Vivir cerca de un ¡®fast food¡¯ puede afectar seriamente a su peso
La ubicaci¨®n de una hamburgueser¨ªa a menos de 400 metros de una vivienda incrementa en un 30% el riesgo de engordar de sus ocupantes, seg¨²n un estudio de la Universidad de Oporto
Si sus hijos viven a menos de 400 metros de un local de comida r¨¢pida sus probabilidades de tener sobrepeso u obesidad aumentan un 30%. El riesgo se elimina si la tentaci¨®n est¨¢ a m¨¢s de 800 metros, quiz¨¢s porque cuesta m¨¢s llegar a pie hasta el local. Son conclusiones de una investigaci¨®n del Instituto de Salud P¨²blica de la Universidad de Oporto (ISPUP) publicado en International Journal of Epidemiology.
El objetivo del estudio del ISUP era evaluar la influencia de factores sociales en la obesidad infantil. En Portugal casi el 30% de los j¨®venes tienen exceso de peso.
Los investigadores utilizaron datos de 5.203 ni?os que ten¨ªan siete a?os en 2005, cuando se inici¨® el seguimiento. Todos los ni?os hab¨ªan nacido en hospitales p¨²blicos de la regi¨®n de Oporto. El estudio tuvo en cuenta el lugar de residencia, otro de los factores que resultaron clave en sus conclusiones sobre el riesgo de la obesidad infantil.
En el origen de Puntos cr¨ªticos de obesidad infantil en una gran ¨¢rea metropolitana: ?juegan un papel el vecindario y el entorno social?, los investigadores Ana Isabel Ribeiro, Ana Cristina Santos, Ver¨®nica Vieira y Henrique Santos se plantean si la obesidad va por barrios, es decir, si el lugar donde se crece es un factor determinante en el riesgo de ni?os con exceso de peso. La obesidad en el ¨¢rea metropolitana de Oporto era del 15,4%, pero en los distritos de Valongo y Sobrado superaba el 26%.
Los investigadores intentaron descubrir el porqu¨¦ de esas diferencias de 10 puntos y para ello se centraron en la existencia de zonas verdes, parques p¨²blicos, equipamientos deportivos, en total ocho variables socioambientales. Solo dos de ellos llamaron la atenci¨®n por sus resultados por encima de la media, el nivel econ¨®mico del barrio y, sobre todo, la proximidad a lugares de comida r¨¢pida. Si se viv¨ªa en un barrio humilde y con un fast food cerca el riesgo de ser un ni?o con exceso de peso aumentaba un 30%.
Los investigadores extendieron el radio de influencia a los 800 metros y ya ca¨ªa abruptamente ese factor, probablemente porque los ni?os no pod¨ªan ir solos a tanta distancia. El pasado noviembre se present¨® otro estudio similar en Nueva York, realizado entre alumnos de escuelas p¨²blicas. En ese caso, los investigadores encontraron que el riesgo de obesidad aumentaba si se viv¨ªa a menos de 40 metros de un restaurante de comida r¨¢pida.
Estudios como estos destacan que a diferencia de otras enfermedades, la obesidad puede reducirse con medidas urban¨ªsticas ¡ªm¨¢s parques de juegos¡ª y medioambientales. Antes de que llegue un ni?o a la consulta del nutricionista, urbanistas, pol¨ªticos y cocineros juegan un papel importante en la salud y en la prevenci¨®n de ciertas dolencias.
Desde 2017 en Portugal est¨¢ prohibida la venta de productos con exceso de az¨²car o de sal en centros p¨²blicos como hospitales o escuelas, en todos ellos adem¨¢s es obligatorio que los comedores ofrezcan un men¨² vegetariano. Tambi¨¦n se ha aumentado el gravamen sobre refrescos con ciertos l¨ªmites de az¨²cares e incluso se han reducido de ocho a cuatro los gramos de los sobres de az¨²car que acompa?an a los caf¨¦s.
Seg¨²n el Ministerio de Salud, el 86% de las casi 2.000 m¨¢quinas que dispensan comida en el servicio nacional de salud tienen productos sanos. Seg¨²n Deco, asociaci¨®n de defensa del consumidor, m¨¢s del 50% siguen ofreciendo alimentos ilegales. Desde 2017, el Gobierno prohibi¨® en las m¨¢quinas de centros p¨²blicos la venta de cruasanes, patatas fritas, golosinas, pasteles, chocolates, bebidas energ¨¦ticas y con extracto de t¨¦, entre otros.
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