La batalla m¨¢s dif¨ªcil de Biden
El candidato dem¨®crata enfila la carrera hacia la Casa Blanca con el reto de atraer a los votantes que apostaban por Bernie Sanders y restar apoyos a Trump
El pa¨ªs necesita una vacuna y Joe Biden podr¨ªa ser el ant¨ªdoto a un virus pol¨ªtico -sometido a un impeachment superado- que lleg¨® contra toda previsi¨®n a la Casa Blanca hace ya m¨¢s de tres a?os para implantar una huella profunda que est¨¢ pervirtiendo la democracia americana. La retirada esta semana de Bernie Sanders, con un programa percibido como socialista y revolucionario, ha dejado a Biden como el candidato a batirse el pr¨®ximo 3 de noviembre contra Donald Trump. Ser¨¢ esta su tercera, ¨²ltima y, quiz¨¢ m¨¢s dif¨ªcil batalla, para lograr la presidencia de Estados Unidos a los 77 a?os.
El camino puede haber quedado despejado en cuanto a los rivales a vencer dentro del Partido Dem¨®crata para lograr la nominaci¨®n pero ahora comienza una cuenta atr¨¢s llena de desaf¨ªos internos y externos que van m¨¢s all¨¢ de la resurrecci¨®n en este ciclo pol¨ªtico del que ser¨ªa el segundo presidente cat¨®lico despu¨¦s de John F. Kennedy.
Los votantes de los caucus y las primarias dem¨®cratas han dejado en el trayecto a m¨¢s de 20 candidatos hasta dar con ¡°el gran unificador¡±, el pol¨ªtico que Ruth Marcus, columnista del diario The Washington Post, ha calificado como ¡°el avatar de la normalidad¡±. ¡°Tras filtrear con el nuevo (Pete Buttigieg); con el provocador (Bernie Sanders); o la planificadora (Elizabeth Warren), Biden era el candidato a quien est¨¢bamos esperando¡±, escribe acertadamente Marcus.
Porque mientras que Donald Trump ofrece emociones a sus seguidores, el resto del pa¨ªs las percibe como el sometimiento a una monta?a rusa de final impredecible. El exvicepresidente de Barack Obama, el hombre que ahora est¨¢ llamado a unificar el Partido Dem¨®crata mientras Donald Trump est¨¢ sumido en la pandemia del coronavirus y sus consecuentes da?os colaterales pol¨ªticos ya ha pasado las dos ¨²ltima semanas negociando de forma callada c¨®mo encontrar terreno com¨²n con las pol¨ªticas reivindicadas por el senador de Vermont antes de que ¨¦ste tirara la toalla.
Durante la campa?a electoral de las primarias dem¨®cratas que de la noche a la ma?ana salt¨® en pedazos debido a una pandemia que tiene a medio planeta paralizado y sumido en el p¨¢nico, el lema que se manejaba era el de ¡°cualquiera menos Trump¡±. Y sin embargo, es patente que el n¨²cleo m¨¢s duro de los seguidores de Sanders no va aceptar sin dar la batalla que su candidato -o al menos parte de su programa- no sea el que est¨¢ en las papeletas en noviembre. Es cuando el fantasma de 2016 reaparece para recordar que entonces, el 8% de los seguidores de Sanders dijeron haber votado por Trump. Muchos otros fieles seguidores del viejo profesor optaron por un candidato fuera del sistema -ya fuera del Partido Verde o del Libertario- o por no acudir a las urnas en absoluto.
Para el estratega pol¨ªtico Adam Jentleson -y ex asistente del senador ya retirado Harry Reid, ¡°todo lo que se haga a partir de ahora tiene que ser con la mente puesta en que lo m¨¢s importante en estos pr¨®ximos meses es conseguir sumar a la candidatura de Biden a la gente de Bernie¡±, explica en el diario The New York Times. La tarea no parece f¨¢cil. El 60% de los votantes de Sanders, seg¨²n un sondeo de NBC / Wall Street Journal de febrero, asegur¨® tener serias dudas sobre Biden como candidato. Solo un 7% se declar¨® ¡°entusiasta¡± ante la idea de tener que apoyar al antiguo senador de Delaware. Un 31% se defini¨® ¡°c¨®modo¡± con la idea. Frente a estos n¨²meros, el contraste con el sondeo a los seguidores de Biden. Un 55% de sus votantes declararon que apoyar¨ªan ¡°con ganas¡± a Sanders de ser el nominado.
Sanders ha insistido desde el inicio de la campa?a que secundar¨ªa a cualquiera que fuera el nominado para enfrentarse a Trump. Esa promesa la reiter¨® este pasado mi¨¦rcoles cuando anunci¨® su retirada. ¡°Hoy felicito a Joe Biden, un hombre muy decente con el que trabajar¨¦ para avanzar en nuestro ideario progresista¡±. Sanders ha dado su apoyo a Biden en el mes de abril, lo cual env¨ªa una mejor se?al que la expedida en 2016 cuando el senador de Vermont otorg¨® su apoyo a Hillary Clinton en el mes de julio, al l¨ªmite de la Convenci¨®n Dem¨®crata. No existe animadversi¨®n entre Biden y Sanders como exist¨ªa entre Sanders y Clinton. Algo de camino hay aqu¨ª ganado. Aunque las propuestas de ambos sobre la sanidad difieren, hay margen para el acercamiento. Adem¨¢s, Biden propone una subida de impuestos a los millonarios y en la l¨ªnea de Sanders pretende dedicar miles de millones a la educaci¨®n y la energ¨ªa limpia. Tambi¨¦n apoyan ambos un salario m¨ªnimo de 15 d¨®lares la hora.
Decencia
Las credenciales de Biden est¨¢n lejos de la ¨¦pica pese a sus triunfos y tragedias personales. Su cartas para ganar esta importante partida, en la que todos los elementos juegan en su contra -para empezar, toda su campa?a se ejerce a trav¨¦s de v¨ªdeos producidos desde el s¨®tano de su casa-, son las de la estabilidad y el legado dejado por ocho a?os de Administraci¨®n de Barack Obama. Cuando se lee la biograf¨ªa ¡°A Life of Trial and Redemption¡±, de Jules Witcover, la palabra m¨¢s veces repetida como calificativo al pol¨ªtico nacido en Scranton, Pensilvania, es ¡°decencia¡±.
¡°Siempre ha sido un tipo de buen coraz¨®n¡±, escribe de ¨¦l en el libro Tom Lewis, uno de sus m¨¢s ¨ªntimos amigos en la ¨¦poca universitaria en Delaware. ¡°Es el hombre que quiere llevar una capa: la de Captain Good¡±. Durante sus primeros a?os en el Senado, tras jurar el cargo el 5 de enero de 1973 en el hospital donde todav¨ªa convalec¨ªan sus dos hijos tras un accidente de tr¨¢fico en el que muri¨® su esposa y su hija peque?a, Biden era notoriamente famoso por no formar parte del club que hac¨ªa horas extras tras el trabajo tomando copas o socializando en las embajadas. Cada noche volv¨ªa desde Washington a su hogar en Wilmington, con suerte a tiempo de poder acostar a su hijos.
Si el argumento para apostar por Biden ya era v¨¢lido antes de la cat¨¢strofe del coronavirus, ahora m¨¢s que nunca el exvicepresidente se ha coronado como el facilitador de una presidencia de restauraci¨®n, donde los valores americanos vuelvan a tener su lugar. ¡°Se trata de una batalla por recuperar el alma de esta naci¨®n¡±, dijo el pol¨ªtico, frente a la Administraci¨®n que Biden ha descrito como el momento m¨¢s aberrante de nuestro tiempo. Biden puede lograr reunir los votos de la comunidad afroamericana y de las mujeres, sobre toda las de las ¨¢reas suburbanas, a la vez que lograr atrae a los blancos sin educaci¨®n universitaria que se volcaron en Trump en Estados claves hace cuatro a?os. La web de campa?a de Biden est¨¢ llena de verbos destinados a deshacer el da?o provocado por la Administraci¨®n de Trump y consolidar la ¨²ltima batalla: ¡°Revocar¡±; ¡°Renovar¡±; ¡°Rescindir¡±; Revitalizar¡±; ¡°Restaurar¡±...
Presidente de un solo mandato
El coronavirus ha puesto la econom¨ªa americana -y mundial- a los pies de la mayor recesi¨®n econ¨®mica desde la Gran Depresi¨®n de 1929. Estados Unidos, adem¨¢s, ha superado ya a Italia como el pa¨ªs con m¨¢s fallecidos en el mundo, con 19.701, y registra m¨¢s de medio mill¨®n de contagiados, seg¨²n la Universidad Johns Hopkins. Y ha hecho patente un hecho que no se puede obviar, la edad de los candidatos y su fragilidad ante un virus despiadado con los mayores. Joe Biden tendr¨¢ 78 a?os el d¨ªa de la inauguraci¨®n en enero de 2021 si logra la presidencia, lo que da pr¨¢cticamente por seguro que no optar¨¢ a un segundo mandato y dedicar¨¢ su tiempo en la Casa Blanca a reconstruir la naci¨®n que quede tras el azote del coronavirus. En este sentido, Biden tiene que ser muy cuidadoso con la persona que elija para ser su compa?ero de viaje, su n¨²mero dos. El exvicepresidente prometi¨® que ser¨ªa una mujer la elegida y que deber¨ªa de estar preparada, si fuera necesario, para asumir de forma inmediata la funci¨®n de Comandante en jefe.
Para el columnista del diario The New York Times Thomas Friedman, m¨¢s all¨¢ de ese nombramiento con nombre de Kamala Harris, Amy Klobuchar, Gretchen Whitmer, Elizabeth Warren, Stacey Abrams ¡ lo que Biden debe de hacer desde el mismo estrado de la Convenci¨®n Dem¨®crata aplazada a agosto es nombrar un Gabinete de Unidad Nacional. ¡°Que englobe desde dem¨®cratas del ala izquierdista de Bernie Sanders a republicanos de la derecha como Mitt Romney¡±. Biden est¨¢ privado de una campa?a electoral efectiva, confinado en el s¨®tano de su casa frente a un comandante en jefe con, al menos, una hora diaria de presencia televisiva sin l¨ªmite para expandir sus teor¨ªas y atacar libremente y sin filtros a la oposici¨®n. El mayor contraste que Biden puede exhibir frente a Trump es hacerse notar como el presidente de la mayor¨ªa, ¡°el presidente de la unidad¡±, finaliza Friedman.
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