Boris Johnson utiliza el discurso de la reina para lanzar su programa electoral
Isabel II se?ala, en un discurso que marca el inicio del nuevo curso en Westminster, que la prioridad del Gobierno ser¨¢ salir de la UE el 31 de octubre
La reina Isabel II se salva de las cr¨ªticas porque respeta escrupulosamente la neutralidad constitucional, aunque Boris Johnson la utilice con prop¨®sitos pol¨ªticos. Si ya tuvo que ordenar una suspensi¨®n del Parlamento que los tribunales anularon, este lunes se vio obligada a leer el programa de un Gobierno sin mayor¨ªa parlamentaria. ¡°Rid¨ªculo¡±, fue calificado por una oposici¨®n que interpret¨® que la reina estaba leyendo el manifiesto electoral de un primer ministro que se prepara ya para sacar las urnas en el momento que m¨¢s le convenga.
¡°La prioridad de mi Gobierno ha sido siempre asegurar que el Reino Unido salga de la Uni¨®n Europea el 31 de octubre¡±. Fueron las primeras palabras del discurso le¨ªdo por Isabel II desde su trono, en la C¨¢mara de los Lores. A pesar de la pompa y circunstancia que rodean a la Ceremonia de Apertura del Parlamento, el papel de la monarca es simb¨®lico. Se limita a leer el texto escrito por el primer ministro, al frente del Gobierno de Su Graciosa Majestad, en el que establece los objetivos pol¨ªticos y legislativos de Downing Street.
Es la segunda vez, sin embargo, que Johnson coloca a la reina en la inc¨®moda situaci¨®n de refrendar una maniobra pol¨ªtica vac¨ªa de contenido y con segundas intenciones. En primer lugar, porque el actual Ejecutivo conservador no dispone de mayor¨ªa parlamentaria para sacar adelante ninguna de las 26 leyes que propone. En segundo lugar, porque puso en boca de Isabel II una promesa pol¨ªtica que cada vez parece m¨¢s imposible de llevarse a efecto. Una mayor¨ªa de diputados aprob¨® una resoluci¨®n con fuerza legal que obliga a Johnson a solicitar a la UE una pr¨®rroga de la fecha de salida si no es posible alcanzar un nuevo acuerdo. Y a¨²n en el caso de que se obrara el milagro, y Londres y Bruselas fueran capaces de entenderse, el consenso general a ambos lados del Canal es que ser¨¢ necesario alargar los plazos.
El 31 de octubre se ha convertido ya, m¨¢s que en una fecha realista, en un eslogan pol¨ªtico de Johnson, para no defraudar a sus seguidores euroesc¨¦pticos. Y ha sido lo primero que Isabel II se ha visto obligada a leer. Y en tercer lugar, todos los asuntos abordados por el discurso ten¨ªan m¨¢s tono de programa electoral que de planes de trabajo. Por ejemplo, un mayor endurecimiento de las sentencias por delitos contra la libertad sexual, mayores ayudas para las v¨ªctimas de cr¨ªmenes violentos y medidas m¨¢s severas contra los extranjeros deportados que regresen al Reino Unido para volver a delinquir. Todo un discurso de ley y orden destinado a los o¨ªdos del votante conservador tradicional. O nuevas inversiones en el Servicio Nacional de Salud (NHS), en infraestructuras, y en atenci¨®n a las personas mayores, para calmar los nervios de aquellos votantes laboristas que no ven con malos ojos la salida del Reino Unido de la UE. Y, finalmente, planes ambiciosos en la lucha contra el cambio clim¨¢tico o en defensa de los animales para convencer a los electores de que Johnson, m¨¢s all¨¢ del Brexit, sigue siendo un conservador moderado con aspiraciones sociales.
?¡°No ha habido nunca una farsa mayor que la de este Gobierno, que est¨¢ alejado en 45 diputados de la necesaria mayor¨ªa absoluta y que no ha obtenido hasta ahora ni una victoria parlamentaria¡±, ha respondido el l¨ªder laborista, Jeremy Corbyn. ¡°Han presentado un programa legislativo a sabiendas de que no pueden sacarlo adelante. Corbyn volvi¨® a se?alar que su partido respaldar¨¢ un adelanto de las elecciones generales desde el momento en que quede asegurada una nueva pr¨®rroga que aleje el riesgo de un Brexit sin acuerdo.
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