La OTAN asume por primera vez como reto colectivo el poderoso ascenso de China

La OTAN expande sus horizontes al incluir por primera vez a China como desaf¨ªo. Si hasta ahora la Alianza se mostraba reacia a debatir sobre cualquier cosa que excediera sus competencias naturales ¡ªen buena medida, la relaci¨®n con Rusia¡ª, la creciente relevancia de China en el tablero internacional obliga a reflexionar sobre los riesgos que entra?a. La reciente exhibici¨®n de misiles de medio alcance que ha hecho Pek¨ªn y su pujanza tecnol¨®gica inquietan a la organizaci¨®n.

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¡°Es la primera vez que abordamos este asunto, que representa una oportunidad pero tambi¨¦n un reto. Y es un paso importante en la direcci¨®n correcta¡±, se?al¨® el secretario general de la Alianza, Jens Stoltenberg, al finalizar este mi¨¦rcoles el encuentro de l¨ªderes. Para ilustrar sobre el reto que supone, el representante de la Alianza ha recalcado estos d¨ªas que China es la segunda potencia militar en el mundo y que se est¨¢ expandiendo. Se trata de un debate muy novedoso en el entorno aliado, aunque de momento hay poco m¨¢s que la expresi¨®n de una inquietud. ¡°Habr¨¢ que discernir si China es un socio o es un rival, con especial atenci¨®n al ¨¢mbito tecnol¨®gico¡±, ilustran fuentes gubernamentales espa?olas. Otras voces aliadas admiten que el debate es a¨²n muy incipiente.

Al igual que Estados Unidos ha empujado a la Uni¨®n Europea a mirar con m¨¢s recelo la competencia desleal que en muchas ocasiones representa China en el ¨¢mbito comercial, la Administraci¨®n de Donald Trump tambi¨¦n ha impulsado este debate en el seno de la OTAN. De China preocupa su sofisticado desarrollo tecnol¨®gico y el uso que se pueda hacer de ¨¦l en el ¨¢mbito de la defensa. Tambi¨¦n ¡°el nuevo misil bal¨ªstico intercontinental, mostrado hace unas semanas, con capacidad para alcanzar a Europa y a Norteam¨¦rica¡±, precis¨® Stoltenberg. El ex primer ministro noruego reclam¨® alg¨²n mecanismo de control armament¨ªstico en el que participe China, ahora ajena a los marcos existentes. Pese a todo, las estructuras actuales est¨¢n muy debilitadas, especialmente desde la salida de Estados Unidos del tratado de misiles nucleares de corto y medio alcance, el pasado agosto.

La expansi¨®n de China se observa en diferentes planos. Pese a estar lejos del ?rtico, Pek¨ªn ha invertido m¨¢s de 80.000 millones de euros ¡ªseg¨²n c¨¢lculos estadounidenses¡ª en la regi¨®n entre 2012 y 2017. Esa actividad econ¨®mica, que tiene tambi¨¦n su correspondencia en otras zonas del mundo como ?frica, inquieta a Washington. Europa es ahora m¨¢s receptiva a este debate (y las instituciones europeas, por ejemplo, han empezado a alertar sobre la labor del gigante tecnol¨®gico Huawei). Pero el debate dista de ser un¨¢nime. El propio Trump aludi¨® a esa falta de consenso: ¡°He hablado con Italia y no va a avanzar con esto. Tambi¨¦n con otros pa¨ªses. Nadie con el que hablo piensa en ir m¨¢s lejos¡±, lament¨®. El comunicado de la OTAN lo expone de manera mucho m¨¢s sobria: ¡°Reconocemos que la creciente influencia de China y sus pol¨ªticas internacionales presentan tanto oportunidades como desaf¨ªos que necesitamos abordar juntos como Alianza¡±.

La UE constituye el primer destino de las empresas chinas, que solo en 2017 invirtieron m¨¢s de 35.000 millones de euros en el continente, seg¨²n la consultora Rhodium Group. Casi el 60% de ese capital fue a infraestructuras y telecomunicaciones, dos ¨¢mbitos estrat¨¦gicos muy ligados a la seguridad. Por un lado, los pa¨ªses m¨¢s conscientes de los riesgos recelan de la influencia china. Por otro, los m¨¢s necesitados de inversiones se resisten a renunciar a esos flujos.