Trump agita la guerra cultural ante el deterioro de su presidencia
Erosionado por la crisis y a cuatro meses de las elecciones, el presidente contra alerta la "revoluci¨®n cultural de la izquierda" en un sombr¨ªo discurso desde el monte Rushmore en la v¨ªspera del 4 de julio
Donald Trump lanz¨® este viernes por la noche, v¨ªspera del 4 de julio, un discurso divisivo en el que acus¨® a la ¡°extrema izquierda estadounidense¡± de haberse convertido en un ¡°nuevo fascismo¡± que atenta contra los valores de Estados Unidos. En un momento cr¨ªtico para la naci¨®n, con la peor pandemia en un siglo, una grave crisis econ¨®mica y grandes movilizaciones contra el racismo, el presidente aprovech¨® un acto multitudinario en el Monte Rushmore (Dakota del Sur), el famoso parque nacional que acoge las efigies de presidentes talladas en las rocas, para azuzar a sus bases agitando la idea una guerra cultural.
¡°En nuestras escuelas, nuestras redacciones, hasta en nuestros consejos de administraci¨®n hay un nuevo fascismo de extrema izquierda que pide lealtad absoluta. Si no hablas su idioma, no practicas sus rituales, recitas sus mantras y sigues sus mandamientos, ser¨¢s censurado, perseguido y castigado¡±, dijo el republicano ante un p¨²blico entregado, que le interrump¨ªa de cuando en cuando al grito de ¡°USA, USA, USA¡±.
Trump ha llegado a las celebraciones del D¨ªa de la Independencia americana en un momento muy delicado de su presidencia. El fracaso en el control de la covid-19 y las tensiones sociales han puesto en cuesti¨®n su liderazgo y su capacidad de gesti¨®n a tan solo cuatro meses de las elecciones. En el movimiento de protestas contra algunos monumentos y s¨ªmbolos, con todo, ha encontrado una veta nacionalista de la que tirar y hacia donde redirigir la atenci¨®n. Este viernes, en medio de un grave repunte del coronavirus y con casi 130.000 muertos a la espalda, apenas mencion¨® la pandemia y centr¨® la mayor parte del discurso en la simbolog¨ªa.
Trump atac¨® a las ¡°turbas enfadadas que intentan tirar abajo las estatuas de los fundadores¡±, en referencia a las ¨²ltimas movilizaciones contra las estatuas que homenajean a figuras del pasado supremacista o colonial, y alert¨® contra ¡°la revoluci¨®n cultural de la izquierda dise?ada para derrocar la revoluci¨®n estadounidense¡±.
La velada ya hab¨ªa comenzado envenenada, pol¨¦mica por partida doble, pues el lugar escogido recuerda un agravio para los indios americanos y el acontecimiento incumpli¨® las normas b¨¢sicas de prevenci¨®n ante el rebrote de la pandemia. Cuando tom¨® el micr¨®fono, Trump se aferr¨® a la bandera. Y lo hizo en el mejor escenario posible, ese monte Rushmore imponente con los rostros de los padres fundadores que hoy por hoy tambi¨¦n se ve con otros ojos. Se levant¨® en tierras arrebatadas a los sioux para homenajear a George Washington, Thomas Jefferson, Abraham Lincoln y de Theodore Roosevelt, figuras frente a las que los nativos americanos, por distintos motivos, sienten agraviados.
La cr¨ªtica viene de antiguo -el Supremo reconoci¨® una indemnizaci¨®n a la tribu en 1980 que nunca se cobr¨® pues reclamaban la recuperaci¨®n de las tierras-, pero en este momento de revisi¨®n nacional hacia el pasado ha cobrado tracci¨®n. Y Trump se ha subido a esa ola con decisi¨®n. "Este monumento nunca ser¨¢ profanado. Estos h¨¦roes nunca ser¨¢n desfigurados. Su legado nunca, nunca ser¨¢ destruido", recalc¨® Trump durante su discurso.
Unas horas antes, un centenar de manifestantes, nativos americanos en su mayor¨ªa, cort¨® una de las carreteras que llevan al parque en se?al de protesta, seg¨²n Associated Press. La celebraci¨®n multitudinaria hab¨ªa despertado cr¨ªticas desde hace d¨ªas pues no se podr¨ªa cumplir con de seguridad requerida por las autoridades para prevenir los contagios y no se exigi¨® el uso de mascarillas. A juzgar por las im¨¢genes de televisi¨®n, estas brillaron por su ausencia, al igual que en el mitin que el presidente celebr¨® en Tulsa (Oklahoma) hace dos semanas.
La pandemia, el racismo y la crisis econ¨®mica exist¨ªan el viernes en el Monte Rushmore. Durante esa hora que dur¨® la intervenci¨®n de Trump, el principal riesgo que afrontaba el pueblo americano era el derrumbe de sus estatuas, la cruzada de la izquierda contra su identidad. En esta l¨ªnea, anunci¨® la construcci¨®n de m¨¢s estatuas, la creaci¨®n de ¡°un nuevo monumento a los gigantes¡± del pasado que se llamar¨¢ el ¡°Jard¨ªn Nacional de H¨¦roes Estadounidenses¡±.
El mandatario pas¨® de puntillas por el coronavirus e insisti¨® en la fortaleza estadounidense. ¡°Diremos la verdad tal como es, sin disculparnos: Estados Unidos de Am¨¦rica es el pa¨ªs m¨¢s justo y excepcional que haya existido en la Tierra¡±, se arranc¨® en un momento de la intervenci¨®n.
Pero ese no es el ¨¢nimo que hoy tienen los estadounidenses. Seg¨²n una reciente encuesta del Pew Research, el 71% de los estadounidenses est¨¢n enfadado con la situaci¨®n del pa¨ªs y 66% siente algo peor, siente miedo. Tras el discurso, hubo unos espectaculares fuegos artificiales que, sobre las efigies, crearon una imagen espectacular. Este s¨¢bado, Trump pasar¨¢ el 4 de julio en Washington, donde pronunciar¨¢ otro discurso, como hizo el a?o pasado. Tambi¨¦n se espera pirotecnia, en sentido literal y figurado.
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