Maracaibo, de epicentro de las disfunciones de Venezuela a foco descontrolado de la pandemia
El temor de los venezolanos a ser atendidos en centros de salud en precarias condiciones o ser aislados bajo custodia del Gobierno complica la contenci¨®n de la covid-19
El agujero en que se hab¨ªa vuelto el occidental Estado Zulia tras una prolongada crisis el¨¦ctrica ha entrado en una fase m¨¢s oscura con la pandemia. De pasar casi dos meses con apenas seis reportes, con 1.200 casos, es la entidad con m¨¢s contagios en Venezuela, que alcanz¨® las 6.273 confirmaciones a comienzos de julio. Este estado tambi¨¦n tiene el mayor n¨²mero de los 57 fallecimientos que reporta el Gobierno de Nicol¨¢s Maduro. Los videos desde el Hospital Universitario de Maracaibo, el centro centinela para atender a los pacientes con covid-19, corren al igual que el temor en los barrios de la ciudad petrolera, en otro tiempo boyante y estridente y que ahora est¨¢ apagada, desolada por la crisis de servicios que atraviesa.
La urbe, epicentro de casi todas las disfunciones de Venezuela, sufre hoy tambi¨¦n las consecuencias de la f¨¦rrea cuarentena y el cierre de su principal mercado Las Pulgas, donde se detect¨® un foco a finales de mayo. En las im¨¢genes que comparten los trabajadores del sector sanitario se ven pacientes que caen de las camillas conectados a bombas de ox¨ªgeno en medio de un pasillo, otros en los que denuncian que los cad¨¢veres pasan horas antes de ser retirados a la morgue.
¡°Hay un solo centro, que es el Hospital Universitario, con muchas falencias, con muchos problemas t¨¦cnicos como que no llega agua por tuber¨ªas que no tiene las condiciones para atender y donde solo hay ocho camas de terapia intensiva con ventiladores [respiradores]. Tambi¨¦n se ha hecho un manejo policial de la epidemia, a la gente la buscan en sus casas para llevarlas a la fuerza a moteles o a los centros de salud en terribles condiciones. Los pacientes se est¨¢n escondiendo¡±, dice un neum¨®logo de Maracaibo, que prefiere no identificarse por temor a represalias. A su celular llegan fotos de las radiograf¨ªas de t¨®rax de pacientes que se niegan a pisar un hospital al que solo llegan cuando est¨¢n muy graves. Son los que tambi¨¦n han agotado en la ciudad los medidores de saturaci¨®n de ox¨ªgeno, agrega el m¨¦dico, para evadir la atenci¨®n gubernamental. ¡°La alta mortalidad que tenemos viene del ambiente policial que se ha creado¡±, opina el m¨¦dico con preocupaci¨®n. ¡°En Maracaibo no hay ning¨²n punto donde no haya un caso¡±. Y muchos, de acuerdo con lo que cuentan vecinos de varios sectores de la ciudad, prefieren pasar la enfermedad en casa que en en un centro de salud donde poco podr¨¢n hacer por ellos o en los moteles o refugios que han dispuesto que tampoco tienen condiciones.
Los temores los ha confirmado el propio gobernador del Zulia, Omar Prieto. Hace unos d¨ªas denunci¨® que personas que han dado positivo en las pruebas se han escapado de los centros de atenci¨®n y que eso era un delito, por lo que cre¨® un grupo especial de inteligencia policial para capturarlos. ¡°No le teman a la asistencia del gobierno. T¨¦ngale miedo al coronavirus¡±, dijo. El temor, sin embargo, no es exclusivo de este estado. En los ¨²ltimos reportes el gobierno de Maduro, los voceros han insistido en que la gente acuda al m¨¦dico con los primeros s¨ªntomas, pues la gente se niega a notificar y acudir a hospitales arrasados tras una prolongada crisis humanitaria. Llegan cuando est¨¢n complicados a un sistema de salud que cuando inici¨® la pandemia solo ten¨ªa 720 camas de cuidados intensivos y unos 102 ventiladores, seg¨²n la Alianza Venezolana por la Salud.
Jos¨¦ Tello, de 54 a?os, es paciente renal y desde febrero se dializa tres veces por semana en el hospital donde se trata la covid-19. El ¨²nico ascensor que funciona en la torre de nueve pisos llega a la sexta planta, en la que inicialmente comenzaron a aislar a los contagiados pero que ante el volumen de casos han ido copando otras plantas. Su terapia la recibe en el ¨²ltimo piso. ¡°Todos los pacientes debemos atravesar los pisos [donde se trata la] covid para llegar a nuestra di¨¢lisis, que no podemos paralizarla. El 40% de los compa?eros est¨¢ en silla de ruedas y no solo debe esperar horas por el ascensor como todos, sino tiene que buscar quien los cargue por las escaleras los pisos que faltan¡±, se queja.
A principios de la cuarentena, que comenz¨® con una grave escasez de combustible, Tello encabez¨® una lucha para que les dieran prioridad para cargar gasolina. Ahora est¨¢ peleando porque muden la unidad a di¨¢lisis a otro centro, porque en el hospital est¨¢n en grave riesgo de contagiarse. De su grupo de di¨¢lisis 2 han fallecido y 32 est¨¢n recluidos por haber dado positivo en la prueba del covid-19. El hospital es un brote en s¨ª mismo.
Antes de que comenzara la pandemia, Tello estuvo un mes hospitalizado en el Universitario y dice que fue una experiencia terrible. ¡°Hubo 20 noches en las que no dorm¨ª porque cac¨¦ 20 ratas¡±, dice y env¨ªa las fotograf¨ªas por WhatsApp como prueba. Tuvo que llevar desde el colch¨®n para su camilla hasta varios insumos m¨¦dicos para su atenci¨®n. Ahora, le preocupa la insalubridad del hospital -en medio de una pandemia en la que la limpieza es clave- en el que no hay agua corriente todos los d¨ªas y solo funciona un ba?o por piso.
Tello dice que en el ¨¢rea de nefrolog¨ªa, la mitad de las enfermeras ha renunciado porque no tienen los equipos de protecci¨®n adecuados. Para la di¨¢lisis de este lunes solo hab¨ªa una para asistir a un grupo de pacientes en el delicado procedimiento en el que suelen descompensarse. La falta de personal tambi¨¦n afecta otros servicios. No quieren arriesgar su salud por un salario de cuatro d¨®lares, lo confirman las que todav¨ªa siguen batallando. ¡°Solo te dan la mascarilla N95, la careta y los lentes los compra cada quien¡±, dice una de las profesionales, de 34 a?os de edad, que tambi¨¦n resguarda su identidad por temor. ¡°Una compa?era que estaba hospitalizada por covid tuvo que colocarse ella misma sus tratamientos porque no hay personal. ?ramos 2.000 y ahora no hay m¨¢s de 100 trabajando¡±.
El Colegio de M¨¦dicos del Estado Zulia ha denunciado que 47 de sus miembros se han contagiado. En una semana fallecieron seis m¨¦dicos y una enfermera. Aunque el Gobierno no lo precisa, hay una gran cantidad de contagios entre el personal de salud, lo que da una idea de c¨®mo se ha expandido la enfermedad. ¡°La situaci¨®n es alarmante. Necesitamos ayuda humanitaria, no es posible que los m¨¦dicos est¨¦n trabajando sin protecci¨®n personal en el 90% de los hospitales y ambulatorios urbanos y rurales, apenas con una mascarilla¡±, ha denunciado Dianela Parra, presidenta de la asociaci¨®n gremial.
La enfermera del Universitario hace un mes estaba en el frente de batalla, cuando ingresaban cerca de 100 pacientes con s¨ªntomas cada d¨ªa. Un d¨ªa meti¨® las manos para reanimar a un paciente que estaba muriendo asfixiado. Sali¨® de circulaci¨®n por ser sospechosa y debi¨® entrar en aislamiento preventivo en un motel de la ciudad. Hace unas semanas, le toc¨® pasar unas horas en la emergencia por una crisis respiratoria por su condici¨®n de asm¨¢tica. Por fortuna, no se ha contagiado de covid-19 todav¨ªa. ¡°Estuve una noche en la emergencia. Un d¨ªa murieron 12 pacientes por covid y al otro diez. Un cuerpo tuvieron que ponerlo en el piso porque no hab¨ªa d¨®nde dejarlo¡±.
Las cifras oficiales, como ha pasado en otros pa¨ªses, parecen tener un enorme subregistro. En Maracaibo el Gobierno solo ha informado de 22 en tres meses de pandemia. Una de las causas, adem¨¢s del desborde de los casos, est¨¢ en lo que han insistido los epidemi¨®logos venezolanos desde el principio. El diagn¨®stico inicial se est¨¢ haciendo con pruebas r¨¢pidas, que tienen muy baja sensibilidad. Las pruebas por PCR, a casi cuatro meses de que se detect¨® el virus al pa¨ªs, se mantienen centralizadas en un solo laboratorio en Caracas. Las muestras viajan desde todo el pa¨ªs, de centros p¨²blicos y privados, a analizarse en Instituto Nacional de Higiene, controlado por el Ministerio de Salud.
La enfermera del Universitario tuvo que esperar por los resultados de la suya, por m¨¢s de dos semanas. Ante su insistencia, le dijeron que unos 300 resultados, entre ellos el suyo, estaban represados en los correos a la espera de t¨®ner para imprimirse. Cumplido el aislamiento preventivo dice que volver¨¢ al terreno. ¡°En mi familia me dicen que soy una inconsciente, que no pienso en mis hijos, pero yo tom¨¦ un compromiso, esto es lo que soy. No puedo ver una persona que se est¨¢ muriendo en lo m¨¢s precario y no hacer nada¡±.
Los m¨¦dicos zulianos se declararon en alerta roja el 21 de junio. El Gobierno, cuatro meses despu¨¦s de los primeros casos, comienza a habilitar m¨¢s hospitales y espacios para aumentar la capacidad. ¡°No hemos llegado al tope de la meseta, estamos en plena fase transmisi¨®n r¨¢pida¡±, advierte el neum¨®logo. ¡°A esto se suma el problema econ¨®mico y social de la desnutrici¨®n y pobreza, que ac¨¢ en Maracaibo es mucha. Si no sales a trabajar no vas a comer, eso est¨¢ obligando a la gente a no cumplir las normas de confinamiento¡±.
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