Se?ales de vida desde el planeta UE
La propuesta francoalemana para el fondo de reconstrucci¨®n derriba tab¨²es hist¨®ricos y abre paso a una nueva metamorfosis del club
Tras haber entrado en un preocupante coma en los primeros compases de la pandemia ¡ªcon reacciones nacionalistas descarnadas, cierres desordenados de fronteras, distorsiones del mercado ¨²nico y subterr¨¢neas odas al s¨¢lvese quien pueda¡ª la Uni¨®n Europea emite se?ales de vida cada vez m¨¢s consistentes. Vida y metamorfosis.
Puede no compartirse la estrategia, pueden considerarse insuficientes y lentas las medidas, pero la respuesta com¨²n avanza y su rumbo se despeja. El engranaje europeo se mueve. Muestra haber aprendido errores del pasado y disposici¨®n a adentrarse en territorios inexplorados, en la en¨¦sima evoluci¨®n de este cuerpo pol¨ªtico sin iguales.
El ¨²ltimo movimiento, esta misma semana, siembra semillas de una aut¨¦ntica revoluci¨®n. Una iniciativa francoalemana para relanzar Europa tras el tsunami de la pandemia barre de un plumazo dos hist¨®ricos tab¨²es alemanes. Ante la gravedad de la situaci¨®n, la canciller Merkel acepta: a) endeudamiento de gran calado de una instituci¨®n comunitaria y b) subsidios econ¨®micos fuera del esquema habitual del presupuesto comunitario. Es un enorme cambio pol¨ªtico de Berl¨ªn, que deja aislados a los frugales¡ªAustria, Holanda, Suecia y Dinamarca¡ª y permite reactivar el motor francoalem¨¢n que llevaba a?os completamente atascado. Con la salida de Reino Unido, este motor recupera una mayor fuerza proporcional en la Uni¨®n.
A continuaci¨®n, una retrospectiva de c¨®mo la maquinaria de la UE ha ido activ¨¢ndose ante el mayor desaf¨ªo en d¨¦cadas.
Marzo. La respuesta monetaria. En primer lugar reaccion¨® el Banco Central Europeo. Lo que en la anterior crisis cost¨® a?os, se materializ¨® en esta en cuesti¨®n de semanas: un amplio programa de compra de t¨ªtulos para evitar el colapso de los mercados de deuda, lo que contribuy¨® a estabilizar la situaci¨®n financiera. La reacci¨®n ha sido inferior en tama?o a la de la Fed estadounidense o en heterodoxia con respecto a la del Banco Central de Inglaterra. Pero ha sido r¨¢pida y vigorosa. Adem¨¢s, posteriormente, el BCE ha respondido ¡°sin inmutarse¡± a la sentencia del Tribunal Constitucional que cuestiona su actuaci¨®n en ese tipo de programas, en otro signo de vigor vital.
Abril. Las l¨ªneas de cr¨¦dito de emergencia. En segundo lugar, los pa¨ªses miembros pactaron un paquete de l¨ªneas de cr¨¦dito por valor de 540.000 millones. Una negociaci¨®n por momentos brutal logr¨® cerrarse con cierta rapidez: 240.000 de cr¨¦ditos disponibles para los Estados a tipos blandos en la que se enterraron las tradicionales condiciones vinculadas a los pr¨¦stamos ¡ª?recuerdan la troika?¡ª. Solo se estableci¨® una finalidad de gasto, que debe ser dirigido a la lucha contra la parte sanitaria de la crisis; otros 200.000 disponibles para las empresas a trav¨¦s del Banco Europeo de Inversiones; y 100.000, de soporte a los Estados para los programas de apoyo al empleo financiados con deuda emitida por la Comisi¨®n.
Mayo. Semillas de una revoluci¨®n fiscal. En tercer lugar, esta semana, irrumpi¨® en escena la iniciativa francoalemana para impulsar la recuperaci¨®n, un trascendental movimiento pol¨ªtico que rompe un complicado impasse. La propuesta incluye varias ideas en materia de soberan¨ªa sanitaria, de transiciones ecol¨®gicas y medioambientales o regulaci¨®n del mercado ¨²nico. Pero el aspecto revolucionario es la propuesta de un fondo de reconstrucci¨®n dotado con 500.000 millones que deber¨ªan cosecharse con una emisi¨®n de deuda en nombre de la Comisi¨®n y posteriormente repartidos en forma de subsidios ¡ªno cr¨¦ditos¡ª a las regiones y sectores m¨¢s afectados por la pandemia.
Puede objetarse que el tama?o quiz¨¢ sea insuficiente ante el descalabro en acto; que la ambigua cl¨¢usula de la propuesta por la que el apoyo financiero va vinculado al ¡°claro compromiso de los estados miembros a aplicar pol¨ªticas econ¨®micas sanas y ambiciosos planes de reforma¡± (una formulaci¨®n que da pie a perspicacias sobre posible intervencionismo en las gestiones nacionales) plantea problemas; puede se?alarse que, seg¨²n la propuesta es una tantum, limitada en el tiempo, que cada Estado responde solo por su parte relativa en el PIB com¨²n del endeudamiento com¨²n emitido por la Comisi¨®n; y que est¨¢ por ver que los denominados pa¨ªses frugales den su brazo a torcer.
Pero la extra?a criatura europea se mueve. Como en una imagen de Ovidio, asistimos ahora mismo a una nueva fase de transformaci¨®n en el largo proceso de integraci¨®n. Un nuevo grado y forma de compenetraci¨®n de los cuerpos europeos que encierra riesgo y esperanza a la vez.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.