El Supremo de EE UU autoriza las primeras ejecuciones federales en 17 a?os

El Departamento de Justicia de la era de Donald Trump realiz¨® este martes la primera ejecuci¨®n federal en 17 a?os. El Tribunal Supremo autoriz¨® en la madrugada cuatro ejecuciones federales, aplazadas por una intensa batalla legal. Entre ellas, la de Daniel Lewis Lee, de 47 a?os. Y apenas unas horas despu¨¦s de la decisi¨®n de la sala, a las 8.07, lo declararon muerto tras recibir una inyecci¨®n letal. ¡°Comet¨ª muchos errores en mi vida, pero no soy un asesino¡±, dijo el recluso en su declaraci¨®n final. ¡°Est¨¢s matando a un hombre inocente¡±, agreg¨®. Lee fue condenado en 1999 por la muerte de tres integrantes de una familia de Indiana, incluida una ni?a de ocho a?os. Los familiares de las v¨ªctimas reclamaron que el asesino recibiera la cadena perpetua, no la ejecuci¨®n.

En 2014, el entonces presidente Barack Obama inici¨® una revisi¨®n de los protocolos de aplicaci¨®n de la inyecci¨®n letal. El pasado julio el fiscal general, William Barr, sostuvo que se hab¨ªa completado la revisi¨®n y retom¨® las ejecuciones en casos que hab¨ªan sido llevados por la justicia federal y no por la v¨ªa estatal, la m¨¢s com¨²n para estos procesos. Barr orden¨® a la Oficina de Prisiones aplicar la pena capital a cinco presos condenados. Cuatro de ellos desafiaron en los tribunales los nuevos protocolos de ejecuci¨®n presentados entonces por la Administraci¨®n de Trump: una inyecci¨®n letal utilizando una ¨²nica droga, el pol¨¦mico pentobarbital. Es la misma sustancia que se utiliza en las ejecuciones en Texas, Georgia y Misuri, aunque no en todos los Estados. ¡°[Estas ejecuciones] Se deben a las v¨ªctimas de los horribles cr¨ªmenes y a las familias que quedan atr¨¢s¡±, ha defendido Barr.

La ejecuci¨®n de Lee estaba prevista para el lunes a las 16.00. Pero se bloque¨® despu¨¦s de que una juez de distrito alegara que el protocolo de la inyecci¨®n letal que se pretende aplicar a tres reclusos -incluido Lee- viola la octava enmienda de la Constituci¨®n, que establece que no se puede someter a los presos a ¡°castigos crueles o inusuales¡±. El Departamento de Justicia apel¨® la decisi¨®n judicial y este martes el Tribunal Supremo fall¨® con cinco votos a favor (de los conservadores) y cuatro en contra para que se puedan realizar estas ejecuciones.

Los jueces argumentaron que el a?o pasado confirmaron el uso de la droga pentobarbital para ejecuciones, adem¨¢s de que se ha utilizado m¨¢s de 100 veces ¡°sin incidentes¡±. Tambi¨¦n apuntaron que los prisioneros en el corredor de la muerte ¡°no hab¨ªan presentado el recurso requerido que justifique una intervenci¨®n de ¨²ltimo minuto¡± que las paralizara. Dos jueces progresistas, Stephen G. Breyer y Ruth Bader Ginsburg, dijeron que lo que deber¨ªa hacer el tribunal es examinar si la pena de muerte en s¨ª misma es inconstitucional.

Lee y Chevie Kehoe eran parte de un grupo supremacista que quer¨ªa formar una comunidad exclusivamente blanca. En 1996 viajaron a Arkansas, donde robaron y asesinaron a William Mueller, un vendedor de armas, a su esposa, Nancy Mueller, y a su hija, Sarah Powell. Los inmovilizaron con pistolas el¨¦ctricas, les colocaron bolsas de pl¨¢stico en la cabeza para asfixiarlos y los arrojaron a un pantano, seg¨²n los registros judiciales. Kehoe, considerado el l¨ªder, fue condenado a cadena perpetua. Tres familiares de las v¨ªctimas quer¨ªan el mismo castigo para Lee. Earlene Peterson, madre de Nancy Mueller, dijo en una entrevista a CNN que no quer¨ªa que la ejecuci¨®n se hiciese en su nombre.

Los familiares de las v¨ªctimas de Lee y Kehoe batallaron para anular la ejecuci¨®n o al menos posponerla debido a la pandemia del coronavirus. Dec¨ªan que se sent¨ªan obligados a ir, pero que no quer¨ªan elegir entre quedarse en casa y poner sus vidas en riesgo visitando una prisi¨®n federal. ¡°Ninguna otra familia deber¨ªa tomar esta decisi¨®n... las familias de las v¨ªctimas no deber¨ªan ser puestas en una posici¨®n en la que tengan que arriesgar sus vidas o renunciar a su derecho¡± como testigo, defendi¨® Monica Veillette, sobrina del matrimonio asesinado, en The New York Times. Finalmente, decidieron no viajar a Indiana tras sopesar que el riesgo para su salud era demasiado alto.