Los candidatos dem¨®cratas dirigen sus dardos a la nueva favorita Elizabeth Warren

El debate de este martes por la noche entre los aspirantes a la candidatura dem¨®crata para 2020, el m¨¢s numeroso de la historia con 12 participantes, ha demostrado c¨®mo un cambio en los sondeos puede alterar dram¨¢ticamente el juego. La izquierdista Elizabeth Warren, cuya trayectoria ascendente ha cristalizado en las ¨²ltimas semanas en su momento estelar, liderando las encuestas ayudada por la p¨¦rdida de fuelle de sus principales rivales, ha descubierto esta noche lo que significa ser la favorita. Los golpes que en los anteriores debates recibi¨® Joe Biden le han ca¨ªdo hoy a Warren desde todos los frentes.

La senadora ha evitado entrar al trapo y ha logrado centrarse en su mensaje. Pero cuando ese mensaje, radical para los est¨¢ndares del Partido Dem¨®crata, pasa al centro del debate y se somete a escrutinio, aumenta tambi¨¦n el deseo de una alternativa centrista. Y ah¨ª estaban Pete Buttigieg, Beto O¡¯Rourke, Kamala Harris y Amy Klobuchar, atacando a Warren para tratar de proporcionar esa alternativa que hasta ahora monopolizaba Joe Biden. ¡°Valoro el trabajo de Elizabeth pero, de nuevo, lo que diferencia a un plan de un sue?o imposible es que es algo que verdad puedes realizar¡±, ha resumido la senadora Klobuchar.

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Los meses pasan y los candidatos m¨¢s rezagados necesitan un momento de gloria para sacar la cabeza entre la multitud o, sencillamente, salir de una irrelevancia ya demasiado larga. Buscando el contraste con Warren, los candidatos reclamaban un puesto destacado en el centro. Klobuchar y Buttigieg han brillado en el intento, llegando a explicar a Biden mejor que el propio Biden.

Pero, al ceder a Warren el blanco de los ataques, el exvicepresidente ha destacado m¨¢s que en ninguno de los debates anteriores. Cuanto m¨¢s suba Warren m¨¢s necesitar¨¢n los moderados una figura en torno a la que cerrar filas, y ese pragmatismo es precisamente la baza a la que juega Biden desde el principio.

El favorito de los moderados ha salido airoso, en los primeros compases del debate, de las previsibles preguntas sobre su hijo Hunter. Los negocios de este en Ucrania, sobre los que el presidente Trump pidi¨® investigar a su hom¨®logo Volod¨ªmir Zelenski en la conversaci¨®n telef¨®nica que ha motivado el inicio del proceso de impeachment, han colocado al exvicepresidente y hasta ahora favorito en la carrera en un situaci¨®n inc¨®moda. Hunter Biden ha publicado recientemente un comunicado al que su padre se ha remitido, permiti¨¦ndole cerrar un asunto en el que sus rivales, convencidos de la irresponsabilidad que supondr¨ªa arrojar dudas o mostrar fisuras en el impeachment, tampoco han querido insistir.

Superado el trago, el exvicepresidente ha logrado jugar sus cartas y dejar claro su mensaje: el valor de la experiencia. Ya sea en pol¨ªtica exterior --¡°Soy el ¨²nico de este escenario que ha hablado con [el presidente ruso Vlad¨ªmir] Putin y con [el turco Recep Tayyip] Erdogan¡±-- o en el tema del control de armas --¡°Soy el ¨²nico que ha plantado cara y derrotado a la Asociaci¨®n Nacional del Rifle¡±--. ¡°Todos tenemos buenas ideas¡±, ha dicho Biden. ¡°?Pero qui¨¦n est¨¢ mejor preparado? ?Qui¨¦n puede llevarlas a cabo?¡±. Incluso se ha permitido, ¨¦l tambi¨¦n y en contra de su costumbre, criticar a Warren, cuyos planes de sanidad universal ha tachado de ¡°vagos¡±.

Su t¨¢ctica de poner en valor la experiencia le ha servido tambi¨¦n para superar la pregunta sobre si es demasiado mayor para ser presidente (tiene 76 a?os). Una pregunta que tambi¨¦n se le ha formulado a Warren (70) pero que, claro, iba dirigida sobre todo al senador Bernie Sanders, de 78, para quien el debate supon¨ªa la vuelta a la campa?a tras sufrir un infarto de miocardio.

¡°Estoy sano, me encuentro genial¡±, ha dicho Sanders. Y despu¨¦s ha agradecido ¡°desde el fondo del coraz¨®n¡± las muestras de apoyo recibidas, incluidas las de sus compa?eros de debate, en un gesto que ha humanizado a un candidato que acarrea cierto estigma de estar siempre enfadado. A pesar de ello, el debate ha confirmado que, hoy por hoy, ya no es ¨¦l sino Warren quien reina en el sector izquierdista. Aunque el senador, que ya se enfrent¨® a Hillary Clinton en las primarias de 2016, ha recibido un valioso apoyo de fuera del plat¨® de Ohio donde se celebraba el debate: el equipo de la popular congresista Alexandria Ocasio-Cortez ha asegurado que esta aprovechar¨¢ el mitin que Sanders tiene previsto dar este fin de semana en Nueva York para brindarle su apoyo.

Los temas han sido los habituales en la dial¨¦ctica dem¨®crata, pero el patr¨®n sobre el que se med¨ªan era en esta ocasi¨®n el programa de Warren, que ha hablado casi 23 minutos, seis m¨¢s que Joe Biden, el segundo que m¨¢s tiempo ha tenido. As¨ª, en el tema de la reforma de la sanidad, los candidatos moderados han asaltado a Warren con preguntas sobre c¨®mo piensa financiar su propuesta de cobertura p¨²blica universal. Al contrario que Sanders, que defiende una subida fiscal generalizada para costear su dram¨¢tica reforma sanitaria, Warren se ha resistido a responder con claridad si para financiar su plan tendr¨ªa que subir los impuestos a las clases medias. Su posici¨®n de favorita le complica mantener la ambig¨¹edad, y Buttigieg no ha tardado en ponerlo en evidencia. ¡°Lo hemos escuchado esta noche¡±, ha dicho. ¡°Una pregunta de s¨ª o no que no ha obtenido un s¨ª o un no¡±.

Otros temas candentes y donde m¨¢s chocan los dem¨®cratas con la Administraci¨®n Trump, como la inmigraci¨®n y el cambio clim¨¢tico, han brillado por su ausencia en un debate que ha durado tres horas. Un total de 180 minutos en los que, por cierto, el presidente no ha dedicado ning¨²n tuit a las 12 personas que buscan reemplazarlo en la Casa Blanca en 2020.