Egipto estrecha el cerco contra la prensa
Las autoridades han detenido a varios periodistas, apercibido o bloqueado medios locales y expulsado a una corresponsal en un intento de controlar la narrativa sobre la pandemia
En un nuevo asalto a la ya desgastada libertad de prensa en Egipto, las autoridades han intensificado la persecuci¨®n de periodistas y medios locales y extranjeros en las ¨²ltimas semanas, en coincidencia con la crisis sanitaria provocada por el coronavirus.
Al menos cuatro periodistas han sido encarcelados. El m¨¢s destacado, el reportero y fotoperiodista Haytham Hasan Mahgoub, del diario Al Masry al Youm, fue arrestado el pasado d¨ªa 11 y acusado de difundir noticias falsas y de haberse unido y financiado un grupo terrorista, seg¨²n detalla su abogado Karim Abdelrady. Los cargos contra Mahgoub, que los d¨ªas previos a su detenci¨®n cubri¨® noticias relacionadas con el coronavirus, forman parte del repertorio habitual con el que el r¨¦gimen egipcio persigue a periodistas cr¨ªticos. Un segundo periodista, Moataz Abdel Wahab, fue arrestado poco despu¨¦s que Mahgoub e incluido en el mismo caso judicial, en el que ha acabado atrapado asimismo el reportero Sameh Hanin tras ser arrestado el pasado viernes, de acuerdo con Abdelrady.
Antes que ellos, ya hab¨ªa sido ya detenido el periodista Ahmed Alaam, seg¨²n el mismo abogado, Ha sido incluido en un proceso judicial de nuevo cu?o bautizado como el caso coronavirus, con cargos similares a los anteriores. Un n¨²mero indeterminado de activistas pol¨ªticos, abogados y usuarios de redes sociales han sido incorporados al mismo caso en las ¨²ltimas semanas, sobre todo por criticar la gesti¨®n de la pandemia por parte del Gobierno, de acuerdo con la organizaci¨®n de derechos humanos Human Rights Watch.
En medio de este aumento de la intimidaci¨®n, el pasado domingo las fuerzas de seguridad egipcias hicieron saltar las alarmas al detener brevemente a Lina Attalah, cofundadora y directora del ¨²ltimo gran medio independiente del pa¨ªs, Mada Masr. A diferencia de los anteriores periodistas, Attalah fue interrogada r¨¢pidamente por la Fiscal¨ªa, acusada solo de fotografiar una instituci¨®n militar sin permiso y puesta en libertad bajo fianza al cabo de pocas horas, por lo que Sharif Abdel Kouddous, tambi¨¦n redactor en la publicaci¨®n, lo considera solo una advertencia. ¡°Existen l¨ªmites que un reportero de un medio independiente, como Attalah, no puede cruzar, y uno parece ser el simple hecho de hacer periodismo y entrevistar a alguien en lo que [las autoridades] consideran una zona sensible¡±, observa Abdel Kouddous.
Desde su fundaci¨®n en 2013, y con Attalah al frente, Mada Masr se ha convertido en un basti¨®n de la prensa libre en Egipto y una referencia de periodismo independiente tanto en el pa¨ªs como en la regi¨®n, lo que le ha situado en el punto de mira de las autoridades. El pasado noviembre, cuatro de sus periodistas, Attalah incluida, ya fueron arrestados brevemente y su redacci¨®n asaltada por la polic¨ªa, en una escalada sin precedentes. Desde entonces, Abdel Kouddous asegura que no han vuelto a ser hostigados, aunque se?ala que desde el estallido de la pandemia el r¨¦gimen del presidente Abdelfat¨¢ Al Sisi ha aumentado sus esfuerzos para bloquear a¨²n m¨¢s el acceso a su p¨¢gina web despu¨¦s de una tregua relativa los meses precedentes.
Este singular recelo va en l¨ªnea con las advertencias lanzadas a finales de marzo por la Fiscal¨ªa General, que alert¨® de que difundir ¡°noticias falsas¡± sobre la covid-19 podr¨ªa comportar elevadas multas y hasta cinco a?os de prisi¨®n. Recogiendo el guante, el Consejo Supremo de Regulaci¨®n de Medios, la autoridad que autorizar el trabajo de medios locales, ha apercibido a varias publicaciones bajo dicho pretexto.
A principios de abril, las autoridades llegaron incluso a bloquear la p¨¢gina de noticias Darb, vinculada al opositor Partido Socialdem¨®crata Egipcio. Desde su lanzamiento, solo un mes antes, el diario hab¨ªa cubierto temas relacionados con la situaci¨®n de los presos pol¨ªticos en el pa¨ªs en tiempos del coronavirus, as¨ª como cuestiones de derechos humanos y de la sociedad civil. ¡°No sabemos qui¨¦n orden¨® el bloqueo, y es muy dif¨ªcil saber por qu¨¦ motivo¡±, reconoce su director, Khaled Elbalshy. ¡°En menos de un mes, Darb se convirti¨® en una plataforma para una corriente democr¨¢tica, con sus posiciones y sus noticias, as¨ª como [en un espacio] para escritores con opiniones radicalmente diferentes [a la dominante] que no encuentran espacio para expresarse en otros lugares. Y parece que a alguien esto no le gusta¡±, agrega.
Quienes tampoco han escapado del sensible radar de las autoridades han sido los medios extranjeros, a los que se concede un mayor margen de maniobra. En marzo, el Servicio de Informaci¨®n del Estado, la agencia gubernamental responsable de controlar a la prensa extranjera, anunci¨® la expulsi¨®n de la corresponsal de The Guardian en Egipto por cuestionar en un art¨ªculo las estad¨ªsticas oficiales de contagios. Recientemente, los corresponsales en el pa¨ªs de The New York Times y The Washington Post han sido convocados por el mismo organismo para discutir su cobertura informativa.
Desde la toma del poder de Al Sisi en Egipto en 2013, y especialmente a partir de 2016, los ataques del r¨¦gimen a la libertad de prensa han sido sistem¨¢ticos, tal y como han documentado grupos de derechos humanos. En los ¨²ltimos a?os, decenas de periodistas y trabajadores de medios de comunicaci¨®n han sido detenidos y enjuiciados, redacciones de publicaciones independientes han sido asaltadas, y centenares de p¨¢ginas web, bloqueadas. Seg¨²n el Comit¨¦ para la Protecci¨®n de los Periodistas, Egipto fue en 2019, junto con Arabia Saud¨ª, el tercer pa¨ªs del mundo con m¨¢s periodistas entre rejas.
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