El Supremo de Israel aprueba la expulsi¨®n del director de HRW que denunci¨® a Airbnb
El Gobierno de Netanyahu acusa a Omar Shakir de apoyar el movimiento de boicot propalestino
Israel vuelve a silenciar a observadores internacionales. El Tribunal Supremo ha avalado este martes la orden de deportaci¨®n de Omar Shakir, director para Israel y Palestina de Human Rights Watch (HRW). El responsable de la ONG estadounidense de defensa de los derechos humanos hab¨ªa sido acusado por el Gobierno de Benjam¨ªn Netanyahu de haber apoyado en el pasado la campa?a propalestina Boicot, Desinversi¨®n y Sanciones (BDS). Este movimiento persigue el aislamiento internacional del Estado jud¨ªo, siguiendo las medidas aplicadas hace tres d¨¦cadas a la Sud¨¢frica del apartheid, para que ponga fin a la ocupaci¨®n. Con esta decisi¨®n, el Supremo israel¨ª ratifica que el llamamiento de HRW a las empresas para que cesen sus actividades en Cisjordania bajo la ocupaci¨®n equivale a un boicot. La resoluci¨®n 2334 del Consejo de Seguridad de la ONU reiter¨® en 2016 que los asentamientos jud¨ªos ¡°no tienen validez legal y constituyen una flagrante violaci¨®n del derecho internacional¡±.
En una sentencia que sienta un precedente sobre el derecho al escrutinio externo en Israel, el Supremo ha rechazado la apelaci¨®n del director de HRW contra el fallo de un tribunal de Jerusal¨¦n, que ratific¨® el pasado abril la orden de expulsi¨®n dictada por el Ministerio de Interior, y le ha dado un plazo de 20 d¨ªas para abandonar el pa¨ªs. El viacrucis legal de Shakir, nacido en Estados Unidos hace 34 a?os en el seno de una familia de origen iraqu¨ª, comenz¨® incluso antes de aterrizar en el aeropuerto de Tel Aviv. Hace tres a?os, el Ministerio del Interior israel¨ª ya le neg¨® el visado para trabajar con su organizaci¨®n. Tard¨® siete meses en recibir el permiso, pero en mayo del a?o pasado le fue revocado bajo la acusaci¨®n de haber respaldado el movimiento de boicot a Israel.
¡°Antes, el pretexto del Gobierno era tachar a las ONG de propagandistas propalestinas; ahora ha recalibrado su estrategia hacia el BDS¡±, explicaba Shakir en una entrevista con EL PA?S. ¡°Nosotros no apoyamos el BDS, solo cuestionamos a empresas que, como Airbnb, hacen negocios en Cisjordania bajo la ocupaci¨®n sin respetar la ley internacional y discriminando a los palestinos¡±, alegaba. Hace un a?o, la decisi¨®n de la plataforma de alquileres tur¨ªsticos de retirar de la web la oferta de alojamientos situados en los asentamientos de colonos cay¨® como un mazazo sobre la imagen exterior en Israel. La compa?¨ªa con sede en San Francisco dio marcha atr¨¢s cinco meses despu¨¦s ante el creciente n¨²mero de demandas en su contra ante la justicia de EE UU.
Graduado en Derecho y Relaciones Internacionales por la Universidad de Stanford y m¨¢ster en Estudios ?rabes por la de Georgetown, Shakir reiter¨® el pasado septiembre, en una comparecencia ante la prensa tras la vista celebrada en el Supremo, que no apoyaba el boicot a Israel, aunque en su ¨¦poca como estudiante hab¨ªa asistido a actos de la campa?a propalestina.
Su orden de expulsi¨®n fue dictada por el Gobierno de Netanyahu al amparo de una reforma legal de 2017 que veta el paso a Israel a los extranjeros partidarios del BDS. Este fue el caso de la activista espa?ola Ana S¨¢nchez Mera, que fue rechazada en el aeropuerto de Ben Gurion en julio de 2018 cuando coordinaba una visita a Palestina de cargos municipales y auton¨®micos de Unidas Podemos.
El ministro de Seguridad P¨²blica de Israel, Gilad Erdan, ha calificado a Shakir de ¡°activista del boicot enmascarado como defensor de los derechos humanos¡±. ¡°Ning¨²n extranjero tiene derecho a establecerse en Israel mientras causa perjuicio a sus ciudadanos¡±, advirti¨®. ¡°Debe saber que acabar¨¢n pagando un precio¡±. Erdan sostiene que el BDS representa una amenaza estrat¨¦gica para su pa¨ªs, ya que cuestiona la legitimidad del Estado jud¨ªo con sesgo antisemita.
El caso del director de HRW es el primero en el que Israel aplica la expulsi¨®n de un observador internacional despu¨¦s de haberle sido concedido visado de residencia. El ¡°precedente constitucional¡± que intentaban sentar sus abogados ha desembocado, sin embargo, en un giro en la doctrina del Supremo hebreo, considerado un baluarte liberal y democr¨¢tico frente al Ejecutivo m¨¢s conservador en toda la historia del Estado jud¨ªo. Sus jueces han aplicado ahora a rajatabla la legislaci¨®n anti BDS de 2017. En octubre del a?o pasado los magistrados del Supremo permitieron la entrada al pa¨ªs a la estudiante estadounidense de origen palestino Lara Alqasem, de 22 a?os, que hab¨ªa permaneci¨® retenida m¨¢s de dos semanas en el aeropuerto de Tel Aviv bajo la acusaci¨®n de apoyar al BDS.
¡°Israel presume de ser la ¨²nica democracia en Oriente Pr¨®ximo¡±, apuntaba Shakir antes de recurrir ante el Alto Tribunal el pasado septiembre, ¡°pero puede acabar incorpor¨¢ndose a un club [de pa¨ªses que vetan a HRW] en el que figuran Corea del Norte, Egipto o Venezuela¡±. Ya fue expulsado de El Cairo en 2014 a consecuencia de su informe sobre la matanza de manifestantes islamistas en la mezquita de Rabaa al Adawiya de El Cairo el a?o anterior. Este experto en derechos humanos ¡ªque tambi¨¦n ha denunciado los malos tratos a detenidos de las fuerzas de seguridad palestinas¡ª, ejerci¨® en Estados Unidos como asistente legal de presos internados en Guant¨¢namo.
¡°No tengo miedo a que me deporten de Israel. A fin de cuentas, soy un privilegiado, con pasaporte norteamericano y que trabaja para una ONG internacional. A m¨ª no me van a tratar con la misma violencia que a un palestino", reconoc¨ªa en la entrevista con EL PA?S. ¡°Este caso tiene ramificaciones que van m¨¢s all¨¢. Versa sobre los l¨ªmites de la cr¨ªtica y la disensi¨®n en Israel. Hoy es el boicot y una deportaci¨®n. Ma?ana puede ser la prohibici¨®n de cuestionar los asentamientos y la clausura de ONG extranjeras¡±.
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