El laborismo defiende uno de sus feudos en la euroesc¨¦ptica Sunderland
La ciudad del norte de Inglaterra apoy¨® con entusiasmo el Brexit pese a las implicaciones econ¨®micas negativas para el municipio
¡°Sol¨ªan decir que el c¨®mico que era capaz de hacer re¨ªr a los espectadores del Empire, iba a triunfar en cualquier otro sitio¡±, recuerda Phil Daffern en una cafeter¨ªa a pocos metros del teatro. ¡°La gente de aqu¨ª ten¨ªa fama de ser tan dura, de estar tan curtida por el trabajo en las minas, que si lograbas met¨¦rtelos en el bolsillo era que val¨ªas¡±, a?ade este hijo y nieto de mineros de 60 a?os de Sunderland, ciudad del noreste de Inglaterra que vot¨® ampliamente a favor del Brexit en 2016.
Los recuerdos de juventud de Daffern no se han borrado, ni tampoco el Empire, que sigue abierto. Pero ya no queda ninguna mina en este municipio tradicionalmente laborista, ni apenas se ven se?ales de los astilleros que fueron motivo de orgullo y generadores de riqueza, y que el Gobierno de Margaret Thatcher cerr¨® en 1988 tras a?os de crisis. En la posindustrial Sunderland, como en otros municipios del norte de Inglaterra, la econom¨ªa intenta adaptarse a los nuevos tiempos y, seg¨²n los datos de reparto de la riqueza, con desigualdades.
En junio de 2016, Sunderland (273.000 habitantes) fue el primer distrito del Reino Unido que public¨® los resultados del refer¨¦ndum: la salida de la UE obtuvo un fuerte respaldo del 61%, mayor de lo pronosticado por las encuestas. Su entusiasta apoyo al Brexit hundi¨® aquel d¨ªa la libra y fue la primera se?al de que la campa?a por la permanencia hab¨ªa fracasado. ¡°Estamos hartos de que la gente diga en Bruselas qu¨¦ debemos hacer, qu¨¦ impuestos pagar, cu¨¢l es nuestro destino¡, cualquier pa¨ªs deber¨ªa poder decidir su destino¡±, defiende Daffern, un brexiter de pro que confiesa que votar¨¢ a Boris Johnson.
Argumentos como estos siguen impulsando a muchos brit¨¢nicos a pedir que, como se decidi¨® hace tres a?os, los pol¨ªticos materialicen una salida que ya ha sido postergada tres veces. Desde Sunderland parti¨®, a pocos d¨ªas del final del plazo original fijado para dejar la UE (31 de marzo), una gran marcha comandada por el euroesc¨¦ptico Nigel Farage, l¨ªder el Partido del Brexit, que lleg¨® a Londres para exigir la salida. Esta formaci¨®n, que ha acordado con los tories no presentarse en las circunscripciones dominadas por los conservadores para no dividir el voto,?est¨¢ centrando sus esfuerzos en esta campa?a en lugares que, como Sunderland, son feudos laboristas y, a la vez, fervientes partidarios del Brexit. No ser¨¢ f¨¢cil aqu¨ª, pero algunos sondeos indican que esta estrategia puede tener ¨¦xito en otras circunscripciones similares.
Sunderland puede ayudar a entender las razones que han llevado a casi toda Inglaterra, m¨¢s all¨¢ de la cosmopolita Londres, a querer dejar la UE. Como muchas otras localidades del ¨¢rea, su econom¨ªa se ha visto golpeada por a?os de pol¨ªticas de austeridad impuestas desde la capital. Seg¨²n datos oficiales, es la 28? ciudad m¨¢s desfavorecida del Reino Unido, con un tercio de los ni?os viviendo en condiciones de pobreza. Y ese descontento ha sido dirigido hacia Bruselas.
La incertidumbre en torno al Brexit, sin embargo, ha llevado a algunos a hacer autoan¨¢lisis. ¡°Vot¨¦ a favor, s¨ª, pero ahora no lo har¨ªa, porque tengo m¨¢s informaci¨®n y veo que lo que pensaba que era culpa de la UE es en realidad culpa de la clase pol¨ªtica brit¨¢nica y los recortes del Gobierno¡±, reflexionaba Adam (prefiere no dar su apellido) mientras paseaba este domingo a su hija en un carrito por West Street, cerca de Bridges, un popular centro comercial de la ciudad. Entre 2014 y 2020, la UE prev¨¦ invertir en el noreste de Inglaterra 426 millones de libras.
Es dif¨ªcil saber si el cambio de opini¨®n de Adam se ha contagiado por el municipio. Una encuesta, difundida hace un a?o, indicaba que hab¨ªa dudas entre una parte de la poblaci¨®n. Pero el peri¨®dico local, el Sunderland Echo, public¨® en enero que el 70% de sus 1.300 lectores apoyaban la salida de la UE, con o sin acuerdo.
Una de las grandes razones para revisar el apoyo al Brexit est¨¢ en la f¨¢brica que Nissan tiene en Sunderland, la mayor planta de autom¨®viles del Reino Unido. Emplea de forma directa a 7.000 personas y la mayor parte de la producci¨®n se vende en mercados europeos. ¡°La marca ya ha abandonado sus planes para construir el nuevo X-Trail en Sunderland a partir de 2020, citando entre otros motivos la incertidumbre por el Brexit¡±, explica David Bailey, profesor de la Escuela de Negocios de la Universidad de Birmingham. ¡°Su modelo superventas, el Qashqai, seguir¨¢ fabric¨¢ndose all¨ª, pero Nissan ya ha advertido de que todas sus decisiones est¨¢n sujetas a lo que pase con el Brexit¡±, apunta. La planta de Sunderland, un s¨ªmbolo del renacer de la industria automovil¨ªstica brit¨¢nica hasta 2016, es ahora m¨¢s vulnerable en un sector que ya de por s¨ª est¨¢ sufriendo importantes transformaciones.
¡°A la mayor¨ªa de la gente le da igual la f¨¢brica, porque muchos trabajan en otros sitios y no son conscientes del beneficio indirecto¡±, resume sin pensarlo dos veces Dylan desde el mostrador de su peque?a tienda de conveniencia. ¡°Votaron mayoritariamente a favor de salir de la UE porque est¨¢n enfadados con la clase pol¨ªtica y votan siempre a los laboristas porque muchos votan lo que sus padres¡±, opina este comerciante, cuyo abuelo naci¨® en la India. Se opone al Brexit, confiesa. Pero prefiere no decir a qui¨¦n vota.
En la calle en la que se encuentra su establecimiento, donde se alinean los caracter¨ªsticos adosados de ladrillo, hay decenas de carteles de ¡°se vende¡± o ¡°alquila¡±. ¡°La gente se va, porque hay menos oportunidades. Se mudan a Newcastle, a Londres¡±, explica. Frente al local, una anciana espera el autob¨²s y, aunque se muestra reticente a hablar, acaba contando que su m¨¦dico es desde hace 18 a?os un espa?ol y que cree que los candidatos laboristas en Sunderland van a tenerlo dif¨ªcil en estas elecciones.
Desde el puente de arco de hierro que cruza el r¨ªo Wear, se ve un mural que recuerda que all¨ª una vez se construyeron barcos. ¡°S. P. Austin and Son¡±, se lee en uno de los muros que bordean el cauce, una firma familiar fundada en 1826 que, en sus mejores momentos lleg¨® a emplear a casi 400 hombres ¡°y 54 muchachos¡±, seg¨²n cuentan los registros, y que acab¨® cerrando en 1956.
Al otro lado del r¨ªo, un grupo de polacos reparte folletos de los Testigos de Jehov¨¢. ¡°Llevamos 15 a?os aqu¨ª y estamos contentos¡±, resume Agnieszka Kaczmaryk. A pocos metros, se levanta el estadio del Sunderland. El equipo de f¨²tbol, muy arraigado en la localidad, atraviesa una crisis que empez¨® a materializarse justamente tras 2016: el a?o siguiente baj¨® a Segunda tras una d¨¦cada en la Premier League. Ahora est¨¢ en Tercera. El s¨¢bado perdi¨® en casa del Dillingham 1-0.
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