El primer ministro de L¨ªbano anuncia la dimisi¨®n del Gobierno tras la cat¨¢strofe de Beirut
Hassan Diab comunica en un discurso a la naci¨®n la renuncia, que allana el camino a la celebraci¨®n de elecciones anticipadas
El primer ministro del L¨ªbano, Hassan Diab, ha anunciado la dimisi¨®n en bloque de su Gobierno. ¡°Hoy damos un paso atr¨¢s para estar al lado del pueblo¡±, ha dicho en un discurso dirigido a la naci¨®n a las 19.30 hora local (18.30 en la Espa?a peninsular). La renuncia se produce en medio de la creciente indignaci¨®n popular contra la ¨¦lite pol¨ªtica libanesa tras la colosal explosi¨®n de un almac¨¦n con 2.750 toneladas de nitrato de amonio que sacudi¨® el puerto de Beirut el pasado martes y ha causado 164 muertos, m¨¢s de 6.000 heridos y expulsado a m¨¢s de 300.000 vecinos de sus hogares.
La tragedia ha supuesto un nuevo punto de inflexi¨®n en el movimiento que desde el pasado octubre exige la salida en bloque de toda la ¨¦lite pol¨ªtica, elecciones anticipadas, un Gobierno de tecn¨®cratas y una justicia independiente. En la noche del s¨¢bado, miles de libaneses se echaron a las calles de Beirut exigiendo una vez m¨¢s la renuncia del Ejecutivo en lo que se convirti¨® en la jornada m¨¢s violenta desde el inicio de las protestas, que se sald¨® con un polic¨ªa muerto y m¨¢s de 700 heridos. Por tercer d¨ªa consecutivo, cientos de manifestantes se dirigieron al centro de la ciudad para escuchar el discurso de Diab. El anuncio de la dimisi¨®n fue recibido con fuegos artificiales y en la tarde de este lunes han comenzado a producirse en el centro de la capital enfrentamientos entre polic¨ªas y decenas de manifestantes.
Diab llam¨® en la tarde del s¨¢bado a celebrar elecciones anticipadas. La dimisi¨®n del Gobierno allana el camino a esta posibilidad. En las ¨²ltimas 48 horas, cinco de los 30 ministros hab¨ªan presentado ya su dimisi¨®n: los de Informaci¨®n, Manal Abdel Samad; Medio Ambiente, Demianos Qattar; Defensa, Zeina Adra; Justicia, Marie Claude Najm, y Finanzas, Ghazi Wazni. El efecto domin¨® reverber¨® en el Parlamento, donde 10 de los 128 diputados tambi¨¦n presentaron su renuncia. Se trata del segundo Gobierno que logra tumbar el movimiento de contestaci¨®n ciudadana. El pasado octubre, el entonces primer ministro, Saad Hariri, present¨® su dimisi¨®n.
El nuevo Gobierno apenas ha durado seis meses, periodo durante el que los libaneses aseguran que no se ha llevado a cabo ninguna de las reformas necesarias para evitar el colapso del pa¨ªs. Las protestas que inicialmente arremetieron contra una clase pol¨ªtico-econ¨®mica anquilosada en el poder desde hace m¨¢s de tres d¨¦cadas y de corte confesional tornaron en protestas del pan a principios de a?o, conforme la ya grave crisis econ¨®mica se vio amplificada por las medidas de confinamiento en la lucha contra la covid-19. Sin un paquete de ayudas estatales para paliar el impacto, m¨¢s de mil locales han cerrado definitivamente sus puertas y 200.000 personas han perdido sus puestos de trabajo desde octubre, elevando la tasa de paro en el sector formal al 30% y hundiendo a casi la mitad de los 4,5 millones de libaneses bajo el umbral de la pobreza.
La tr¨¢gica explosi¨®n ha supuesto un punto de no retorno para los manifestantes. Los ciudadanos libaneses consideran que el suceso es fruto de una nueva negligencia y de la desidia del sistema pol¨ªtico al completo. El deterioro econ¨®mico, la vertiginosa ca¨ªda de la libra libanesa y una inflaci¨®n del 60% han acabado por ahondar las tensiones pol¨ªticas y sociales que arrastra el pa¨ªs. Grupos de j¨®venes armados se han enfrentado en repetidas ocasiones y en clave sectaria en las calles de Beirut conforme sus l¨ªderes pol¨ªticos se enfangan en un cruce de acusaciones mutuas que paralizan todo medida de reforma.
El L¨ªbano acumula una de las deudas p¨²blicas m¨¢s altas del mundo (unos 76.000 millones de euros, el 170% del PIB) mientras que la comunidad internacional ha denunciado la flagrante desidia de la ¨¦lite dirigente ante el posible colapso econ¨®mico del pa¨ªs, aquejado tambi¨¦n de una corrupci¨®n estructural que lo sit¨²a en el puesto 137 de 180 (cuanto m¨¢s cerca del 180, m¨¢s corrupto) en el ¨ªndice elaborado por la organizaci¨®n Transparencia Internacional.
A la cabeza de las manifestaciones se sit¨²a la generaci¨®n de veintea?eros hastiados del sistema clientelista llamado wasta (enchufe, en ¨¢rabe) y que, sin oportunidades de futuro, abandonan en masa el pa¨ªs. Los j¨®venes de entre 15 y 29 a?os suponen el 30% de la poblaci¨®n libanesa y sufren una tasa de paro del 66%, seg¨²n el Ministerio de Juventud y Deportes. Decenas de miles emigran cada a?o en busca de un futuro mejor. Se trata de la primera generaci¨®n de la posguerra civil (1975-1990), que rechaza unas reglas sectarias que considera caducas. El sistema pol¨ªtico confesional que rige en L¨ªbano implica que el poder se reparte por cuotas, de modo que el presidente ha de ser cristiano; el primer ministro, un musulm¨¢n sun¨ª, y el presidente del Parlamento, un musulm¨¢n chi¨ª.
La desastrosa gesti¨®n econ¨®mica ha llevado a condicionar la ayuda internacional a una pol¨ªtica de austeridad eficaz para reducir la deuda y cambios en la gobernanza. ¡°No han propuesto un solo plan de reforma econ¨®mica [por el Gobierno liban¨¦s], condici¨®n desde hace dos a?os para liberar los 11.000 millones de d¨®lares prometidos en la conferencia de CEDRE [en Francia]¡±, cuenta desde el anonimato una fuente diplom¨¢tica europea en Beirut. ¡°Lo mismo ha pasado con el Fondo Monetario Internacional, cuyas negociaciones han quedado encalladas porque el Gobierno reh¨²sa reformar el sector bancario o el de la gesti¨®n de la electricidad, ambos extremadamente opacos y lucrativos para los pol¨ªticos¡±, acota. Para los ciudadanos esto se traduce desde hace meses en cortes diarios de hasta 22 horas de la electricidad y la imposibilidad de abastecerse de productos b¨¢sicos por falta de divisas en un pa¨ªs que importa el 80% de lo que consume.
La dimisi¨®n del Gobierno promete reconfigurar de nuevo el statu quo pol¨ªtico en L¨ªbano, donde dos bloques quedan confrontados con las influencias regionales como tel¨®n de fondo. Tablero tradicional de las luchas subsidiarias de potencias regionales e internacionales, Hariri llam¨® a un acuerdo de ¡°disociaci¨®n regional¡± por el que ambos grupos lograron formar un Gobierno de unidad tras nueve meses de negociaciones, que toc¨® a su fin con la dimisi¨®n de Hariri en octubre.
Diab tom¨® el relevo a la cabeza de un Gobierno respaldado por el grupo mayoritario que conforma el t¨¢ndem chi¨ª Amal-Hezbol¨¢ y el partido cristiano Movimiento Patri¨®tico Libre, que encabeza el yerno del presidente, Yibran Basil. En la oposici¨®n qued¨® el dimitido Hariri, junto con los partidos Socialista Progresista, del druso Walid Yumblat, y Fuerzas Libanesas, del cristiano Samir Geagea. Los primeros buscan mantener el statu quo que sirve a sus intereses. Los segundos, mejorar su posici¨®n. La calle los quiere a todos fuera.
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