Muere el obispo Casald¨¢liga, referencia en la lucha por los derechos humanos y contra la dictadura brasile?a
El 'obispo del pueblo', de 92 a?os, viv¨ªa en Brasil desde 1968 y trabajaba por los derechos de los campesinos sin tierra y los ind¨ªgenas
Para sus admiradores era el obispo del pueblo. Para sus enemigos, el obispo rojo. Nadie se quedaba indiferente ante la figura de Pedro Casald¨¢liga, el obispo em¨¦rito de la di¨®cesis cat¨®lica de S?o F¨¦lix do Araguaia, en el Estado de Mato Grosso, donde dedic¨® su vida en la lucha por los derechos de los pueblos campesinos e ind¨ªgenas de la Amazon¨ªa brasile?a. El l¨ªder religioso ha muerto este s¨¢bado, 8 de agosto, tras haber sido hospitalizado por problemas respiratorios. Ten¨ªa 92 a?os y sufr¨ªa de Parkinson desde hace unos a?os, por lo cual viv¨ªa recluido. Sus apariciones p¨²blicas eran cada vez m¨¢s raras debido a las crecientes dificultades en hablar y en la coordinaci¨®n motora. ¡°Lamentamos profundamente tener que informarles que Pedro Casald¨¢liga ha fallecido hoy a la edad de 92 a?os¡±, dice el mensaje publicado en la p¨¢gina web de las asociaciones Araguaia con el Obispo Casald¨¢liga y ANSA.
Hijo de campesinos de la localidad catalana de Balsareny, claretiano y ordenado sacerdote en 1952 en Espa?a, Pere Casald¨¤liga (su nombre en catal¨¢n) lleg¨® a Brasil como misionero en 1968. Hu¨ªa entonces de la Espa?a franquista, pero aterriz¨® en un pa¨ªs que empezaba a vivir los a?os m¨¢s duros de su dictadura militar (1964-1985). Se instal¨® en S?o F¨¦lix do Araguaia, donde en 1971 fue nombrado el primer obispo de la di¨®cesis local. Su primera carta pastoral, Una iglesia amaz¨®nica en conflicto con el latifundio y la marginaci¨®n social, establecer¨ªa el tono de su trabajo en las d¨¦cadas siguientes.
Casald¨¢liga siempre defendi¨® que la Iglesia cat¨®lica tuviera un fuerte papel social, convirti¨¦ndose en uno de los iconos de la Teolog¨ªa de la Liberaci¨®n. Su casa ¡ª peque?a, rural y pobre¡ª era la sede de su di¨®cesis. Tampoco vest¨ªa la tradicional sotana usada por los sacerdotes. Prefer¨ªa los pantalones vaqueros y las chanclas, como el pueblo. Con ese estilo espartano, se enfrent¨® con la dictadura militar y tambi¨¦n con el sector m¨¢s conservador de la Iglesia cat¨®lica. Nunca volvi¨® a su tierra natal. Tem¨ªa que los militares brasile?os le detuvieran en su regreso al pa¨ªs que hab¨ªa elegido como suyo.
En Brasil dedic¨® su vida a los m¨¢s pobres y vulnerables, sobre todo los campesinos sin tierra y los pueblos ind¨ªgenas que habitan la Amazon¨ªa. Los poderosos terratenientes locales le amenazaron de muerte en numerosas ocasiones. En octubre de 1976, despu¨¦s de un encuentro de l¨ªderes locales y religiosos involucrados en la lucha ind¨ªgena, sufri¨® un atentado que result¨® en el asesinato del sacerdote Jo?o Bosco Burnier. Casald¨¢liga estaba a su lado.
Pero ni la persecuci¨®n de la dictadura ni el enfado del Vaticano, sobre todo a partir del papado de Juan Pablo II (1978-2005), le desanimaron a impulsar decenas de movimientos sociales en Latinoam¨¦rica. Casald¨¢liga es uno de los fundadores del Consejo Indigenista Misionero (CIMI) y de la Comisi¨®n Pastoral de la Tierra (CPT), dos de las m¨¢s importantes entidades religiosas en Brasil. Ambas organizaciones jugaron un papel importante en la transici¨®n democr¨¢tica y en la elaboraci¨®n de la Constituci¨®n de 1988. La Carta Magna es considerada un hito de los derechos sociales e ind¨ªgenas en el pa¨ªs.
Los conflictos con los sectores m¨¢s poderosos no terminaron con el fin del r¨¦gimen militar. Todo lo contrario. Algunos se han prolongado hasta los ¨²ltimos a?os. En 2012, cuando ten¨ªa 84 a?os y ya se encontraba enfermo de Parkinson, el prelado se vio obligado a dejar su casa en S?o F¨¦lix do Araguaia tras haber recibido amenazas de muerte por su defensa de los ind¨ªgenas. Las autoridades brasile?as lo trasladaron a un lugar desconocido durante meses ante las amenazas de los colonos que ocupaban ilegalmente las tierras de los Xavante. Los tribunales brasile?os estaban a punto de dar la raz¨®n al colectivo ind¨ªgena en el contencioso que manten¨ªan con los invasores, que a su vez incrementaron la violencia en la regi¨®n.
Casald¨¢liga tambi¨¦n pas¨® por cinco procesos de expulsi¨®n de la Iglesia. Nunca lo nombraron cardenal. En 2003, tras cumplir los 75 a?os, edad en la que los obispos deben poner la di¨®cesis a disposici¨®n del Papa, ret¨® a la instituci¨®n religiosa una vez m¨¢s. El Vaticano le relev¨® de inmediato e inici¨® la b¨²squeda de un sucesor, exigiendo que el prelado abandonase la ciudad de S?o Felix antes de la llegada del nuevo obispo. ¡°Si el obispo que me suceda desea seguir nuestro trabajo de entrega a los m¨¢s pobres podr¨ªa quedarme con ¨¦l como sacerdote; de lo contrario buscar¨¦ otro lugar donde poder acabar mis d¨ªas al lado de los m¨¢s olvidados¡±, insisti¨® entonces.
Casald¨¢liga sigui¨® con su trabajo hasta enero de 2005, cuando Roma volvi¨® a manifestarse. Finalmente hab¨ªan conseguido un obispo para la di¨®cesis. Una vez m¨¢s se exigi¨® que Casald¨¢liga abandonase la regi¨®n. Y una vez m¨¢s el prelado se neg¨®. Se qued¨® trabajando, con su reemplazo y luego con el siguiente.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.