Jean-Luc M¨¦lenchon: ¡°No es el momento del choque frontal¡± con el Gobierno
El l¨ªder de La Francia Insumisa y principal cr¨ªtico de Macron cambia su estrategia de ¡°conflicto¡± y ¡°choque¡± con el Ejecutivo franc¨¦s durante la crisis del coronavirus y apuesta por una oposici¨®n ¡°propositiva¡±
Si hay alguien en la pol¨ªtica francesa que domina el arte de la oratoria agresiva es Jean-Luc M¨¦lenchon (T¨¢nger, 68 a?os). El l¨ªder de La Francia Insumisa ha sido, desde que lleg¨® al poder Emmanuel Macron hace justo casi tres a?os, una de las voces m¨¢s cr¨ªticas ¡ªsi no la m¨¢s dura¡ª con el Gobierno y con el presidente, al que hasta hoy acusa de ejercer una ¡°monarqu¨ªa presidencial¡± sin escuchar ni a los suyos. Se ha opuesto pr¨¢cticamente cada una de sus pol¨ªticas y reformas, que si pasaron por el Parlamento fue gracias a la holgada mayor¨ªa de la que goza el macronismo, no al apoyo ¡°insumiso¡± (ni de otros grupos). Algo ha cambiado sin embargo desde el comienzo de la crisis del coronavirus y las dif¨ªciles decisiones que han conllevado y siguen implicando. Sin caer en la complacencia, sus maneras se han vuelto m¨¢s suaves. M¨¦lenchon ha aparcado ese ¡°choque frontal¡± que reconoce era hasta ahora la marca de la casa insumisa. Y ha sido una bajada de tono consciente.
¡°Nuestra estrategia hasta ahora era la del choque frontal sobre todos los temas, como generador de conciencia pol¨ªtica¡±, explica M¨¦lenchon en entrevista en Par¨ªs con el grupo de periodistas europeos LENA del que forma parte El Pa¨ªs. ¡°Pero en estos momentos, el choque frontal no favorecer¨ªa la toma de conciencia pol¨ªtica. Har¨ªa lo contrario, la bloquear¨ªa¡±, afirma. De ah¨ª que hayan pasado de esa pol¨ªtica de choque a una ¡°oposici¨®n propositiva, constructiva¡±.
No es que el l¨ªder izquierdista, amigo del l¨ªder de Podemos y vicepresidente del Gobierno espa?ol, Pablo Iglesias, sobre cuya caracter¨ªstica coleta bromea ahora que hasta ¨¦l luce un de pelo m¨¢s largo porque en Francia a¨²n no hay peluquer¨ªas abiertas, haya cambiado de postulados. Ni que apruebe sin discutir todo lo que hace un Gobierno que califica sin ambages de derechas aunque este rehuya las etiquetas. Al contrario. M¨¦lenchon y su grupo no paran de presentar contrapropuestas y de denunciar p¨²blicamente los ¡°errores¡± que a su juicio comete el Ejecutivo una y otra vez, como la decisi¨®n de mandar a los ni?os a clase progresivamente cuando comience la desescalada el 11 de mayo, que considera igual de mala que cuando se decidi¨® celebrar la primera ronda de municipales el 15 de marzo, justo dos d¨ªas antes de que entrara en vigor la orden de confinamiento nacional.
¡°No estamos en un momento de tiempo suspendido. Al contrario. Este periodo es el del despertar de las conciencias pol¨ªticas. Pero la pol¨ªtica en el sentido m¨¢s global del t¨¦rmino¡±, especifica el veterano pol¨ªtico ¡ªfue senador socialista y hasta ministro en el Gabinete de Lionel Jospin¡ª en una larga entrevista en la sede de su partido en Par¨ªs, en la que estos d¨ªas de confinamiento apenas trabajan un par de colaboradores pero a la que ¨¦l sigue acudiendo.
Lo que s¨ª ha cambiado es el tono, las formas. Que nadie busque estos d¨ªas al M¨¦lenchon agitado que, hace a?o y medio, se ofuscaba durante un registro de su casa y esta misma sede del partido por una investigaci¨®n sobre sus cuentas de campa?a y lanzaba ese ¡°?la rep¨²blica soy yo!¡± mientras acusaba a la justicia de estar ¡°politizada¡± y de seguir ¨®rdenes del macronismo, como sigui¨® haciendo desde el hemiciclo.
¡°Hemos desplazado el centro de gravedad de nuestra acci¨®n hacia otra l¨ªnea que llamamos ¡®las causas comunes¡¯. Es decir: buscar que todo el mundo pueda salir de esta, no olvidar a nadie en el camino. Y eso ha requerido un estilo. No era cuesti¨®n de agredir a los gobernantes. Hab¨ªa una manera de hablar que deb¨ªa corresponder al momento. Creo que lo hemos hecho bien. Hemos sido ¨²tiles al pa¨ªs¡±, considera.
Est¨¢ convencido de que hasta ha creado escuela. ¡°Creo que mi comportamiento ha obligado a otros a cambiar de tono. Madame Le Pen (la l¨ªder del ultraderechista Reagrupamiento Nacional, la otra gran voz cr¨ªtica de Macron) comenz¨® salvaje y ahora ella tambi¨¦n pide que se respeten las consignas sanitarias. No es lo que dec¨ªa al principio. Pues mejor que mejor. ?Lo primero es la salud com¨²n!¡±. Cierto es, al mismo tiempo, que tanto los insumisos como sus colegas de la extrema derecha saben que no tienen fuerza para oponerse a las decisiones del macronismo: Francia Insumisa solo tiene 17 de los 577 esca?os en la Asamblea Nacional y el Reagrupamiento Nacional de Le Pen a¨²n menos, seis, que ni siquiera han podido formar grupo parlamentario propio. Aun as¨ª, su cambio de estrategia de choque no ha pasado desapercibido.
En estas semanas de confinamiento, se han producido escenas hasta ahora in¨¦ditas en estos tres a?os de gobierno macronista y de las que se r¨ªe, casi sorprendido, el propio M¨¦lenchon, como cuando evoca una reciente sesi¨®n parlamentaria en la que interpel¨® con amabilidad al primer ministro, ?douard Philippe, por el que siente pese a su antagonismo pol¨ªtico un respeto mucho mayor que por Macron. ?Indulgencia ante el Gobierno? No, rechaza tajante. Pero ¡°ante un peligro com¨²n, la sociedad manifiesta una gran exigencia de solidaridad. No quiere batallas que le parecer¨ªan subalternas. La estrategia de combate de los insumisos debe por tanto adaptarse a ello¡±. De ah¨ª que, seg¨²n M¨¦lenchon, se haya optado por una l¨ªnea ¡°positiva¡±: ¡°Ofrecer respuestas concretas para afrontar la crisis sanitaria¡±.
?Y c¨®mo ve las cr¨ªticas feroces de la oposici¨®n en Espa?a al Gobierno? ¡°Me sorprender¨ªa que [los electores] consideraran aceptable ese comportamiento, incluso entre los de extrema derecha o derecha¡±, dice. En Francia, recuerda, ¡°nuestro partido representa la parte pol¨ªtica m¨¢s insumisa del pueblo. Pero no habr¨ªa querido que los franceses deduzcan de nuestra actitud que cada uno puede hacer lo que quiera. No quer¨ªamos que nuestra oposici¨®n pol¨ªtica quede reducida a un ¡®todas las consignas [del Gobierno] son malas¡±.
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