Menos europeos y muchos m¨¢s extracomunitarios en el Reino Unido del Brexit
Johnson esgrime la necesidad de controlar la inmigraci¨®n desde la UE, pero esta ya ha ca¨ªdo en picado, mientras la de los no europeos sigue al alza
¡°Hace demasiado tiempo que los inmigrantes de la UE vienen tratando al Reino Unido como si fuera su pa¨ªs¡±, ha esgrimido Boris Johnson al acometer la recta final de su campa?a, concentrada en aquellos antiguos bastiones laboristas que tiene en su mano conquistar en las elecciones de este jueves gracias al difuso lema del Brexit. La m¨²sica es la misma que result¨® tan decisiva a la hora de decantar el sentido del voto en el refer¨¦ndum del 2016, pero el candidato conservador se ha guardado mucho de entonarla en los debates p¨²blicos hasta ahora -y como ¨²ltimo cartucho- para no incurrir en sus propias contradicciones. Tampoco el laborista Jeremy Corbyn le ha plantado cara en esa cuesti¨®n migratoria que divide profundamente a su propio partido.
Al margen del doble lenguaje de sus pol¨ªticos, y harta de soflamas gratuitas despu¨¦s de tres a?os y medio sin rumbo, la opini¨®n p¨²blica brit¨¢nica se declara hoy m¨¢s receptiva que negativa ante el fen¨®meno de la inmigraci¨®n, seg¨²n las encuestas recientes. El ambiente quiz¨¢ sea menos tenso para todos aquellos residentes comunitarios que vivieron con incredulidad los primeros d¨ªas tras el plebiscito del Brexit -una minor¨ªa envalentonada les hizo saber que no eran bienvenidos-, pero a¨²n as¨ª los datos de la Oficina Nacional de Estad¨ªsticas (ONS) confirman una acusada tendencia a buscarse otros lugares con mejores perspectivas.
La inmigraci¨®n neta de ciudadanos de la UE, esto es, la diferencia entre los que llegaron y los que se fueron, fue de 48.000 personas en el ¨²ltimo a?o, la cuota m¨¢s baja registrada desde 2003. Frente a los t¨®picos que todav¨ªa persisten entre algunos brit¨¢nicos -el fontanero polaco que hace apa?os a cualquier hora y a mitad de precio, el camarero espa?ol o portugu¨¦s¡-, esa fuerza laboral europea nutre sectores neur¨¢lgicos como la sanidad p¨²blica o la investigaci¨®n en universidades punteras del pa¨ªs. Y el talento que encarna est¨¢ huyendo del Reino Unido, ya sea por las incertidumbres y merma de oportunidades generadas por el Brexit o por una libra devaluada que ha convertido al Reino Unido en un destino mucho menos atractivo que anta?o.
Boris Johnson, el ocupante conservador de Downing Street, ha venido esgrimiendo en contra de la libertad de movimientos de personas que ampara la UE la necesidad de controlar el flujo de trabajadores europeos al Reino Unido. Ese empe?o, empero, colisiona con las cifras oficiales de la Oficina Nacional de Estad¨ªstica brit¨¢nica, que confirman que la inmigraci¨®n de los no comunitarios, es decir, de los ya ¡°controlados¡± por la administraci¨®n de Londres, ha experimentado un aumento radical (en el ¨²ltimo a?o, m¨¢s que triplica la inmigraci¨®n neta procedente de Europa).
La realidad es tozuda y sigue desafiando a la bandera de control estricto de la inmigraci¨®n enarbolada a lo largo de la ¨²ltima d¨¦cada por sucesivos Gobiernos de signo conservador para contrarrestar el auge de la ultraderecha. David Cameron -antecesor de Teresa May y Johnson- fracas¨® a?o tras a?o en la autoimpuesta e inalcanzable meta de reducir la inmigraci¨®n neta a 100.000 personas. Muchos defensores del Brexit sostienen que el desengarce de Europa har¨¢ posible acometer esas restricciones. Pero las recientes estad¨ªsticas aventuran que un portazo a la UE no afectar¨ªa a la cifra total de inmigrantes, que ver¨ªa compensada la salida de europeos con la llegada de trabajadores del resto del mundo. En los 12 meses hasta el pasado junio, y a pesar de que la ratio de comunitarios ha sido la m¨¢s baja de los ¨²ltimos 16 a?os, el total de inmigraci¨®n neta alcanz¨® los 212.000 extranjeros.
Ninguno de los dos grandes partidos cuestiona a grandes l¨ªneas que la inmigraci¨®n es necesaria para el mercado brit¨¢nico y han centrado sus programas en un mejor control y gesti¨®n, aunque sin mentar cuotas poco realistas. Los conservadores abogan por un sistema de puntos al estilo del vigente en Australia, que implicar¨ªa el fin de la libertad de movimientos (aunque se admita que ello estar¨ªa ¡°sujeto a negociaciones¡± con Bruselas) con el principal objetivo de reducir el volumen de inmigrantes y, sobre todo, la llegada de trabajadores no cualificados. El trato a los ciudadanos de la UE y a los no comunitarios ser¨ªa el mismo, incluyendo la restricci¨®n del acceso a los servicios sociales.
El programa de un laborismo fracturado bajo la direcci¨®n de Jeremy Corbyn ha sido fruto del compromiso entre el sector que aboga por una defensa sin ambages de la libertad de movimientos y sus detractores, apuntalados por la presi¨®n del influyente (entre las bases) sindicato Unite. Estos ¨²ltimos temen el impacto en ciertas circunscripciones del norte posindustrial, de las Midlands o de Gales -donde Johnson est¨¢ apurando los ¨²ltimos d¨ªas de campa?a-, del mensaje de la derecha sobre unos laboristas que habr¨ªan abandonado las ¡°leg¨ªtimas inquietudes¡± de la clase trabajadora. El partido ha optado por una suerte de v¨ªa intermedia: solo defender¨¢ la libertad de movimientos en el supuesto de un segundo refer¨¦ndum sobre la permanencia en la UE. De no ser as¨ª, abogar¨ªa por primar los derechos de los inmigrantes en la negociaci¨®n del acuerdo de salida con Bruselas.
¡°Cuando los pol¨ªticos culpan a los inmigrantes es porque se han quedado sin argumentos¡±, reza el t¨ªtulo de un v¨ªdeo colgado en las redes sociales por la campa?a laborista y con el que pocos brit¨¢nicos estar¨ªan en desacuerdo. Preguntados sobre qu¨¦ cuestiones decidir¨¢n el desenlace de los comicios legislativos (YouGov, noviembre), la inmigraci¨®n aparece solo en el sexto lugar de la lista. La actitud hacia los arribados de otros pa¨ªses es m¨¢s positiva (45%) que negativa (31%), seg¨²n otra encuesta de Ipsos Mori (marzo), donde el 51% alega entender mucho mejor su contribuci¨®n al Reino Unido.
Tambi¨¦n es cierto que la preocupaci¨®n n¨²mero uno de los electores es el Brexit (68%), y que aquellos que lo apoyan est¨¢n convencidos de que ayudar¨¢ a lidiar con las cuestiones de inmigraci¨®n. De las elecciones de este jueves depender¨¢ el desenlace de ese proyecto que reniega de Europa. Si sale adelante, la negociaci¨®n de un acuerdo de salida de la UE tendr¨¢ en los emigrantes europeos uno de los frentes de la nueva batalla.
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