La protesta social desborda a Pi?era y sume a Chile en una grave crisis
Al menos 15 personas han muerto durante los altercados que se han producido en el pa¨ªs. Los sindicatos han convocado una huelga general este mi¨¦rcoles
La clase pol¨ªtica chilena enfrenta uno de los mayores desaf¨ªos desde la vuelta de la democracia en 1990 tras el estallido social del pasado jueves, desencadenado por el aumento del precio del metro y alimentado por un m¨¢s amplio malestar social. En estos d¨ªas de emergencia, mientras las autoridades intentan dar ciertas se?ales de unidad para calmar la crisis, no se detiene la protesta, ni la pac¨ªfica ni la violenta. Al menos 15 personas han muerto desde que comenzaran los altercados en el pa¨ªs sudamericano. Adem¨¢s, el principal sindicato chileno,?la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), junto a otras organizaciones ha convocado una huelga general para este mi¨¦rcoles.
La protesta se ha extendido a diferentes ciudades de Chile y tiene a la capital bajo el control militar y con toque de queda, como en otras seis regiones del pa¨ªs. Las clases de escolares y universitarios se mantienen suspendidas en buena parte de Santiago. El d¨®lar se dispar¨® y la Bolsa se desplom¨® un 4,6%. El metro, que transporta diariamente a 2,8 millones de personas, sigue suspendido, salvo la l¨ªnea 1, que opera parcialmente. Al menos 1.333 personas han sido detenidas y 88 heridas con armas de fuego, seg¨²n el Instituto Nacional de Derechos Humanos. El domingo, cuando los tres poderes del Estado se reun¨ªan en el palacio de La Moneda para intentar buscar juntos una salida al conflicto, las movilizaciones callejeras continuaban y los manifestantes parec¨ªan inmunes a los intentos de sus dirigentes.
El desaf¨ªo para la clase pol¨ªtica es may¨²sculo en un pa¨ªs donde vota el 49% de los ciudadanos y las instituciones democr¨¢ticas como el Gobierno, el Congreso y los partidos tienen una m¨ªnima valoraci¨®n. En el Congreso, con mayor¨ªa opositora, los parlamentarios de la C¨¢mara de Diputados aprobaron este lunes el proyecto de ley para suspender el alza de las tarifas de metro, anunciado por el presidente Sebasti¨¢n Pi?era la v¨ªspera. El Senado lo hizo el lunes por la tarde. Pero aparte de esta medida, La Moneda no ha anunciado una agenda concreta que pueda ayudar a parar el conflicto, al menos en parte. No han contribuido a la calma y a una salida pol¨ªtica las declaraciones del mandatario, que no se ha enfocado en el malestar de sus compatriotas que hizo estallar el conflicto que en los hechos vand¨¢licos: ¡°Estamos en guerra contra un enemigo poderoso, que est¨¢ dispuesto a usar la violencia sin ning¨²n l¨ªmite¡±, indic¨® sobre los violentos que han destruido buena parte de la red de metro de Santiago, saqueado supermercados y locales comerciales o incendiado decenas de autobuses, instalando el caos en diferentes lugares del pa¨ªs.
Movilizaci¨®n en Buenos Aires en apoyo a las protestas
Buenos Aires fue una de la veintena de ciudades que este lunes se solidarizaron con la protesta social en Chile. Organizaciones de izquierda y personas autoconvocadas se congregaron frente al consulado chileno para expresar su apoyo a los manifestantes y pedir la renuncia de Pi?era entre gritos de "Chile despert¨®". "Estoy siguiendo lo que pasa con mucho nervio, cuesta estar tranquilo porque el coraz¨®n se le va a uno hacia Santiago al ver las im¨¢genes del pueblo en las calles", se?ala Carlos Fuentealba, periodista y docente chileno. El cantante Manuel Garc¨ªa critic¨® a Pi?era por decir que el pa¨ªs se encuentra en guerra y se sum¨® desde la capital argentina a los pedidos de dimisi¨®n. Al t¨¦rmino de la protesta, un grupo de encapuchados prendi¨® fuego a contenedores y atac¨® a periodistas que cubr¨ªan la marcha, ante lo que intervino la polic¨ªa. Seis manifestantes fueron detenidos acusados de resistencia a la autoridad, lesiones y da?os.
Este lunes, mientras comenzaba la tercera noche de toque de queda en siete regiones del pa¨ªs, incluida la capital, bajo control militar desde el s¨¢bado, Pi?era nuevamente se dirigi¨® p¨²blicamente a los ciudadanos desde La Moneda, en un intento poco logrado de descomprimir una crisis pol¨ªtica y social may¨²scula. En referencia a sus desafortunadas declaraciones sobre "la guerra", reconoci¨® a su modo que no fueron palabras prudentes: "S¨¦ que a veces he hablado duro contra esta violencia y delincuencia. Compr¨¦ndanme, compatriotas. Lo hago porque me indigna ver el da?o y el dolor que esta violencia y delincuencia provoca".
Adem¨¢s de anunciar que este martes se reunir¨¢ con los presidentes de todos los partidos pol¨ªticos "para explorar y ojal¨¢ avanzar hacia un acuerdo social" orientado a que "la clase media y los m¨¢s vulnerables puedan tener una vida mejor", hizo un llamamiento a la unidad: "En las circunstancias que estamos viviendo no hay caminos hacia la unidad, la unidad es el camino para encontrar soluciones a los problemas y desaf¨ªos que enfrentamos", indic¨® Pi?era. El presidente, como en los d¨ªas previos, centr¨® su discurso en el orden p¨²blico y, aunque este es fundamental para restablecer la normalidad, sigue sin ser suficiente para la profundidad de los asuntos que reclama la sociedad chilena.
La expresidenta de Chile y alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, hizo este lunes un llamamiento a Pi?era: ¡°Exhorto al Gobierno a que trabaje con todos los sectores de la sociedad hacia soluciones que contribuyan a calmar la situaci¨®n e intentar abordar los agravios de la poblaci¨®n en inter¨¦s de la naci¨®n¡±, indic¨® la socialista, que gobern¨® el pa¨ªs entre 2006 y 2010 y luego entre 2014 y 2018. ¡°El uso de una ret¨®rica inflamatoria solo servir¨¢ para agravar a¨²n m¨¢s la situaci¨®n¡±.
Pero tampoco los recientes Gobiernos de centroizquierda han podido apaciguar el malestar de la sociedad que se incuba desde hace a?os y, como Pi?era, apenas resultan electos pierden poco a poco la popularidad y los respaldos, como le sucedi¨® a la propia Bachelet, especialmente en su segundo mandato. El desasosiego social que se ha expresado al menos desde 2006, cuando estallaron las primeras protestas de los estudiantes, no ha podido ser canalizado hasta ahora por ninguna fuerza pol¨ªtica con representaci¨®n en el Congreso. Tampoco por el Frente Amplio de izquierda, cuyos principales l¨ªderes fueron los dirigentes estudiantiles que encabezaron las movilizaciones en 2011.
De acuerdo al presidente del Senado, Jaime Quintana ¡ªla segunda autoridad pol¨ªtica del pa¨ªs¡ª ¡°a la oposici¨®n le ha costado encontrar una mirada com¨²n¡± en los primeros d¨ªas de revueltas. De partida, explica, porque no hubo acuerdo sobre la decisi¨®n del presidente de entregar el control de las ciudades a los militares: ¡°Este lunes, existe claridad dentro del centroizquierda de que no se le puede poner como condici¨®n al Gobierno para dialogar que se deponga el estado de emergencia¡±, indica Quintana, del partido opositor PPD. El senador asegura que la inmensa mayor¨ªa de los chilenos quiere retornar a la normalidad, pese a los protestas por la desigualdad social, por lo que todos los grupos pol¨ªticos deben unirse: ¡°Categ¨®ricamente, como oposici¨®n no buscamos desestabilizar al Gobierno de Pi?era, que debe urgentemente dejarse apoyar y anunciar una agenda social que incluya beneficios inmediatos¡±.
La pol¨ªtica chilena, ante el desaf¨ªo de la unidad
Para el columnista pol¨ªtico Ascanio Cavallo, la pol¨ªtica chilena se enfrenta al desaf¨ªo de la unidad. Al analizar lo que ocurre en el pa¨ªs, indica que se han superpuesto al menos cinco elementos, lo que complica la salida a la crisis. Por una parte, el problema suscitado por el alza del pasaje del metro, que afecta sobre todo a la clase media y baja, especialmente golpeada por el aumento del costo de la vida. Por otro, el grupo juvenil, antipol¨ªtico y antinstitucional, que en estos d¨ªas ha desafiado a la polic¨ªa y a los militares en la v¨ªa p¨²blica. Cavallo identifica un tercer grupo: la oposici¨®n pol¨ªtica al Gobierno ¡ªla mitad del pa¨ªs que no vot¨® por el actual presidente¡ª que pide reformas a la Constituci¨®n o a las pensiones. Observa a su vez a las clases m¨¢s marginales, que motivadas por razones no pol¨ªticas han protagonizado los saqueos al comercio, por ejemplo. Un quinto elemento resulta fundamental para comprender la crisis, seg¨²n el analista: los grupos an¨¢rquicos con presencia en Chile que estar¨ªan detr¨¢s de los ataques al metro de Santiago, que dejaron destrozos por al menos 270 millones de euros.
¡°Desde la pol¨ªtica, indudablemente, la respuesta no puede ser la misma para todas estas demandas¡±, concluye Cavallo. ¡°Esta crisis no se apaciguar¨ªa ni siquiera si cambiara el Gobierno, que t¨¦cnicamente est¨¢ arruinado y puede hacer poco, salvo algunas leyes que reparen la sensaci¨®n de agobio de la clase media". Sobre una posible salida, indica: "Este estallido se va a apagar solo, como en 1949 o 1957, porque Chile tiene reventones sociales cada 10 a?os. Pero el costo material ser¨¢ enorme y el psicol¨®gico, para la poblaci¨®n, gigantesco".
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