellos un tercio son europeos (16 con 7 italianos). En el colegio configurado por el Pont¨ªfice los europeos ya no son mayor¨ªa, algo que ya hab¨ªa sucedido en alg¨²n periodo, pero de forma m¨¢s leve y sin marcar ninguna tendencia al alza como ahora.
Podr¨ªa hacer mucho m¨¢s escuchando en mayor medida a las mujeres en la toma de decisiones, y no lo hace nunca", dice la historiadora Lucetta Scaraffia
As¨ª como Juan Pablo II fue el Pont¨ªfice que ayud¨® a derribar el muro entre este y oeste, este Papa ¡ªel primero en 13 siglos que no viene de Europa¡ª busca algo parecido con la barrera entre el sur y el norte. Empezando por los ¨®rganos de poder del Vaticano que consolidar¨¢ las reformas y elegir¨¢n al siguiente Pont¨ªfice. El resultado, entre otras cosas, ser¨¢ un c¨®nclave m¨¢s impredecible y la solidificaci¨®n de los cambios a trav¨¦s de unos representantes de la Iglesia m¨¢s cercanos a la idea de un pastor que a la que, en ocasiones, se ha querido elegir del pr¨ªncipe.
La mujer cuenta algo m¨¢s. Ocupan algunos puestos de responsabilidad, como la direcci¨®n de los Museos Vaticanos o la portavoc¨ªa de la Santa Sede. La historiadora y directora del suplemento femenino de L'Osservatore Romano, Lucetta Scaraffia, reconoce avances como la promoci¨®n de Magdalena junto al resto de Ap¨®stoles. Pero cree que ha sido demasiado poco. ¡°Podr¨ªa hacer mucho m¨¢s escuchando m¨¢s a las mujeres en la toma de decisiones, y no lo hace nunca. Y eso es verdaderamente grave. En el C9 [el consejo de cardenales que le asesora acerca de la reforma], por ejemplo, no ha escuchado nunca a una mujer, cuando hay organizaciones con religiosas que tendr¨ªan muchas cosas que aportar¡±.
Los grandes ejes administrativos, como la transformaci¨®n de la Curia, la reforma econ¨®mica o la lucha contra los abusos a menores, han encontrado constantes resistencias a lo largo de estos cinco a?os. De hecho, ayer Ratizinger hablaba en su carta de "prejuicios" hacia el Papa y le defend¨ªa de las cr¨ªticas. Le han acusado de hereje, han colgado carteles en Roma contra ¨¦l y se han creado decenas de blogs con chismes.? ¡°Algunos tienen dificultades en aceptar los cambios. Pero el Papa ha dicho que se presenten esas dificultades y las estudiar¨¢. Yo mismo lo he hecho. Hay que ofrecerle una armon¨ªa de opciones para que tome las decisiones m¨¢s aptas. Pese las resistencias, tiene la voluntad de seguir adelante. Escucha al C9 y lo lleva adelante. Sabe que hay un trabajo de fondo sin prisa, pero el Papa no tiene un poder absoluto¡±, se?ala el arzobispo retirado, Agostino Marchetto.
Dos de los tres v¨¦rtices de su reforma econ¨®mica han quedado descabezados
El esfuerzo en reformular las finanzas, por ejemplo, arroja luces y sombras. La buena noticia: se ha reducido del d¨¦ficit, hay nuevos ¨®rganos de control, cierre de cuentas sospechosas y mayor transparencia. No se admiten chanchullos. Y ahora qui¨¦n la hace la paga. Prueba de ello es el juicio por blanqueo de capitales y malversaci¨®n de fondos al expresidente del Banco Vaticano (IOR), Angelo Caloia, y al abogado Gabriele Liuzzo. Lo malo es que dos de los tres v¨¦rtices que deb¨ªan guiar la gran reforma econ¨®mica salieron rana: el superministro de finanzas Cardenal George Pell espera juicio en Australia por abusos a menores y el auditor de cuentas Libero Milone dimiti¨® bajo amenaza de detenci¨®n por haber espiado, supuestamente, a altos cargos de la Santa Sede. En el tri¨¢ngulo solo queda el l¨²cido cardenal alem¨¢n Reinhard Marx, que pilota el Consejo para la Econom¨ªa.
Francisco quiso tomar tambi¨¦n el relevo de la lucha contra los abusos a menores creando una prometedora comisi¨®n para la prevenci¨®n de casos. Sigue siendo una herramienta muy ¨²til. Pero las dos v¨ªctimas que fueron incluidas se marcharon dando un portazo y denunciando inadmisibles resistencias de la curia. Y, pese a que el Vaticano explic¨® recientemente que el Papa se re¨²ne los viernes con otros supervivientes de abusos, su lucha volvi¨® a cuestionarse internacionalmente cuando el propio Pont¨ªfice puso en duda ¡ªdijo que eran calumnias si no llegaban pruebas¡ª las acusaciones de algunas personas durante su viaje a Chile.
Marie Collins, s¨ªmbolo de esta causa y una de las v¨ªctimas que abandon¨® la comisi¨®n, se siente ahora decepcionada. ¡°Fue un inicio muy esperanzador, pero ha ido desinfl¨¢ndose. Se aprobaron muchas proposiciones, pero nunca se implementaron. Y lo de Chile ha sido muy chocante. Escuchando aquellas palabras del Papa parece que, a veces, no se entienden el da?o que causa este fen¨®meno en las v¨ªctimas y en la propia Iglesia. Mandar al arzobispo Charles Scicluna a investigar el caso en un buen movimiento, pero deb¨ªa ser antes¡±, critica.
La duda en todo proceso de reformas consiste siempre en determinar cu¨¢ndo estas son ya irreversibles. Un dato que, entre otras cosas, tambi¨¦n podr¨ªa aportar pistas sobre el momento en que el Papa ¡ªsi sigue, como dijo, el camino marcado por su predecesor, Benedicto XVI¡ª dar¨¢ por concluido su trabajo.
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