Colombia corona m¨²ltiples liberaciones de secuestrados en cuesti¨®n de horas

El enfrentamiento armado no da tregua en Colombia, ni siquiera en medio de la pandemia del coronavirus. Los grupos ilegales se mantienen activos en muchas regiones, ajenos a las medidas de confinamiento que de a poco dan paso a un proceso de reactivaci¨®n econ¨®mica. Pero el trabajo humanitario tampoco desfallece. El Comit¨¦ Internacional de la Cruz Roja (CICR), desplegado hace m¨¢s de medio siglo en los territorios m¨¢s golpeados por la violencia, ha tenido un fin de semana particularmente agitado, con tres operaciones distintas que permitieron la liberaci¨®n de siete personas.

El Ej¨¦rcito de Liberaci¨®n Nacional (ELN), la ¨²ltima guerrilla activa en Colombia tras el acuerdo de paz con las extintas FARC, liber¨® en la tarde de este domingo a cuatro civiles y dos expolic¨ªas que manten¨ªa secuestrados en el departamento de Norte de Santander, fronterizo con Venezuela. Un primer grupo fue entregado en la zona rural de Teorama a una comisi¨®n de la Defensor¨ªa del Pueblo, la iglesia cat¨®lica y el CICR, y luego hubo una segunda entrega en Tib¨², ambos municipios en la convulsa regi¨®n del Catatumbo.

Al final de la noche, el CICR confirm¨® una tercera operaci¨®n humanitaria en la que recibi¨® en un paraje rural de Antioquia a un menor de edad en poder del Clan del Golfo, la mayor banda narcotraficante del pa¨ªs, que se autodenomina como Autodefensas Gaitanistas de Colombia. El joven fue trasladado a Medell¨ªn, la segunda ciudad del pa¨ªs y capital del departamento, para entregarlo al Instituto Colombiano de Bienestar Familiar.

Las operaciones se realizaron bajo estrictos protocolos de bioseguridad para prevenir el contagio de la covid-19, como se evidenci¨® en las im¨¢genes que divulg¨® el CICR, donde incluso se observa el uso de mascarillas. La organizaci¨®n humanitaria record¨® en un comunicado que facilit¨® estas liberaciones ¡°como intermediario neutral e independiente y gracias al di¨¢logo bilateral y confidencial que sostiene con todas las partes del conflicto armado¡±.

Despu¨¦s del acuerdo de paz sellado a finales de 2016 con las FARC, la Cruz Roja considera que persisten al menos cinco conflictos armados no internacionales en Colombia. De ellos, cuatro son entre el Gobierno y alg¨²n actor armado ¨Cel ELN, el Ej¨¦rcito Popular de Liberaci¨®n, el Clan del Golfo y las disidencias de las FARC¨C y uno entre el ELN y el EPL en la regi¨®n del Catatumbo. En lo que va del 2020, 14 personas que estaban en poder de grupos armados han recuperado su libertad en operaciones humanitarias del CICR.

Las de este fin de semana, un puente festivo en Colombia, se producen tambi¨¦n despu¨¦s de que la semana pasada el procurador general, Fernando Carrillo, denunci¨® ante la Fiscal¨ªa un marcado aumento del reclutamiento forzado de menores en medio de la pandemia. Algunas de las estrategias de los grupos armados ilegales incluyen fiestas clandestinas, amenazas a las familias para ¡°entregar¡± a sus nietos o hijos a la guerra y el uso de redes sociales para llamarlos a unirse, detalla la denuncia de la Procuradur¨ªa.

Sin un proceso de di¨¢logo en el horizonte, el ELN, con un largo historial de secuestros, se ha venido fortaleciendo hasta convertirse en el mayor grupo armado del pa¨ªs. La guerrilla guevarista declar¨® un alto al fuego unilateral durante el mes de abril como ¡°un gesto humanitario¡± en medio de la crisis sanitaria, pero cumplido el plazo decidi¨® no prolongarlo. Junto a las disidencias de las FARC que se apartaron del acuerdo de paz se mantienen como los grupos con mayor actividad, de acuerdo con el an¨¢lisis de la Fundaci¨®n Ideas para la Paz sobre las din¨¢micas de la confrontaci¨®n armada y su impacto humanitario en los primeros cuatro meses del a?o.

Despu¨¦s viene justamente el Clan del Golfo ¨Cy luego una escisi¨®n de esta estructura conocida como Los Caparros¨C. Surgido tras la desmovilizaci¨®n de los grupos paramilitares en 2016, el Clan del Golfo re¨²ne a remanentes de esos escuadrones y es considerado el cartel m¨¢s poderoso, aunque se ha visto diezmado luego de varios a?os de cacer¨ªa policial. Su m¨¢ximo capo, Dairo Antonio ?suga, alias Otoniel, es uno de los hombres m¨¢s buscados del pa¨ªs y se ofrecen cinco millones de d¨®lares de recompensa por su captura. La banda ha propuesto alg¨²n tipo de proceso de sometimiento a la justicia que nunca ha llegado a concretarse.