El pacto de la Eurozona: un paso que gana tiempo para afrontar el marat¨®n
Las primeras medidas de la UE son relevantes pero insuficientes. Ser¨¢n necesarias otras de mayor calado y m¨¢s innovadoras, como est¨¢n intentando EE UU y el Reino Unido
Eppur si muove. Pero poco.
A los f¨²nebres eurocatastrofistas de siempre se les puede y debe se?alar que, frente a la pandemia, la UE y la zona euro est¨¢n tomando medidas significativas a una velocidad muy r¨¢pida dadas las caracter¨ªsticas del grupo: las acciones del BCE, la Comisi¨®n y el pacto del Eurogrupo del jueves por la noche son pasos relevantes.
A los inquebrantables europtimistas no queda otra que recordarles que lo hecho hasta ahora es insuficiente, que solo son pasos para ganar tiempo en una batalla inmensa que requerir¨¢ lo inimaginable. Y, desafortunadamente, por su compleja naturaleza multinacional, la UE est¨¢ mal equipada para dar firmes saltos en lo desconocido (que otros ya est¨¢n dando).
Ese es el quid de la cuesti¨®n. La pandemia es una inmensa conmoci¨®n que requiere a toda la humanidad salir de su per¨ªmetro de confort. Para volar no es suficiente darle una vuelta a las t¨¦cnicas de navegaci¨®n mar¨ªtima. Para volar m¨¢s all¨¢ de esta conmoci¨®n todos tendremos que afrontar cambios radicales: entre las paredes dom¨¦sticas, es ahora m¨¢s necesario que nunca que tantos varones asuman por fin la cuota que les toca en la crianza de los ni?os y en la limpieza y orden de la casa; entre las paredes empresariales, capitanes de empresa tendr¨¢n que reorientar mucho sus rutas y estrategias; entre las paredes institucionales, los representantes deben salir sin miedo hacia territorio inexplorado.
La UE, por naturaleza, avanza con din¨¢micas de incremento. Es la consecuencia de tener que forjar amplios consensos. As¨ª, mientras el jueves el Eurogrupo desbloqueaba un ortodoxo paquete de financiaci¨®n por valor de medio bill¨®n de euros para ayudar a los Estados miembros a afrontar la crisis, pocas horas antes los bancos centrales de EE UU y el Reino Unido anunciaban maniobras de tama?o y heterodoxia descomunales.
El pacto alcanzado por la zona euro es un logro pol¨ªtico relevante. Las posiciones eran enconadas, entre el frente de los pa¨ªses del suroeste que buscan una mutualizaci¨®n de la deuda para encarar los inmensos gastos que surgir¨¢n (con Italia encabezando la lucha, y detr¨¢s Espa?a, Francia y otros); y la resistencia numantina de los conocidos como frugales (encabezados por Holanda, y detr¨¢s Alemania, Austria y otros) a esa opci¨®n. Hallar un acuerdo era esencial, y el grupo lo logr¨®.
El compromiso alcanzado prev¨¦ que, de momento, no habr¨¢ mutualizaci¨®n (victoria de Alemania y Holanda) y la financiaci¨®n a los Estados proceder¨¢ del ya existente Fondo Mede, pero sin condiciones (victoria de Italia, Espa?a, Francia): no habr¨¢ hombres de negro imponiendo recortes a cambio. Cada Ejecutivo podr¨¢ pedir pr¨¦stamos por un valor del 2% de su PIB.
Pero nada es exactamente como parece a primera vista.
En realidad, hay una condici¨®n: los pr¨¦stamos solo se podr¨¢n utilizar para ¡°la financiaci¨®n directa o indirecta de gastos sanitarios, de cura o prevenci¨®n¡±. Es decir, ese dinero se puede utilizar en un ¨¢mbito muy definido.
Por otra parte, el acuerdo abre el camino a la constituci¨®n de un futuro fondo de reconstrucci¨®n que se financiar¨¢ con ¡°instrumentos financieros innovadores¡±. Como dijo el ministro de Hacienda franc¨¦s, Bruno Le Maire, esto no podr¨¢ ser otra cosa que deuda com¨²n. Sin embargo, lo primero est¨¢ ya cerrado, lo segundo habr¨¢ que negociarlo. Y esa ser¨¢ la batalla decisiva para la que las medidas de ahora ganan tiempo.
El pacto tambi¨¦n da el visto bueno a una iniciativa de la Comisi¨®n para garantizar hasta 100.000 millones de pr¨¦stamos a los Estados para esquemas de protecci¨®n del empleo; y a otra del Banco Europeo de Inversiones para abrir l¨ªneas de cr¨¦dito de hasta 200.000 millones para pymes.
Mientras la zona euro negociaba estas medidas, el Banco de Inglaterra dio el jueves el extraordinario paso de aprobar la financiaci¨®n directa del Gobierno para las necesidades que surjan con la crisis. Sin rodeos, sin t¨¢cticas intermedias de compras de bonos en el mercado: dinero directamente en las arcas del Ejecutivo. La historia dir¨¢ si la decisi¨®n fue acertada. Pero, de entrada, se?ala una flexibilidad de maniobra enorme de la que el BCE no dispone al ser la zona euro una uni¨®n monetaria sin una verdadera uni¨®n pol¨ªtica detr¨¢s.
El BCE ha podido reaccionar en esta circunstancia de forma mucho m¨¢s r¨¢pida que en la crisis de deuda de principios de la d¨¦cada pasada. El whatever it takes de Draghi cost¨® una enorme batalla pol¨ªtica; esta vez Lagarde pudo actuar con mucha m¨¢s facilidad, anunciando un programa de compras de activos por valor de 750.000 millones de euros. Esto, de momento, ha contribuido a calmar los mercados. Pero, si se compara con las maniobras de la Fed en Estados Unidos, se antoja como una iniciativa bastante m¨ªnima.
La Fed procedi¨® a la misma maniobra, pero sin poner cifras: el anuncio fue de compras ilimitadas. Eso es un bazooka. Adem¨¢s, el jueves, redobl¨® con el anuncio de nuevos cr¨¦ditos por un valor de 2,3 billones de d¨®lares. Un plan que se suma a varias otras iniciativas de menor calado pero muy innovadoras.
Las iniciativas de la UE tienen un peso limitado dada la magnitud de la cat¨¢strofe, que solo empezamos a apreciar. Sin embargo, deben considerarse como un pilar que ofrece un s¨®lido respaldo a las iniciativas nacionales y les da vigor. El Eurogrupo se?ala que los Ejecutivos de la UE han tomado iniciativas fiscales por un valor del 3% del PIB com¨²n, y que han activado esquemas de garant¨ªa o aplazamiento de cosecha de tributos por valor de un 16% del PIB.
Pero incluso consideradas en esa ¨®ptica de respaldo, las medidas adoptadas por el conjunto de las instituciones europeas ¡ªy espec¨ªficamente el pacto de la zona euro de este jueves¡ª son necesarias pero insuficientes. Ganan un tiempo para permitir a un organismo extraordinariamente complejo ¡ªy ben¨¦fico para tantos¡ª como la UE dar pasos decididos en lo desconocido.
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