China y la India: dos colosos nucleares y una chispa en su frontera

Los ej¨¦rcitos de China y la India se encuentran en conversaciones para rebajar las tensiones. Sus respectivos ministros de Exteriores han dialogado por tel¨¦fono en dos ocasiones y han subrayado su deseo de paz. Pero persisten los reproches y las acusaciones mutuas. El grav¨ªsimo choque del pasado d¨ªa 15 en una de las ¨¢reas en disputa en la frontera com¨²n, en el que una veintena de soldados indios murieron y las fuerzas chinas sufrieron un n¨²mero indeterminado de bajas, ha asestado un duro golpe a las dif¨ªciles relaciones entre los dos pa¨ªses m¨¢s poblados del mundo y potencias nucleares que amenaza con dejar efectos permanentes en ellas.

El enfrentamiento a golpes y palos en una zona en disputa el valle del Galwan, en la l¨ªnea de separaci¨®n entre las dos fuerzas en Aksai Chin (zona occidental de la frontera), fue el m¨¢s sangriento entre los dos ej¨¦rcitos desde 1967 y llegaba despu¨¦s de 40 d¨ªas de tensiones, desde un primer roce a principios de mayo. Ahora ambas fuerzas han aumentado su actividad a lo largo de la escabrosa frontera de 3.488 kil¨®metros sobre los Himalayas -no demarcada y con numerosos puntos en disputa-, y han reforzado sus posiciones en ¨¢reas hasta ahora apenas visitadas por patrullas, seg¨²n han puesto de relieve im¨¢genes por sat¨¦lite.

Los dos pa¨ªses contin¨²an sus acusaciones mutuas. El Ministerio de Defensa chino, que hasta ahora no ha facilitado cifras oficiales sobre las bajas en sus filas, reiteraba este mi¨¦rcoles que lo ocurrido el d¨ªa 15 fue una ¡°provocaci¨®n unilateral¡± y una ¡°violaci¨®n del consenso¡± por parte india.

Por su parte, y entre mensajes conciliadores de su primer ministro, Narendra Modi, Nueva Delhi ha acusado a las tropas chinas de intentar levantar estructuras en el lado de la l¨ªnea de control que no le corresponde. Y la India ha comenzado a tomar represalias econ¨®micas: seg¨²n publica Bloomberg, en las compras que hagan los departamentos de gobierno indios ser¨¢ obligatorio especificar el pa¨ªs de origen, para impulsar los productos nacionales y evitar los fabricados en China.

Ninguno de los dos pa¨ªses quiere una escalada, y menos en medio de una pandemia de coronavirus que les ha afectado de lleno. China tiene muchos otros frentes diplom¨¢ticos abiertos, y la India es muy consciente de la asimetr¨ªa de poder¨ªo militar entre ambos. Pero tras el incidente, es probable la entrada en ¡°una nueva fase de la relaci¨®n entre la India y China, una que es mucho m¨¢s contenciosa, especialmente dado el aumento del sentimiento nacionalista en ambas¡±, apunta en una nota la consultora Eurasia Group.

En la India, opina su antiguo embajador en Pek¨ªn Gautam Bambawale en una v¨ªdeoconferencia organizada por el centro de an¨¢lisis Carnegie India, ¡°habr¨¢ una revaluaci¨®n calmada, en fr¨ªo y racional de la pol¨ªtica hacia China, que se recalibrar¨¢ en consecuencia¡±.

Las disputas territoriales, que tienen su origen en el siglo XIX, se centran especialmente en tres ¨¢reas: 90.000 kil¨®metros cuadrados en Arunachal, en el este; cerca de Nepal, en el centro, y 30.000 kil¨®metros cuadrados en Aksai Chin/Ladakh, al oeste. Esta ¨²ltima es de especial importancia para Pek¨ªn: por ella pasa la ¨²nica carretera que conecta Xinjiang con T¨ªbet, dos regiones aut¨®nomas chinas, que necesitar¨ªa utilizar en caso de disturbios graves.

Las diferencias ya causaron una guerra entre los dos pa¨ªses m¨¢s poblados del mundo en 1962, en la que la India sufri¨® una contundente derrota. Desde entonces, y aunque los roces han continuado -sin armas: para evitar una escalada indeseada, est¨¢ pactado no utilizarlas en caso de choque-, en las ¨²ltimas d¨¦cadas los dos pa¨ªses optaron por dejar sus diferencias sobre la soberan¨ªa en un segundo plano y potenciar sus relaciones econ¨®micas y diplom¨¢ticas: los dos cooperan en el grupo BRICS, el foro de los grandes pa¨ªses emergentes; China es hoy el principal socio comercial de la India, en una relaci¨®n que entre enero y noviembre del a?o pasado alcanz¨® los 84.320 millones de d¨®lares.

Pero desde la llegada al poder de Xi Jinping en China en 2012 y de Narendra Modi en la India en 2014 -dos l¨ªderes que quieren llevar a sus pa¨ªses al centro del escenario global-, los incidentes fronterizos han ido en aumento. En 2015 se produjeron 428 incidentes, 342 de ellos en la zona occidental de la frontera. En 2019 fueron 663, de los que 497 ocurrieron en el ¨¢rea occidental. Un encontronazo en el ¨¢rea de Doklam en 2017 requiri¨® que los dos presidentes se reunieran en la ciudad china de Wuhan en 2018 para poder templar por completo los ¨¢nimos.

Las im¨¢genes v¨ªa sat¨¦lite del pasado mayo indican que las tropas chinas hab¨ªan avanzado hasta el borde de su versi¨®n de la l¨ªnea de control en al menos tres sectores. Al contrario de lo que hab¨ªa ocurrido en incidentes previos otros a?os, la presi¨®n china aumentaba en m¨²ltiples puntos de la frontera al mismo tiempo. Los encontronazos obligaron a los mandos militares a intervenir y negociar un consenso para rebajar las tensiones. En ponerlo en pr¨¢ctica estaban, hasta que por razones a¨²n poco claras, el lunes estall¨® el pandemonio.

Detr¨¢s del aumento de la tensi¨®n de estas semanas se encuentra toda una gama de factores. Pek¨ªn ha redoblado su asertividad territorial desde el comienzo de la pandemia de coronavirus, como respuesta al veloz deterioro de sus relaciones con Estados Unidos y para disuadir a otros pa¨ªses de aprovechar un potencial momento de debilidad mientras luchaba con el coronavirus. Tambi¨¦n, desde el episodio de Doklam, est¨¢ mucho m¨¢s vigilante de las acciones indias.

A ello se suma que el Gobierno indio desgajara Ladakh de Jammu y Cachemira, donde estaba integrado, y lo designara territorio controlado directamente por Nueva Delhi el a?o pasado. A o¨ªdos de Pek¨ªn, esos cambios sonaban a ¡°reafirmaci¨®n de los designios de India sobre el ¨¢rea fronteriza occidental¡±, apunta M. Taylor Fravel, profesor de Relaciones Internacionales del MIT y experto en pol¨ªtica china de Seguridad.

Sobre todo desde 2016, ambos pa¨ªses se encuentran en una suerte de carrera por la construcci¨®n de infraestructuras en su lado de la l¨ªnea de control. Cada obra contribuye a apuntalar no solo las reclamaciones territoriales del pa¨ªs que la acomete, tambi¨¦n fortalece las posiciones de los ej¨¦rcitos respectivos. Aunque tradicionalmente China ha llevado la delantera, le preocupa a Pek¨ªn sobre todo la construcci¨®n de una nueva carretera en territorio de su vecino, Darbuk-Shyok-Daulat Beg Oldi, que llega hasta una base militar india cerca del valle del Galwan y que permitir¨¢ una movilidad mucho m¨¢s r¨¢pida a las tropas en esa zona.

¡°La visi¨®n india de China va a pasar por una transformaci¨®n r¨¢pida y dr¨¢stica¡­. Desde luego, mucho m¨¢s da?ina que cualquier otra cosa que hayamos visto entre la India y China desde 1962¡±, calcula Fravel. Tras la cuarentena de las ¨²ltimas d¨¦cadas, ¡°la disputa puede volver al primer plano, desde luego para la India, y ser mucho m¨¢s prominente a la hora de determinar los lazos¡± bilaterales, piensa el experto.

El efecto m¨¢s probable, opina, ser¨¢ ¡°una cooperaci¨®n de seguridad mucho m¨¢s estrecha de la India con Estados Unidos, sea bilateralmente o a trav¨¦s del paraguas que es el QUAD [acr¨®nimo en ingl¨¦s de Di¨¢logo de Seguridad Cuadrilateral]¡±, el incipiente grupo compuesto por Australia, Jap¨®n, la India y Estados Unidos para contrarrestar la pujanza de China en la regi¨®n de Indo-Pac¨ªfico, se?ala.

La tensi¨®n podr¨¢ afectar incluso a las relaciones econ¨®micas: ¡°Es donde tenemos m¨¢s capacidad de presi¨®n¡±, explica Bambawale. Nueva Delhi podr¨ªa estar m¨¢s dispuesta a desafiar a China en lo que respecta al 5G, entre otros aspectos. ¡°La India ya ha adoptado una serie de pol¨ªticas que se percibieron como antagonistas hacia China. Es probable que esa tendencia se acelere ahora. Habr¨¢ m¨¢s llamamientos a la auto dependencia, esto es, sustituci¨®n de las importaciones, y m¨¢s oponentes vociferantes contra las compa?¨ªas chinas. Adem¨¢s, este conflicto hace improbable que India se sume a las conversaciones de la RCEP, la alianza de libre comercio patrocinada por China para la regi¨®n¡±, apunta la consultora Eurasia Group.