El laborismo brit¨¢nico busca l¨ªder para navegar el Brexit
La sombra de Corbyn marca los discursos de los tres rivales
Amparado por la descomunal sombra que proyecta el nuevo Gobierno del Reino Unido liderado por Boris Johnson, el Partido Laborista, en la oposici¨®n, se ha embarcado en un complejo debate interno. El objetivo inmediato es elegir un nuevo l¨ªder que reemplace a Jeremy Corbyn. El objetivo inevitable: dar con un mensaje renovado que recupere la confianza de los m¨¢s de dos millones de electores que desertaron de sus filas. Los dos contendientes principales, Keir Starmer (57 a?os) y Rebecca Long- Bailey (40 a?os), hablan de ¡°cambio radical¡± o de ¡°revoluci¨®n democr¨¢tica¡±. En una primera lectura simple, los medios brit¨¢nicos presentan al candidato ¡°moderado¡± frente al ¡°corbynista¡±. La realidad es que ambos reivindican la ambici¨®n del fallido programa electoral y han convertido la contienda en un duelo sobre su credibilidad personal.
El pasado viernes concluy¨® el plazo para consolidar candidaturas y solo tres sobrevivieron. Starmer, Long- Bailey y Lisa Nandy (40 a?os). El favorito del establishment, de los cuadros medios del partido y de los restos del Nuevo Laborismo de Tony Blair es el abogado y portavoz del Brexit en el Gobierno en la sombra de Corbyn. Starmer ha logrado el respaldo de 374 agrupaciones locales y de cinco sindicatos en esta primera fase. Long- Bailey, la ¨²nica candidata que defiende sin complejos su lealtad a Corbyn, ha recibido el apoyo de 164 agrupaciones y otros cinco sindicatos. Nandy, la m¨¢s d¨ªscola de los tres en estos ¨²ltimos a?os, ha puesto la nota de imprevisibilidad con su candidatura: 72 asambleas y dos sindicatos han decidido apostar por ella.
Starmer se perfila como el favorito, pero nadie se atreve a poner a¨²n la mano en el fuego por ¨¦l. Quedan siete semanas de lucha, y la voz la tendr¨¢n a partir de ahora los afiliados. Fue un nuevo movimiento de base, Momentum, el que aup¨® al poder al veterano Corbyn contra todo pron¨®stico y frente a los deseos de la direcci¨®n.
Los tres candidatos comparten un diagn¨®stico com¨²n. Diez a?os de austeridad han machacado a gran parte de la poblaci¨®n brit¨¢nica y empobrecido a su clase media. Corbyn, y su imagen de izquierdista irredento y trasnochado que los medios conservadores se encargaron de perfilar, era un problema. La ambig¨¹edad respecto al Brexit, el desesperado intento del partido de nadar y guardar la ropa, fue un problema. Pero el programa pol¨ªtico, con promesas de renacionalizaci¨®n de los servicios p¨²blicos, mayores impuestos e incorporaci¨®n de los trabajadores a los consejos de administraci¨®n de las grandes empresas, sigue siendo la soluci¨®n. ¡°Quiero un cambio fundamental en este pa¨ªs, donde veo una desigualdad muy arraigada. Solo podremos solucionarlo con un cambio radical. Quiero un giro fundamental en lo que se refiere al poder, la riqueza y las oportunidades. Quiero que seamos m¨¢s radicales. Necesitamos ser m¨¢s radicales¡±, defend¨ªa Starmer este fin de semana en Sky News.
Hay en el Partido Laborista y en sus seguidores una mezcla de resentimiento por el modo injusto en que les han tratado la mayor¨ªa de los medios y un reconocimiento impl¨ªcito de que no acertaron ni en su imagen p¨²blica ni en el modo de transmitir el mensaje. ¡°No es nada probable que el radicalismo per se sea el problema en un pa¨ªs que reclama un cambio¡±, argumentaba el informe interno que elabor¨® el laborismo para explicar su derrota del 12 de diciembre. Ese mismo informe salvaba a Corbyn y arremet¨ªa contra la campa?a que emprendi¨® contra ¨¦l la prensa conservadora. ¡°Creo que Corbyn es uno de los pol¨ªticos m¨¢s honestos y de principios m¨¢s firmes que he conocido. Si he de poner nota a su mandato, le dar¨ªa un 10 sobre 10¡±, dijo Long-Bailey al anunciar su candidatura.
Tiene or¨ªgenes humildes, es firme en su discurso y sabe c¨®mo funciona por dentro un partido. E intenta en su campa?a un doble mensaje de puertas para adentro y de cara al exterior. Al laborismo le promete ¡°empoderamiento¡±. Crear nuevos movimientos de base capaces de organizar la resistencia ciudadana a Johnson y reforzar a¨²n m¨¢s la importancia de los sindicatos, con un incremento de los afiliados. A los electores, les promete un ¡°socialismo con aspiraciones¡±, en el que las posibilidades individuales de prosperar vayan unidas al inseparable ascenso del bienestar colectivo. ¡°Mi socialismo no es solo un socialismo moral que se escandaliza ante las injusticias. Es el de la mayor¨ªa en el que todos pueden tener una vida mejor. Juntos¡±, dec¨ªa el viernes pasado en un acto en Salford.
Lisa Nandy, la gran sorpresa de esta carrera, tiene la ventaja de gustar a un p¨²blico diverso por la agilidad de su an¨¢lisis y la frescura de su discurso. Se ha recorrido el pa¨ªs y ha hablado con los votantes laboristas. Su diagn¨®stico sobre la p¨¦rdida de confianza en el laborismo de la base tradicional es certero, pero ofrece razones sin acompa?arlas de propuestas. Pas¨® de ser la ni?a mimada del partido a la instigadora de conjuras internas contra Corbyn. Rechaz¨® un segundo refer¨¦ndum sobre el Brexit y acab¨® votando a favor del acuerdo de retirada de Johnson. La prensa conservadora la ensalza. El sector moderado del partido alaba su centrismo. Pero en una competici¨®n interna, su deslealtad se presenta como un lastre dif¨ªcil de superar.
El segundo refer¨¦ndum que parti¨® en dos al partido
El aliado m¨¢s firme durante muchos a?os de Jeremy Corbyn, y el cerebro gris de las propuestas econ¨®micas del partido, John McDonnell, se prepara para retirarse de la primera fila y por eso puede permitirse se?alar que el emperador nunca llev¨® ropa. ¡°Nos vimos atrapados en un c¨ªrculo vicioso. Deb¨ªamos elegir entre defender la plena permanencia en la UE y perder los votos de los que apoyaban el Brexit o respaldar la salida de la Uni¨®n Europea y perder el respaldo de los que quer¨ªan quedarse¡±, reconoci¨® McDonnell a la BBC.
Parad¨®jicamente, la estrategia de retrasar la decisi¨®n final a un segundo refer¨¦ndum, condicionado a que el laborismo ganara las elecciones, fue en gran parte obra de Keir Starmer, el candidato que parte ahora como favorito para suceder a Corbyn. Fue el modo de forjar consenso interno por parte de un pol¨ªtico proeuropeo que, sin embargo, ahora, en medio de la campa?a interna, evita a toda costa renegar de esa soluci¨®n.
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