El moderado Keir Starmer sustituye a Jeremy Corbyn como l¨ªder del laborismo brit¨¢nico

El Partido Laborista ha elegido a Keir Starmer (57 a?os), abogado especializado en la defensa de los derechos humanos, como nuevo l¨ªder de la oposici¨®n, en sustituci¨®n de Jeremy Corbyn. Casi 800.000 afiliados y miembros de organizaciones adheridas al partido (sindicatos, principalmente) han participado durante estas semanas en un debate y votaci¨®n que la crisis del coronavirus ha convertido casi en subterr¨¢neos. Starmer, hasta la fecha portavoz en materia del Brexit de la oposici¨®n, ha cosechado el 56,2% de los votos y llega a su puesto en condiciones muy distintas a aquellas en las que se postul¨®. Su prop¨®sito era preservar el mensaje radicalmente de izquierdas del ¨²ltimo programa electoral de Corbyn pero deshacerse del sectarismo que los cr¨ªticos del veterano pol¨ªtico le achacaban. Su misi¨®n, en estos momentos, ser¨¢ la de perfilar el papel del principal partido de la oposici¨®n en medio de una crisis descomunal en la que el Gobierno, a la fuerza, acapara todo el poder y toda la atenci¨®n p¨²blica. La noticia de su nombramiento ha coincidido con la carta que Boris Johnson ha enviado a todos los partidos pol¨ªticos en la que les reclama cooperaci¨®n. ¡°Como l¨ªderes, tenemos el deber de trabajar juntos en un momento de emergencia nacional¡±, dice el texto.

La respuesta de Starmer ha llegado a trav¨¦s de un mensaje de aceptaci¨®n de la victoria grabado previamente y distribuido por las redes sociales: ¡°En tiempos como estos necesitamos un buen Gobierno, que salve vidas y proteja nuestro pa¨ªs. Es una gran responsabilidad, y hayamos votado o no a este Gobierno, todos confiamos en ¨¦l para que lo haga bien. En aras del inter¨¦s general, el Partido Laborista cumplir¨¢ con la parte que le corresponde. Bajo mi liderazgo, nos comprometemos constructivamente con el Gobierno. No haremos oposici¨®n por hacer oposici¨®n ni exigiremos demandas imposibles, sino con el coraje de apoyar al Gobierno cuando sea lo correcto¡±, ha dicho el nuevo l¨ªder laborista.

Starmer, sin embargo, ha advertido a Johnson tambi¨¦n que su apoyo no ser¨¢ incondicional: ¡°Examinaremos las propuestas y medidas, y cuando veamos errores, a un Gobierno que falla o decisiones no tomadas con la rapidez suficiente, lo denunciaremos. Con el mismo prop¨®sito que persigue el Gobierno: salvar vidas y proteger a nuestro pa¨ªs. Es un prop¨®sito compartido¡±.

Starmer ha mantenido durante todas estas semanas una c¨®moda ventaja sobre sus otros dos rivales, Rebecca Long-Bailey (la heredera directa de Corbyn y su pol¨ªtica de estos a?os) y Lisa Nandy, muy cr¨ªtica con la actual direcci¨®n. El nuevo l¨ªder de la oposici¨®n ha sabido mantener durante su campa?a un equilibrio en el mensaje que le presentaba como el cambio gradual de imagen y contenidos que necesita el laborismo, despu¨¦s de la estrepitosa derrota electoral cosechada el pasado diciembre.

Las circunstancias en que Starmer pasa al primer plano de la pol¨ªtica son excepcionales y convierten sus primeros cien d¨ªas en una carrera de obst¨¢culos y en todo un desaf¨ªo. El Parlamento sigue cerrado por la crisis del coronavirus y el partido no puede reunirse. El candidato ha tenido que preparar un mensaje grabado para aceptar su victoria y comenzar a desgranar sus planes de futuro. Y sobre todo, la noticia de su elecci¨®n, que en circunstancias normales acaparar¨ªa titulares y atenci¨®n de los medios durante semanas, corre el riesgo de diluirse de inmediato en las actuales circunstancias extraordinarias. El Brexit y la futura relaci¨®n con la UE, el caballo de batalla de Starmer durante estos a?os (ha demostrado ser un firme europe¨ªsta) han desaparecido, por el momento, del debate p¨²blico. Y la pol¨ªtica expansiva de gasto del Gobierno Johnson, para intentar salir de la inevitable recesi¨®n que ha provocado la pandemia, va a complicar el discurso perseguido por el laborismo para contrastar sus propuestas con las de los conservadores. Y junto a todos estos problemas, Starmer tendr¨¢ que gestionar una estructura laborista plagada de corbynistas que, con los estatutos en la mano, pueden seguir en sus puestos para plantarle cara y obstaculizar su tarea. La corriente laborista que impuls¨® a Corbyn a la direcci¨®n del partido, Momentum, lanz¨® inmediatamente despu¨¦s de conocerse el resultado de la votaci¨®n un comunicado en el que advert¨ªan a Starmer de que no tiraban la toalla: ¡°Su mandato consiste en seguir construyendo a partir de la visi¨®n transformadora de Jeremy, y esto supone que deber¨¢ designar una nueva direcci¨®n del partido que crea en esas pol¨ªticas y que trabaje con todos los miembros para hacerlas realidad (...) Vigilaremos a Ker y nos aseguraremos de que cumpla sus promesas¡±, dijo la organizaci¨®n.

Starmer cuenta en su haber con la destreza necesaria para componer pactos y con un conocimiento interno del partido adquirido durante d¨¦cadas de lucha. Particip¨® en todas las batallas de los sindicatos contra Margaret Thatcher y se gan¨® su apoyo y lealtad. Durante los tres a?os ag¨®nicos para el laborismo que supuso la crisis del Brexit fue la voz m¨¢s cr¨ªtica con la posici¨®n del partido sin que Corbyn desconfiara de ¨¦l, y a su impulso se debe el compromiso interno de la formaci¨®n por el que se acab¨® defendiendo un segundo refer¨¦ndum sobre la salida del Reino Unido de la UE.