Cuatro d¨ªas de balacera entre bandas en un barrio de Caracas durante la cuarentena
Un conflicto entre grupos criminales mantuvo en vilo a los habitantes de Petare y puso en evidencia el arsenal que portan los delincuentes en Venezuela
Desde los balcones de Caracas no se han grabado aplausos a sanitarios ni cacerolazos durante estos d¨ªas de cuarentena. En medio del silencio de una ciudad paralizada por el coronavirus y la falta de gasolina, el pack, pack, pack y el traca, traca, traca del poderoso armamento de las bandas delictivas de Petare, en la zona metropolitana de la capital, ha quedado como registro sonoro de una de las ciudades m¨¢s violentas del mundo, en las que el confinamiento no ha reducido la criminalidad. Desde el mi¨¦rcoles corren por las redes sociales v¨ªdeos de detonaciones de armas autom¨¢ticas, r¨¢fagas de disparos al aire, fogonazos de metralletas y audios de angustia; una guerra que se ha hecho viral, pero sobre la cual las autoridades ni siquiera han informado.
El conflicto entre pandillas de Petare ha mantenido en vilo a gran parte de los vecinos de este enorme barrio e incluso a los de urbanizaciones aleda?as. La balacera se desat¨® supuestamente por el control del barrio Jos¨¦ F¨¦lix Ribas, uno de los m¨¢s grandes y densamente poblados de Am¨¦rica Latina. ¡°Eso ha sido plomo corrido todos los d¨ªas hasta las cuatro de la ma?ana¡±, cuenta una vecina, que pide omitir su nombre por seguridad. De acuerdo con varios residentes del lugar, Wislexis Alexander Acevedo, quien ha mantenido el control del sector desde unos cinco a?os y ha hecho aliados en barrios vecinos para conformar una megabanda, se ha encontrado nuevos rivales. ¡°Aqu¨ª antes no se escuchaban tiros, ni se robaba a los vecinos. Pero ahora apareci¨® otra banda de afuera que parece que lo quiere tumbar¡±, a?ade.
Las balaceras han comenzado al final de la tarde y se han prolongado hasta la madrugada. En la casa de esta mujer se resguardaron en una habitaci¨®n del segundo piso. ¡°Todo el que tiene techo de zinc sabe que tiene que correr para otro lado¡±, comenta por tel¨¦fono. Luego de la primera batalla del mi¨¦rcoles, en un momento de tregua, sus vecinos encontraron agujeros en techos y paredes de sus viviendas. ¡°Hay mucho p¨¢nico y temor en la zona, hay gente que no ha podido dormir estos d¨ªas y lo que a m¨ª me preocupa y me molesta de toda esta guerra es que se agote la capacidad de resiliencia de los vecinos de este barrio que ya han aguantado mucho, que muchos se han quedado sin trabajo, que tienen que salir a cargar agua y a buscar comida. La gente no sabe lo que es pasar una cuarentena dentro de un rancho¡±, agrega una trabajadora comunitaria de la zona que tambi¨¦n pide el anonimato.
La noche del s¨¢bado, en zonas residenciales de clase media como La Urbina, Lomas del ?vila y El Marqu¨¦s, a tres kil¨®metros del barrio, tambi¨¦n se reportaron vidrios rotos y recogieron balas. En las redes sociales corri¨® la advertencia de alejarse de las ventanas y resguardarse tras los muros internos de los apartamentos. Esa misma noche algunos residentes dijeron haber escuchado la explosi¨®n de tres granadas. Mucho m¨¢s lejos, la topograf¨ªa de paila de Caracas y el espeso silencio nocturno permitieron que las constantes detonaciones se escucharan en municipios distantes.
La Polic¨ªa, se?alaron varios vecinos, no hab¨ªa entrado al lugar hasta este domingo. Hay reportes de que la guardia militar estuvo en las entradas de los barrios en conflicto sin actuar. Seg¨²n informaciones extraoficiales, han ingresado al Hospital P¨¦rez de Le¨®n algunos heridos que dej¨® el enfrentamiento, pero se desconoce el saldo total del conflicto, que tem¨ªan que continuara este domingo porque los delincuentes corrieron la orden de aplicar un toque de queda en el barrio a partir de las dos de la tarde.
En una monta?a al este de Caracas se arremolinan los m¨¢s de mil barrios de Petare, en los que viven m¨¢s de un mill¨®n de los casi cuatro millones de caraque?os. Jos¨¦ Felix Ribas es el m¨¢s grande, con 10 sectores. Petare es una de las comunidades en donde se registran m¨¢s homicidios en el Estado de Miranda, que en 2019 se convirti¨® en el m¨¢s violento de Venezuela con una tasa de 89 muertes por cada 100.000 habitantes, de acuerdo con los datos del Observatorio Venezolano de Violencia, por encima de la media nacional de 60,3 muertes. Solo el a?o pasado 16.506 venezolanos fueron asesinados.
El bucle de la violencia en Venezuela ha tenido un episodio funesto esta semana. Al enfrentamiento en Petare, que ocurr¨ªa mientras el Gobierno frustraba una supuesta invasi¨®n mar¨ªtima con 10 mercenarios, se suma un mot¨ªn en una c¨¢rcel del Estado de Portuguesa, en el occidente del pa¨ªs, que ha dejado 47 muertos y 75 heridos y la exhibici¨®n de armas que hicieron grupos de choque aliados al Gobierno de Nicol¨¢s Maduro, los llamados colectivos del basti¨®n chavista del barrio 23 de Enero de Caracas. ¡°Con pandemia y bloqueo econ¨®mico seguiremos resistiendo. Instamos a la comunidad a respetar los horarios, los precios acordados y las medidas por la covid-19¡±, dec¨ªa a trav¨¦s de un meg¨¢fono un hombre encapuchado rodeado de otros con armas largas en los v¨ªdeos difundidos.
El Gobierno de Maduro y las autoridades regionales no se han referido a ninguno de estos hechos. Sobre los casos, el l¨ªder de la oposici¨®n y jefe del Parlamento, Juan Guaid¨®, respondi¨® en un comunicado este domingo. ¡°Esto es un Estado fallido, un Estado criminal que promueve una pol¨ªtica de violencia generalizada y que ampara a grupos irregulares para aumentar el control social y la represi¨®n¡±.
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