75 a?os despu¨¦s de la primera bomba at¨®mica, Hiroshima advierte contra el ¡°nacionalismo egoc¨¦ntrico¡±
La ceremonia de conmemoraci¨®n del aniversario se ha desarrollado bajo las limitaciones impuestas por la lucha contra la pandemia
Hace un siglo, una pandemia se hab¨ªa declarado en el mundo. En plena guerra mundial, los pa¨ªses no colaboraron para combatir aquella gripe. Veinte a?os m¨¢s tarde, el nacionalismo que esa situaci¨®n cre¨® acab¨® provocando una guerra mundial a¨²n peor y el uso de las bombas at¨®micas. Este jueves, en la conmemoraci¨®n del 75 aniversario del lanzamiento de la primera, en Hiroshima el 6 de agosto de 1945, el alcalde de esta ciudad japonesa, Kazumi Matsui, ha lanzado una solemne advertencia contra el aumento del ¡°nacionalismo egoc¨¦ntrico¡± y ha pedido mayor cooperaci¨®n internacional contra la covid-19.
La pandemia ha sido este a?o el invitado menos bienvenido y m¨¢s presente en la ceremonia en recuerdo de aquel desastre, que junto con la bomba contra Nagasaki tres d¨ªas m¨¢s tarde se acabar¨ªa cobrando hasta el d¨ªa de hoy m¨¢s de 300.000 vidas, y dejar¨ªa rotas las de centenares de miles m¨¢s. Con las fronteras nacionales cerradas casi por completo y los casos en ascenso en Jap¨®n, el homenaje anual a las v¨ªctimas en el parque memorial cerca del hipocentro de la explosi¨®n es este a?o m¨¢s reducido, en tiempo y en participantes, que en otras ocasiones.
A las 8.15 exactamente, el momento preciso en que la primera bomba at¨®mica cay¨® sobre Hiroshima hace tres cuartos de siglo, una campana marc¨® el comienzo de un minuto de silencio. A las 8.16, en una breve alocuci¨®n retransmitida en directo por la televisi¨®n nipona, Matsui renov¨® la Declaraci¨®n por la Paz anual de Hiroshima y el llamamiento a que Jap¨®n, como ¨²nico pa¨ªs que ha sufrido bombardeos at¨®micos, firme el tratado de la ONU de 2017 para abolir el armamento nuclear.
Este a?o, la alocuci¨®n del alcalde traz¨® un v¨ªvido paralelismo entre la situaci¨®n que se viv¨ªa hace un siglo y la pandemia actual, para dejar claros los riesgos que se corren si no se act¨²a. ¡°Cuando la pandemia de gripe de 1918 atac¨® (¡) se cobr¨® decenas de millones de vidas y aterroriz¨® al mundo porque los pa¨ªses que combat¨ªan en la Primera Guerra Mundial fueron incapaces de combatir la amenaza conjuntamente¡±, apunt¨® Matsui. ¡°Una oleada subsecuente de nacionalismo llev¨® a la Segunda Guerra Mundial y las bombas at¨®micas¡±.
¡°Con lo que hemos aprendido de las tragedias del pasado deber¨ªamos poder superar esta amenaza¡±, indic¨®, en referencia a la covid-19. ¡°No debemos dejar que ese doloroso pasado se repita -subray¨®-. La sociedad civil debe rechazar el nacionalismo egoc¨¦ntrico y unirse ante las amenazas de todo tipo¡±.
Frente a ¨¦l, en el c¨¦sped de los jardines, se encontraba una audiencia protegida con mascarilla y guardando una estricta distancia de seguridad. Los 880 asistentes -supervivientes de la bomba, diplom¨¢ticos, representantes de la sociedad civil-, encabezados por el primer ministro, Shinzo Abe, eran apenas una peque?a parte de las decenas de miles que cada a?o participan en la conmemoraci¨®n.
Las precauciones ante el coronavirus han obligado a cancelar la suelta tradicional de palomas blancas, en s¨ªmbolo de conciliaci¨®n, en la clausura de la ceremonia. Tampoco tendr¨¢ lugar en la noche el acto p¨²blico para hacer flotar farolillos en los r¨ªos de Hiroshima, en recuerdo de los que fallecieron en los bombardeos. S¨ª se colocar¨¢n algunas docenas de farolillos con mensajes de paz.
La covid-19 estaba presente en las mentes de muchos hibakusha (como se conoce en japon¨¦s a los supervivientes de las bombas at¨®micas). Algunos encuentran paralelos entre la pandemia y las consecuencias de aquellos ataques. ¡°Me recuerda el miedo a la radiaci¨®n que ten¨ªamos despu¨¦s de la bomba¡±, explicaba recientemente la superviviente Keiko Ogura, de 83 a?os, en videoconferencia.
¡°El virus es un enemigo formidable, que no se puede ver, que puede causar muertes repentinas, como aquella bomba, y seguimos sin tener panacea contra ¨¦l. Hace 70 a?os, la gente mor¨ªa como resultado de la radiaci¨®n, gente sin heridas visibles ca¨ªa muerta de repente. ¡®?Por qu¨¦ no tenemos medicinas para tratarlo?¡¯, le pregunt¨¢bamos entonces a los m¨¦dicos. La del coronavirus es una situaci¨®n muy parecida¡ nadie puede escapar a sus efectos¡±, agregaba Ogura, que como el alcalde Matsui considera que la ¨²nica soluci¨®n posible, tanto contra el coronavirus como contra las armas nucleares, es la colaboraci¨®n internacional.
Como otros hibakusha, Ogura considera ¡°muy irritante¡± que Jap¨®n no haya suscrito el tratado de la ONU de 2017 contra las armas nucleares, e insta al primer ministro a firmarlo.
Pero en su intervenci¨®n en la ceremonia de este jueves, y como ha sido habitual desde aquel a?o, Abe no hizo menci¨®n alguna a ese acuerdo, que no ha sido suscrito por ninguna potencia nuclear y a¨²n requiere la firma de diez pa¨ªses m¨¢s para entrar en vigor. S¨ª reiter¨®, como ha hecho cada a?o, el compromiso de su pa¨ªs a lograr en el futuro ¡°un mundo sin armas nucleares y en paz¡±.
Jap¨®n, que se encuentra bajo la protecci¨®n del paraguas nuclear estadounidense, considera que a¨²n no se dan las circunstancias para firmar un acuerdo que proh¨ªbe a sus participantes el desarrollo, la prueba, la producci¨®n, almacenamiento, compra o posesi¨®n de armamento nuclear. El Gobierno de Abe se ofrece, mientras tanto, a actuar como puente entre los pa¨ªses nucleares y los libres de estas armas.
Pero para los hibakusha, el tiempo apremia y los ¨²ltimos acontecimientos en el terreno nuclear son preocupantes. Corea del Norte contin¨²a adelante con su programa de armamento, Estados Unidos ha anunciado su salida del tratado sobre fuerzas nucleares de rango intermedio (INF) y hay temores a que no se renueve el Nuevo START, el tratado de reducci¨®n de armas estrat¨¦gicas entre Washington y Mosc¨², que expira en febrero pr¨®ximo.
¡°Si somos complacientes podemos caer en este camino hacia una guerra nuclear¡±, advert¨ªa Ogura. ¡°Es muy parecido al miedo a una segunda o tercera ola de covid-19. Siento la misma sensaci¨®n de crisis¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.