Jair Bolsonaro se entrega al culto a la cloroquina
El presidente de Brasil, que combina discursos autoritarios y negacionistas, recomienda medicamentos sin eficacia comprobada mientras el pa¨ªs supera las 100.000 muertes por la covid-19
El presidente Jair Bolsonaro mantuvo su estilo seco al hablar sobre la inminencia de las 100.000 vidas perdidas por la pandemia del coronavirus en Brasil. En la presentaci¨®n que cada semana hace en vivo por redes sociales, intent¨® distanciarse de cualquier responsabilidad. ¡°La gente lamenta todas las muertes. Ya estamos llegando al n¨²mero de 100.000, tal vez hoy¡±, dijo el jueves, cuando oficialmente los fallecimientos sumaban 98.493. ¡°Vamos adelante con la vida, con buscar una manera de escapar de este problema¡±.
Despu¨¦s de un a?o y siete meses de Gobierno, Bolsonaro conserva el estilo de quien ignora a sus adversarios, y se mantiene enfocado en su personaje de campa?a electoral permanente. Desde que se registr¨® el primer caso en Brasil, en febrero, el mandatario ha combinado discursos autoritarios y negacionistas con contados momentos de serenidad. Su principal objetivo ha sido sacarse de encima la responsabilidad de la crisis y trasladarla a los gobernadores, alcaldes y otras instituciones, como el Supremo Tribunal Federal. Adem¨¢s, tensa constantemente la cuerda con los otros poderes, recomienda medicamentos que no tienen eficacia comprobada para combatir la enfermedad ¡ªla cloroquina¡ª, se burla del distanciamiento social y se aprovecha de la aprobaci¨®n que goza entre los m¨¢s pobres gracias a la ayuda de emergencia de 600 reales (112 d¨®lares) que aprob¨® el Congreso.
El presidente ha presenciado incluso c¨®mo enfermaba su propio entorno. El Palacio de Planalto ha pasado a apodarse covidario. De los 3.400 funcionarios que trabajan en la sede presidencial, 178 ten¨ªan la covid-19 hasta el 31 de julio pasado. De los 23 ministros de Bolsonaro, ocho han informado que se hab¨ªan contagiado. Los m¨¢s recientes han sido Jorge Oliveira (Secretar¨ªa General) y Walter Braga Netto (Casa Civil). Todos enfermaron despu¨¦s de Bolsonaro, quien dio positivo en la prueba del virus el pasado 7 de julio. La primera dama, Michelle Bolsonaro, tambi¨¦n enferm¨®. Si fuera un pa¨ªs, la sede presidencial tendr¨ªa una tasa de 5.235 contaminados por cada 100.000 habitantes. La tasa de Brasil es de 129.
¡°Durante este proceso, el presidente no ha tenido el inter¨¦s o la capacidad de asumir que se equivoc¨® con este negacionismo constante, y ha tenido que construir la narrativa pol¨ªtica de que las instituciones le han impedido actuar¡±, dice el polit¨®logo y abogado Valdir Pucci, director de la Facultad Republicana. Bolsonaro enfrenta denuncias ante la Corte Penal Internacional de La Haya y en el Tribunal Supremo de Brasil. Tambi¨¦n tiene al menos 40 solicitudes de impeachment por su estrategia frente a la covid-19. Ni siquiera haberse contagiado de coronavirus hizo que el presidente moderara el tono de sus discursos radicales.
En solo una ocasi¨®n desde que anunci¨® que se hab¨ªa curado, el 25 de julio, Bolsonaro les dijo a sus simpatizantes que deb¨ªan mantener la distancia de seguridad y llevar mascarilla. Sin embargo, d¨ªas despu¨¦s particip¨® en aglomeraciones. En la ciudad de Bag¨¦, en el Estado de R¨ªo Grande del Sur, dispar¨® otra de sus pol¨¦micas frases. Cuando se le pregunt¨® si hab¨ªa contra¨ªdo la enfermedad porque se hab¨ªa descuidado, dijo: ¡°Nunca me he descuidado. Sab¨ªa que alg¨²n d¨ªa la pillar¨ªa. Desafortunadamente, creo que casi todos la pillar¨¢n alg¨²n d¨ªa. ?De qu¨¦ tienen miedo? Enfr¨¦ntenlo¡±.
Las frases de Bolsonaro para minimizar la enfermedad han sido noticia en todo el mundo: ¡°No soy sepulturero¡±, apunt¨® en abril, cuando el pa¨ªs contabilizaba m¨¢s de 2.000 muertos; ¡°?Y qu¨¦?¡±, dijo cuando el pa¨ªs super¨® los 5.000 muertos a finales de ese mismo mes; y la famosa ¡°es solo una gripecita¡±, un mes antes. El presidente ha quedado atrapado en la narrativa del enfrentamiento y probablemente permanecer¨¢ as¨ª hasta el final de su mandato, no solo por la pandemia.
¡°La estrategia pol¨ªtica de Bolsonaro incluye la idea de estar en campa?a electoral permanentemente. Forma parte del ADN del bolsonarismo. Principalmente, para tener cada vez m¨¢s cerca a sus fervientes seguidores¡±, dice el polit¨®logo Leandro Consentino, profesor del Insper, una instituci¨®n de ense?anza universitaria e investigaci¨®n. ¡°Bolsonaro pone a prueba los l¨ªmites de las instituciones y de la sociedad civil¡±, se?ala el historiador Odilon Caldeira, profesor de la Universidad Federal de Juiz de Fora. ¡°Cuando empez¨® a radicalizarse, intent¨® buscar un proceso de naturalizaci¨®n de su discurso¡±, completa. En esa cruzada, puso al general Henrique Pazuello temporalmente al mando del ministerio de Salud, tras mantener un pulso con los dos ministros anteriores, ambos m¨¦dicos, que dejaron el cargo por no estar de acuerdo con los protocolos que recomendaban la hidroxicloroquina para tratar la covid-19, como quer¨ªa Bolsonaro.
Un militar en Sanidad
El mandato de Pazuello, que deb¨ªa ser provisional, est¨¢ cerca de cumplir tres meses. Tiempo suficiente para acomodar las demandas del presidente, como respaldar la cloroquina, incluso sin evidencias cient¨ªficas. En sus apariciones p¨²blicas, Bolsonaro no pierde oportunidad de mostrar una caja del medicamento a sus seguidores o, incluso, a los ?and¨²es que viven en el Palacio de la Alvorada, su residencia. Tambi¨¦n incentiva el uso del desparasitante Ivermectina, otro medicamento del que no hay pruebas de que sea eficaz contra la covid-19. Mientras invierte tiempo en esta propaganda sui generis, Bolsonaro ha bajado la guardia en un campo sensible para los bolsonaristas radicales.
Para conseguir aliados en el Congreso Nacional durante la pandemia, el presidente ha flirteado con el Centr?o, un conjunto de partidos pol¨ªticos sin una ideolog¨ªa espec¨ªfica que tienen como objetivo estar cerca del Ejecutivo para conseguir favores. Comenz¨® a llenar el segundo y tercer nivel del Gobierno con pol¨ªticos recomendados por ese grupo con dos objetivos: primero, impedir que prospere cualquiera de las m¨¢s de 40 solicitudes de impeachment que se han presentado en el Legislativo; segundo, intentar preparar el terreno para la elecci¨®n de la Mesa de la C¨¢mara baja, que definir¨¢ c¨®mo ser¨¢ la segunda mitad del mandato de Bolsonaro.
A pesar de estar distribuyendo cargos, Bolsonaro no lo ha tenido f¨¢cil en el Legislativo. Su base de apoyo a¨²n no est¨¢ organizada. La prueba es que se est¨¢n analizando 43 vetos presidenciales ¡ªque se producen cuando un gobernante no est¨¢ de acuerdo con lo que aprueban los congresistas¡ª, 19 de los cuales corresponden a leyes o extractos de leyes destinadas a combatir la crisis sanitaria causada por el coronavirus.
Bolsonaro vet¨®, por ejemplo, que las madres que cr¨ªan solas a sus hijos pudieran recibir el doble del valor de la ayuda de emergencia. Tambi¨¦n vet¨® que se suspendiera, mientras durara el estado de emergencia p¨²blica, la inclusi¨®n de empresas deudoras en las bases de datos que se utilizan como par¨¢metro para conceder cr¨¦ditos. Los que siguen la rutina diaria del Congreso tienen la sensaci¨®n de que al presidente le preocupa m¨¢s reforzarse ante la distante campa?a electoral de 2022 que mitigar los efectos de pandemia.
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