El abogado-estrella al frente de la justicia francesa
?ric Dupond-Moretti, el nuevo ministro, pol¨¦mico y provocador, rompe la uniformidad del Gobierno de Macron
?ric Dupond-Moretti, el abogado m¨¢s c¨¦lebre de Francia y desde el lunes ministro de Justicia del presidente Emmanuel Macron, ha recibido a lo largo de su carrera varios apodos. Uno es El ogro del norte, y hace referencia a su aspecto f¨ªsico, sus modos bruscos y su origen en la regi¨®n industrial fronteriza con B¨¦lgica. El otro es Acquittator, juego de palabras con la pel¨ªcula Terminator y la palabra absoluci¨®n (acquittement) en franc¨¦s, pues Dupont-Moretti ha obtenido 145 absoluciones en una carrera de 36 a?os, un r¨¦cord.
Los apodos resumen al personaje: un estilo marrullero que le ha creado innumerables enemigos pero tambi¨¦n le ha convertido en un hombre popular, y un talento en los tribunales que le ha transformado en una leyenda viva del derecho penal. Su nombramiento es la mayor sorpresa del Gobierno del nuevo primer ministro, Jean Castex. La inc¨®gnita es si ser¨¢ capaz de mantener la disciplina gubernamental alguien que desde hace d¨¦cadas es el jefe de s¨ª mismo y no responde m¨¢s que ante sus clientes, un polemista medi¨¢tico que se regodea en la provocaci¨®n, el cr¨ªtico con #meToo que reclama el derecho a silbar a las mujeres en la calle, el comentarista que ha llegado a defender la ilegalizaci¨®n del partido de extrema derecha Frente Nacional, el letrado que ha acusado a los jueces de constituir una ¡°casta¡± y ha exigido el cierre de la Escuela Nacional de la Magistratura.
¡°Cuando uno es un abogado penalista libre, sus palabras no son las mismas que cuando representa al Estado¡±, se ha justificado este mi¨¦rcoles en su debut ante la Asamblea Nacional, entre abucheos de la oposici¨®n y aplausos de la mayor¨ªa. ¡±Ya me juzgar¨¢n sobre lo que haya hecho, cuando lo haya hecho¡±, ha a?adido.
La justicia fue siempre algo visceral para este proletario del norte, de 59 a?os, que en los primeros a?os de carrera se pate¨® Francia entera de tribunal en tribunal, asumiendo casos perdidos, y as¨ª se hizo un nombre. ?l mismo, a?os despu¨¦s, recrear¨ªa en sus libros o en su obra de teatro esta mitolog¨ªa del defensor de los perdedores, el orador explosivo que electrizaba al p¨²blico y persuad¨ªa a los jurados antes de emprender la ruta hacia otros casos en otras ciudades de provincias.
El padre de Dupont-Moretti muri¨® de un c¨¢ncer cuando ten¨ªa 4 a?os; su madre, inmigrante italiana, trabajaba como limpiadora. ?l estudi¨® derecho inspirado por la muerte nunca investigada de su propio abuelo junto a la v¨ªa del tren.
Francia es un pa¨ªs de abogados-estrellas, desde Jacques Verg¨¨s, defensor entre otros del nazi Klaus Barbie, a Robert Badinter, que tambi¨¦n fue ministro de Justicia y aboli¨® la pena de muerte. ¡°En Francia, hay mucho inter¨¦s en el arte oratorio judicial, una sensibilidad hacia esta elocuencia. Y los abogados penales siempre han disfrutado de cierta notoriedad. Pero Dupond-Moretti es el primero que disfruta de tanta notoriedad: es conocido en todos los hogares¡±, explica Christian Saint-Palais, presidente de la Asociaci¨®n de Abogados Penalistas. ¡°Es un muchacho de origen social popular, muy inteligente, cultivado: sabe hablar a todas las capas de la sociedad y esta es su fuerza ante el tribunal¡±, a?ade.
Dupond-Moretti salt¨® a la fama nacional con el llamado caso Outreau, a principios de la primera d¨¦cada del siglo, un esc¨¢ndalo judicial en el que 13 acusados de participar en una red de pedofilia acabaron absueltos. En los ¨²ltimos a?os se ha dedicado a casos medi¨¢ticos y clientes poderosos, como Mohamed VI de Marruecos, el futbolista del Real Madrid Karim Benzema o el hermano del yihadista Mohammed Merah.
El riesgo del nombramiento es que Dupond-Moretti sea una fuente de problemas para un presidente acostumbrado a que los ministros no se aparten ni un mil¨ªmetro de la l¨ªnea oficial. Pero tambi¨¦n puede ser una ventaja: una personalidad distinta que rompa la uniformidad del poder, una figura popular, incluso populista, en mundo de tecn¨®cratas. ?l, el muchacho de provincias que definitivamente ha conquistado Par¨ªs, el proletario que, en sus propias palabras, se ha aburguesado, parece que no acabe de cre¨¦rselo. ¡°Para m¨ª¡±, ha reconocido esta semana, ¡°este es un momento vertiginoso¡±.
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